Desde el año 2018, hasta este 1 de septiembre, hemos perdido la cuenta de las interminables “caravanas o éxodos de migrantes” tanto de centroamericanos, haitianos, cubanos, venezolanos, como otros países de África y Medio Oriente.
Los hermanos y paisanos chiapanecos, tabasqueños y oaxaqueños ya están acostumbrados en mirar que pasa una caravana, cuando ya se registra la otra. Las autoridades migratorias y de la Guardia Nacional (GN), igualmente, han perdido la capacidad de asombro. Los argumentos de los ciudadanos expulsados de los mencionados países, repiten como un guión de película, los justificados motivos por los cuales se ven forzados en huir de sus lastimados países.
Unos hablan de sufrir violencia y amenazas, otros de falta de oportunidades de empleos, algunos de presiones políticas, de algún modo, justificados o no, pero los contingentes cada día son más numerosos, y no se vislumbra que los gobiernos de los países expulsores, atiendan dichas causas y la problemática que esto contrae.
Podemos afirmar, que por territorio mexicano, de registrar un promedio anual de 500 mil transmigrantes antes del 2017, ahora esos promedios rebasan el millón y millón y medio de personas. Mujeres, hombres, adultos mayores, niños acompañados, y más grave aún, cada día más menores no acompañados.
Asi citamos, cuando este miércoles 1 de septiembre, se conoce de la octava caravana de migrantes en el último mes de agosto.
Conformada por alrededor de 600 personas provenientes de países del Caribe, centro y Suramérica como Ecuador, Perú, Haití y Nicaragua, pero también de naciones más lejanas como Bangladesh.
Migrantes centroamericanos parten en una caravana desde la ciudad de Tapachula, en el sur de México y frontera con Guatemala, con rumbo inicial Oaxaca, en el centro del país, en un trayecto que esperan los conduzca hasta Estados Unidos.
Representan un trayecto que esperan los conduzca hasta Estados Unidos. Hoy día, la ciudad de Oaxaca, se ha convertido en el principal punto de llegada de las personas extranjeras para obtener permisos de permanencia temporal.
Lo anterior, dado que en Tapachula no pueden llevar a cabo el trámite debido a que la ciudad no cuenta con los formatos necesarios emitidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) manifiestan las autoridades.
El INM los trata de retener en cada momento, sea en el transporte público o a pie, de ser asi, los llevan a un retén -llamado Estación Migratoria Siglo XXI- donde pasan 2, 3 o 4 días y los regresan a la frontera sur con Guatemala.
Los miembros de la actual caravana, explican que deciden emprender el viaje en multitudes y a orillas de carreteras en un intento por evadir los operativos de control de las autoridades que detienen en las zonas fronterizas a quienes transiten su territorio de manera irregular.
El estado de Tamaulipas y su fronteriza Texas, son los principales puntos de llegada de estos miles de migrantes en caravanas.
Por Dr. Jorge A. Lera Mejía