TAMPICO, TAMAULIPAS.- Entrar a playa Miramar por el acceso ubicado en la colonia La Barra permite a los visitantes ver un sector en el que las fuerzas españolas fueron derrotadas por las mexicanas, en septiembre de 1829.
Y seguramente, al pasar por ese sitio ni siquiera se darán cuenta del enorme monumento construido en honor a la Virgen del Carmen que está situado en esa misma zona.
Una barda de concreto impide verla y otra de malla dificulta admirarla en todo su esplendor.
Por ser la patrona de los pescadores, solo los trabajadores del mar pueden verla sin obstáculos desde sus embarcaciones para pedirle una buena pesca o simplemente que los proteja.
Así ha sido desde el 2 de abril de 1967 en que el monumento de 18 metros y 50 toneladas de peso fue inaugurado.
CAUTIVA EN PROPIEDAD PRIVADA
Pero a diferencia de aquel año, hoy se encuentra en una propiedad privada.
El terreno actualmente pertenece a la compañía Minera Autlán aunque en su momento se anunció que estaba a punto de pasar a manos de otra empresa.
Lo cierto es que hoy la estatua está rodeada de maleza y prácticamente secuestrada, prisionera en ese predio localizado entre el paso Doña Cecilia y la calle General Emilio Carranza.
Quien quiera admirarla debe conformarse con verla a lo lejos.
Desde la parte frontal, sobre el paso Doña Cecilia, apenas es visible.
Desde la Carranza, la cerca de malla no deja tener una mejor vista.
Todo ello bajo la atenta y recelosa mirada de dos encargados que están en el interior, en una pequeña construcción.
De esa manera, se priva a los turistas de un atractivo más en esa zona en la que ya existe otro ícono de gran relevancia como es el llamado Faro de la Barra.
Ingresar al predio para verla de cerca, tomar alguna foto o simplemente para observar los detalles resulta imposible por tratarse de una propiedad privada.
VECINOS PIDEN SU REUBICACIÓN
Los que claman porque el monumento sea reubicado son los vecinos de ese sector cercano al río Pánuco y a playa Miramar.
Solo una vez al año, el 16 de julio, pueden entrar a verla y es cuando se realiza la llamada procesión náutica que une a la iglesia, a los fieles católicos y a diversas autoridades en torno a esa celebración.
Uno de esos residentes, el cual decidió guardar su anonimato, dijo que no es posible tener un monumento público en una propiedad privada.
Narró que en su oportunidad hubo esfuerzos por parte de una autoridad del orden federal para conseguir la reubicación de la estatua y su base.
«Es un atractivo turístico, es lo principal, lo que mueve a la zona, podría estar en la punta de las Escolleras, es la patrona de los navegantes, de los pescadores, qué chingón sería tener una imagen, un monumento de esa envergadura en la punta de las Escolleras», aseguró.
«Para nosotros tener ahí ese monumento de la virgen es algo que está oculto para la vista del turismo, para la misma gente de la comunidad maderense, para quienes vienen de Valles, de Victoria», indicó.
Reveló que solamente una vez al año se limpia el predio para recibir a fieles y autoridades en la fiesta patronal.
Autoridades municipales se han comprometido a efectuar las gestiones respectivas para reubicarla.
Muchos esperan que eso ocurra lo más pronto posible.
Mientras tanto, el monumento sigue estando escondido, sin que muchos puedan apreciar una verdadera obra de arte, un ícono de La Barra.
Por Benigno Solís
Expreso-La Razón