TAMAULIPAS.- Reabierto el caso Cabeza de Vaca y ya definido el posicionamiento de los protagonistas, la Fiscalía de la República tiene ahora la obligación de dejar en claro que este caso no es lo que alega el panismo: un ajuste de cuentas.
¿Cuál es su obligación?
Demostrar con contundencia que realmente hay delitos que imputar a Francisco, más aún porque tanto se manoseó este caso en los estrados y en los medios que la imparcialidad de la FGR fue puesta en duda..
De hecho desde que inició el proceso contra Cabeza de Vaca se integró un paquete de acusaciones desde la UIF de Santiago Nieto que la misma Fiscalía subestimó y ni siquiera envió a la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados cuando se abrió el juicio de desafuero.
De las voluminosas carpetas enviadas por Nieto muy pocas pasaron el filtro y el fallo de la Suprema Corte sobre la invalidez del desafuero acabó debilitando la embestida legal.
Está confirmado que Francisco cruzó el 28 de septiembre EE.UU., de hecho es ciudadano de ese país y fincarle responsabilidades y pedir que lo entreguen no será tan fácil por el intrincado sistema legal gringo que se lleva un largo tiempo en resolver este tipo de casos.
La tarea de la Fiscalía no es tan sencilla pero más le vale cumplirla porque si no dará la razón a quienes le imputan judicializar casos con fines políticos.
Por lo pronto se ve difícil que Cabeza de Vaca pise prisión en México, al menos dentro de los tiempos que urgen al sistema.
Lo que sí se da por hecho es que su proyecto político personal ha quedado trunco.
Y el 2024 está a la vuelta de la esquina.