TAMAULIPAS.- Es tu calle esto que ves, es el estallido, la vibración de una ciudad y soy tu piel, tu sonrisa soy. Y muchas veces soy lo que eres también.
Aquí, en el inicio de mi pensamiento, a cada rato te pienso. Hay un rótulo a la entrada de cada idea escrita con tu letra. Estoy escribiéndote, puedes moverte sobre mi, hacerme un pueblo rico y bonito.
Por alguna razón las flores son hermosas. Pienso eso mientras te pienso. Me gustan tus ojos como pequeños lagos con luna y todo, con un sueño incluso. Me gusta mirarte, tocar tu todo para confirmar que existes. Me hago cargo de eso en lo que pasa un coche y yo en medio de la calle, corriendo, también existo.
Me gustas fruta madura, escultura de una rosa tímida. Sonrisa bonita me gustas cuando caminas, cuando puedo escribir en tu cuerpo el poema de mis de dedos de azúcar, cuando me miras me gustas.
Voy con los ojos vendados, con la luz de tu resplandor iluminando. Con tu voz que amo cuento mis pasos. Voy a verte y cada instante es un latido previo, una palabra, luego una letra que te nombra y que en mi oído es escucha.
Tu nombre es un claro amanecer, es la primera luz ya presentida. Sobre el mar de las casas comienza el murmullo a destapar el continente. Tú nombre es un calendario que se cumple en mi cuerpo.
Estoy dejando en ti todo lo que he sido, me reconstruyo en el brillo de una pequeña estrella, estoy en el nombre de esta ciudad, circulas como los coches por mis venas.
He de ser un espejo porque enfrente veo tus labios rojos. He de ser el reflejo de un rayo de luz que me encandila. Estoy ciego. Ve por mí esta calle donde eres única. He de ser agua pasando sin una sola nube. La sed no se soporta a sí misma y evapora el verano. El espejo hace que los cuerpos desaparezcan con el conejo del mágico momento. Al otro extremo me miro de lejos ni guapo ni feo, en el exilio.
Suelo ser un ciudadano común, suelo ser suelo, sombra y he operado desde las situaciones más hostiles. Mis brazos sin embargo conservan los tuyos. Me atrapas en esta que es una guerra encubierta, estoy armado y tus hojas desde un árbol me están respirando.
Acaba de amanecer y me sorprendió la guitarra. Me sorprendieron los labios desprendidos de mi en los tuyos, como un sueño vivo. Acaba de amanecer amor. La gente que circula hace que la calle cobre vida y puedo adivinar tus movimientos, tu suave andar sobre mis nubes, y es un motivo verte.
He puesto nombre a esta parte de la ciudad donde vivimos, contigo amanece también el paisaje, la primera luz, qué importante es eso. El número económico es el de un contenedor de vagones, el tren es el mismo que pasa con la memoria cada rato.
En todos los jardines dejas flores, resbalan de los tejados los lirios y hay aves por todas las cornisas donde hagan falta. Nada falta, estas a un lado de mi, recargas tu silueta y escapan las lágrimas. Uno sabe mirarlas desde un acuario. He ligado este amor a una red de peces, pero somos pocos, alguien saca agua del agua helada.
He olvidado en tus ojos mi antigua tristeza. En tus mejillas he dejado un poco de agua. He legado este amor al timón y es como un sueño. Estoy despierto desde temprano y apareces. Comienzan a verse tus pestañas que me alusinan, tu luz propia. He olvidado el rastro de mis pasos y por tanto no podría volver a ninguna parte. Estoy aquí en tus ojos y desde aquí se puede ver cuando llueve.
Te escribo esta carta que me contiene de puño y letra. En los rincones, como si fuese una casa, encontrarás en ella el olor de mi tiempo. Mi cuerpo se ha refugiado ahí en lo que ahora probablemente leas.
HASTA PRONTO




