4 agosto, 2025

4 agosto, 2025

Golpes al corazón, en casa

EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

Siete de cada diez mujeres, mayores de 15 años, han experimentado violencia en casa, según las últimas cuentas que nos cuenta el INEGI con sustento en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares; esta información estadística se levantó en 2020 y 2021, años pandémicos con la instrucción del “Quédate en casa” para salvar la vida ante el Covid 19, sin embargo, muchas mujeres quedaron atrapadas con su agresor.

Esta semana se dieron a conocer los resultados del estudio que indaga sobre la gravedad de la violencia contra las mujeres, se desglosa en actos de crueldad psicológica, física, sexual, económica o patrimonial y su ocurrencia en espacios laborales, escolares, comunitarios, familiares y de pareja, está última, la pareja, es la que más daño hace a las mujeres. Son los varones que se relacionan sentimentalmente con una mujer los que comenten más las violencias en contra sus esposas, o ex esposas, novias o ex novias, amantes o ex amantes, parejas, pero también contra las amigas, conocidas, vecinas, primas, hermanas, madres, abuelas o hijas.

La ENDIREH detalla que las mexicanas declaran sufrir más la agresión psicológica, con un 51.6 por ciento, la violencia sexual, con un 49.7 por ciento y la física, con un 34.7 por ciento. Cualquiera de las violencias hacia la mujer es un síntoma de que nuestra sociedad no está bien, porque cuando se afecta a una se afecta a todas y a la comunidad entera. Y todo tipo de agresión es dolosa, ventajosa y pone en riesgo la vida de las mujeres que son víctimas por razón de género.

Casi siempre aparece en las noticias, en nota roja o primera plana, depende del golpe, la mujer golpeada físicamente, la encontrada muerta o desfallecida, la que alcanzó a pedir auxilio o tuvo oportunidad de salir corriendo para alzar la voz y narrar su historia, pero la otra violencia, que es la que mayormente reportaron las mujeres en esta encuesta es la emocional, que casi nadie nota, que no deja huella visible pero deja daños permanentes, que no pone un ojo morado o una costilla rota pero rompe el corazón, que está normalizada tanto en el entorno público como en el privado, que incluso ha sido romantizada al grado que ni la víctima se da cuenta que la padece, así que hasta la estadística resulta algo irrelevante.

Según el reporte, más de la mitad de la población femenil reconoce haber sido dañada psicológicamente, pero es la violencia que menos se denuncia, que menos se reconoce, así que la estimación está muy alejada de la realidad, como en el acoso u hostigamiento sexual, es muy difícil su medición.

Es además una de las primeras violencias que se registra contra las mujeres, las bromas hirientes, las palabras que bajan la autoestima, las ofensas en privado o en público, la burla o chistes misóginos, el acto de minimizarnos emocionalmente son golpes directos al corazón y casi siempre suceden en casa, donde deberíamos estar más seguras, más cómodas, más reconocidas y respetadas.

La violencia psicológica en casa es ejercida también por los padres y hermanos, y en pareja es el acto abusivo de poder u omisión intencional para dominar, someter, controlar o agredir de forma física, verbal, patrimonial, económica y o sexual a las mujeres. Reconocerla es el primer paso para prevenirla, evidenciarla y detenerla.

Por Guadalupe Escobedo Conde

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