De manera discreta, hace unas semanas comenzó en Tamaulipas el tejido de una red de clara orientación política pero con la intención de tener sustento social, para integrar una estructura en apoyo del secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubón.
El Canciller, uno de los aspirantes más sólidos a la candidatura de Morena a la Presidencia de la República en 2024 ya tiene una avanzada en el estado. Del centro, al sur y el norte, sus emisarios están trabajando con algo de discreción en lo que quieren que sea una vasta red de comités de apoyo.
Aunque no se trata de un proyecto dentro de Morena, porque Ebrard sabe bien que las condiciones de equidad (mejor dicho, de inequidad) en la competencia interna van a variar conforme avancen los meses, quiere estar preparado para contar con un soporte territorial y con células de apoyo entre la sociedad civil y simpatizantes sin partido, para tomar una decisión llegado el momento.
Es decir, el objetivo de llegar a Tamaulipas con una serie de grupos de apoyo basados en la sociedad civil es precisamente para que si es necesario que Marcelo busque otra opción partidista fuera de Morena, si las condiciones de equidad (insisto, o de inequidad) en la competencia interna cambian, dé el salto que se requiera para poder competir por la Presidencia en 2024.
Apoyarse en la sociedad civil y en empresarios pequeños y medianos es la esencia de la estrategia hasta ahora poco conocida de los promotores del proyecto de Ebrard en Tamaulipas.
Hasta donde se sabe, están buscando en primera instancia a simpatizantes que forman parte de Morena, pero también han tenido contacto y buena respuesta entre quienes no sienten una afinidad ideológica con el partido del Presidente López Obrador, de ahí la idea de abrir la integración de la estructura a los ciudadanos.
Una de las ventajas que tiene Marcelo es que su perfil político se ajusta a los deseos de quienes a estas alturas del sexenio se inclinan por que en 2024 haya opciones que representen proyectos moderados, sin los excesos ni la radicalización que caracteriza a ciertos sectores afines a la Cuatroté.
Ebrard es -junto con Ricardo Monreal-, uno de los dos aspirantes que hasta ahora pueden presumir de tener la simpatía de quienes quieren moderación, sensatez y especialmente, preparación para afrontar situaciones complicadas como las que recurrentemente se registran en México.
Su trayectoria en el servicio público, la enorme capacidad de negociación y habilidad política de Marcelo son bien conocidas por quienes están en el primer círculo cercano a Andrés Manuel, desde sus años en el PRI del siglo pasado. Por eso también el recelo con él.
Así pues y aunque Andrés Manuel diga una y otra vez que todas sus “corcholatas” tienen las mismas oportunidades y de que no hay favoritismos, es evidente que la consentida de Palacio es Claudia Sheinbaum, aunque con tan mala fortuna que no ha logrado despegar lo suficiente como para quitarse la sombra de duda acerca de si podrá crecer hasta ser competitiva, ya no hacia afuera, sino dentro del propio partido.
En el escenario general, la avanzada de Marcelo Ebrard en Tamaulipas está actuando silenciosamente, reportando cada movimiento, cada suma de apoyo, cada dificultad y también, cada acción que en el bando de los otros aspirantes se genera.
Por ejemplo, han avisado que es clarísima la línea que a muchos en el magisterio les han bajado para pronunciarse en apoyo a Sheinbaum. O que a Adán Augusto López, el secretario de Gobernación, ya tiene grupos de ciudadanos entre quienes se cuentan no pocos empleados federales llamados “Servidores de la Nación”, a quienes les han pedido difundir sus cuentas de redes sociales e invitar a los ciudadanos a sumarse, para que se vea una estructura robusta, aunque sea virtual.
Todos esos detalles y el acomodo de los grupos y tribus estatales de Morena, así como las expectativas de los partidos de oposición -particularmente de Movimiento Ciudadano-, son los que tienen registrados puntualmente quienes trabajan para Ebrard en Tamaulipas.
El Canciller se mueve en Tamaulipas y aunque posiblemente la estructura formal del partido se incline por Claudia Sheinaum o por Adán Augusto, creo que en la Cuatroté saben muy bien que no pueden descartarlo así como así.
El principal motivo es porque tanto Ebrard como Monreal son indudablemente las más valiosas de las “corcholatas” del Presidente y su eventual salida del partido como resultado de una contienda interna cargada hacia algún (o alguna) favorito, implicaría una inocultable ruptura que pondría en riesgo la continuidad del proyecto de Andrés Manuel.
Por eso es importante ver, dar seguimiento y sobre todo, observar cómo está avanzando cada uno de ellos en el estado Quien logre formar una red amplia, sólida, dentro y fuera de Morena, aumentará sus posibilidades de competitividad interna y externa. Y en esa etapa va Ebrard. A ver hasta dónde lo dejan.
POR TOMÁS BRIONES
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