MÉXICO.- Las rondas de consultas para la solución de controversias con Estados Unidos y Canadá sobre las políticas energéticas de México en el marco del T-MEC preocupa a miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México.
“Algunos señalaron que las rondas de consultas para la solución de controversias con Estados Unidos y Canadá sobre las políticas energéticas de México en el marco del T-MEC podrían tener repercusiones importantes para la economía nacional”.
Lo anterior, de acuerdo con las minutas número 94 de la Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 11 de agosto de 2022. De hecho, uno de los miembros de la Junta advirtió que podrían derivar en aranceles compensatorios que se traducirían en presiones sobre la balanza de pagos.
La sequía que enfrenta el país se sumó a los temas internos que generan atención a miembros de la Junta, toda vez que algunos lo añadieron como una condición de riesgo. La continuidad del aumento en la inflación subyacente, de los costos de las mercancías alimenticias y de los productos agrícola se mantienen como una constante en la preocupación de los integrantes de la Junta.
Así, la mayoría mencionó que la inflación subyacente continuó en niveles altos. Algunos apuntaron que este componente mantiene una preocupante trayectoria al alza y otro destacó que se acumularon veinte meses consecutivos de incrementos.
Asimismo, la mayoría señaló que la inflación de las mercancías alimenticias registró el mayor incremento, ubicándose en 12.09 por ciento en julio. Uno enfatizó que este componente ha crecido a doble dígito por cinco meses y que el panorama es complejo, incluso si se excluye del cálculo de la inflación subyacente a los precios de las mercancías alimenticias, como ocurre en Estados Unidos.
En tanto, que todos notaron que la inflación no subyacente sigue en niveles elevados, afectada principalmente por el rubro de bienes agropecuarios. Algunos destacaron que la inflación de estos bienes mostró un crecimiento de dos dígitos. Uno agregó que esta se ha visto presionada por mayores precios de insumos, como fertilizantes y granos.
De ahí que, algunos consideraron preocupante el gradual deterioro de las expectativas de largo plazo. Uno mencionó que lo anterior podría dar señales del inicio de un proceso de desanclaje de las expectativas, mientras que otro indicó que esto podría sugerir afectaciones al proceso de formación de precios.
Otro destacó que, si bien es posible observar un pico en el tercer trimestre, es casi un hecho que para fin de año la inflación se situará por encima de ocho por ciento y que ante la persistencia de la inflación, se consolidan las dudas sobre si el punto de inflexión en su tendencia está cerca.
Apuntó que es altamente probable que el pico inflacionario se alcance después de lo previsto y que en cada revisión del pronóstico de inflación se incorpora que esta llegará a un nivel más elevado y en una fecha posterior a lo anticipado, por lo que no es posible asegurar que se ha llegado al pico del ciclo inflacionario.
Otro indicó que, si bien la inflación global y en ese país podría haber alcanzado su nivel máximo, esto no se traducirá necesariamente en una reducción inmediata de la inflación en México, dado el rezago entre el ciclo inflacionario global y el doméstico. La mayoría sostuvo que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico continúa con un considerable sesgo al alza.
Algunos resaltaron que la mayor astringencia en las condiciones monetarias y el incremento de las tensiones geopolíticas son una fuente de incertidumbre y volatilidad para los mercados financieros nacionales y han generado un ambiente de aversión al riesgo. Otro miembro consideró que el panorama inflacionario confirma que se está al inicio de un proceso de desanclaje de las expectativas de inflación. por lo que se podría presenciar el inicio de un periodo de tasas de interés elevadas y debilidad económica.
No obstante, un miembro advirtió que un apretamiento excesivo podría implicar un alto costo en términos de empleo, capacidad de compra y actividad económica, e incluso ser contraproducente para la estabilidad macroeconómica y financiera. Agregó que la incipiente desaceleración en la producción de diversos sectores, en el consumo privado y en la inversión sugiere que la postura monetaria podría haber comenzado a incidir sobre estas variables
Otro miembro aseveró que no es viable un incremento menor al de la Reserva Federal debido a que: el diferencial de tasas de 600 puntos base respecto de Estados Unidos ha sido suficiente para propiciar un buen desempeño del peso mexicano ante los episodios de volatilidad y la apreciación generalizada del dólar, mantener la postura relativa contribuiría a evitar episodios de volatilidad cambiaria;
Además de que se mantiene un sentimiento de aversión al riesgo global; y hay factores idiosincrásicos que podrían incrementar la prima de riesgo.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO