5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Un país “despadrado”

EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

TAMAULIPAS.- Seguramente Usted tiene una amiga, hermana, prima, madre, hija, compañera de trabajo o conocida que es madre soltera, “jefa del hogar”, “mamá luchona”, madre y padre a la vez; según las últimas cuentas del censo en nuestro país, 3 de cada 10 madres no tienen pareja, son solteras, divorciadas o viudas. En el primer caso el padre se ausenta, incluso antes del nacimiento del hijo, se vuelve ojo de hormiga, se desentiende totalmente de hecho y continua su vida como si nada, como si no existiera vida a consecuencia de él.

En México está mal visto que una salga con su “domingo 7”, pero está bien visto que el masculino deje hijos regados, hay juicio social sobre una menor que ha quedado embarazada pero no lo hay sobre quien la embarazó; por generaciones la familia tradicional mexicana acepta “con resignación” que

Para ellos, para los que se fueron por cigarros a Hong Kong y no han vuelto, para los que enamoraron o sin amor, procrearon sin responsabilizarse de sus actos, activas feministas están promoviendo lazos o tendederos de denuncia pública, buscan visibilizar a los invisibles, y re educar en nuevas masculinidades, porque abandonar no los exime de su responsabilidad.

El embarazo no planeado, que la mayoría de las veces se presentan en mujeres jóvenes, se ha estigmatizado en contra de ella, la que no se cuidó, no tomo anticonceptivos, o no “cerro bien las piernas”, “andaba de más”, o “ya sabía lo que hacía y ahora “debe atenerse a las consecuencias”, queda marcada de por vida y es obligada la maternidad sola; deja estudios, ingresa al mercado laboral, ya con condiciones en contra y acepta “la culpa”, con costos graves emocionales y mentales para ella y su descendencia.

En México, hay más de 35 millones de padres ausentes, pero se sublima a la madre, para tenerla en un pedestal y que ella no falle, que en ella recaiga la responsabilidad toda de los hijos, es otra trampa del patriarcado.

Ante esto, se promueve la Ley Sabina, lleva el nombre de la hija de Diana Luz, una madre soltera que en ´la CDMX quiere reformar el código civil y hacer que el padre de su hija sea castigado, por ni siquiera reconocer la paternidad. Mediante esta acción se busca tipificar como delito el abandono de una mujer embarazada por parte del progenitor; sería como “omisión de cuidado” y proponen pena de seis meses a tres años de prisión, multa económica de 14 a 48 mil pesos y además que se enliste en el padrón de deudores alimenticios, en el buró de crédito y que se le avise a futura cónyuge que su pareja es irresponsable; también se fomentaría la práctica de estudios ADN y que el costo sea pagado por el padre.
Pero más allá de las consecuencias económicas que absorbe una madre soltera, es el estigma social y las barreras sociales que debe sortear para continuar con su vida y la de su hija o hijo, y que les acompañara por siempre, las secuelas de la irresponsabilidad paternal causan lesiones emocionales negativas en los individuos, sobre todo por desconocimiento de su origen.

En este tiempo, cuando ya avanzamos hacia al matrimonio igualitario, hacia el aborto legal, seguro y sin costo y a decidir sobre la maternidad, ya es hora, es urgente y necesario que los hombres, sí ellos, tomen la parte de responsabilidad que les toca en la construcción de la vida.

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS