Tema inevitable. Fue un duro despertar que el selectivo de México haya sido purgado de manera precoz en el mundial de Qatar durante la etapa más temprana de la competencia, la “fase de grupos.”
Cada cuatro años, un puñado de mercanchifles, patrocinadores, directivos, ejecutivos mediáticos, fabricantes de espejismos y gritones de oficio, venden a millones de espectadores la fantasía épica del patriotismo deportivo.
Y la gente gustosamente lo compra. Movilización ciega que roza con el fascismo, quizás por el efecto machacón, repetitivo de sus promotores. Golpean ojos y oídos con sus campañas publicitarias hasta que logran hacer pozo y nido en la conciencia colectiva.
El caso es que millones de aficionados se tragan completa la leyenda en torno a una identidad y un orgullo mexicanos que estarían presuntamente vinculados a la suerte de 11 pares de piernas.
Sueños de opio del tamaño de su inevitable caída. Algunos avanzan más, aunque tarde o temprano serán eliminados. Ni modo, campeón solamente hay uno. Y con la derrota, el reparto de culpas.
A estas alturas resulta ocioso el que se dirima tal o cual error de los directivos mexicanos, entrenador o jugadores. Si debieron ir o no determinados elementos. Lo de fondo es que el asunto carece de sustancia, alguien debiera recordarles que nada de ello importa.
Es decir, para fines de autoestima compartida, carece de relevancia el resultado de dicha fiesta internacional, quien gane o pierda, obtenga la copa o se quede en el camino, pase a la siguiente ronda o resulte descartado.
Impunemente usan los colores de la bandera, el escudo y el himno, pero ni es una zaga heroica, ni el país se juega (por fortuna) su bienestar o supervivencia en ello.
CHOVINISMO EN CRISIS
Ciertamente, el tiempo nos ha demostrado con creces que el futbol de equipos es de superior calidad al de selecciones. Preferible, incluso, porque no se atraviesan de manera explícita los orgullos nacionales.
Ojo al dato, la UEFA, la Unión de Federaciones Europeas de Futbol (Union of European Football Associations) ofreció en octubre pasado un listado de sus mejores conjuntos en los últimos cinco años.
Clubes británicos como el Manchester City, Liverpool y Chelsea, el Bayern alemán, los españoles Real Madrid y Barcelona, el parisino Saint-Germain, el italiano Juventus o el poderoso Ajax de Holanda, entre otros.
Mire usted que fortuna. Ninguno de ellos se juega la honra patria en sus presentaciones, ni en sus resultados está en predicamento la autoestima, el orgullo de una etnia o comunidad nacional.
Hacia allá debiéramos voltear la mirada quienes amamos este deporte. Los nacionalismos futboleros son una ficción agresiva y hasta peligrosa. Casi una pesadilla fincada en la fantasía narcisista de que hay países mejores que otros, más chingones, más pelotudos o como les quieran llamar.
En verdad (en verdad lo digo) que el futbol se disfruta mejor cuando no tenemos favorito, porque la mirada entiende, sopesa, saborea los aciertos y aprende de los errores en ambos lados de la cancha.
Y, bueno, tampoco es necesario escuchar la narrativa estridente, hueca, banal, a ratos aberrante y tóxica de los cronistas televisivos. Prescindir del sonido es una opción viable y muy sana..
En mayo pasado, Ajax y Juventus nos regalaron un partido esplendoroso. Ganó el primero, tres goles contra dos, aunque ambos se llevaron la más merecida ovación.
Debo confesar que no quise escuchar a esos comentaristas argentinos de ESPN o FOX que gritan las jugadas con una suerte de gemido largo y agonizante, como si alguien les hubiera machucado un testículo.
Ciertamente, para el glamoroso mosaico multiétnico y multicultural en que se ha convertido el futbol europeo, para sus estrategias geométricas y depuradas donde bailotean en común acuerdo jugadores de Camerún y Egipto con gigantes suizos y moscovitas, me parece una mejor compañía la música.
Jazz latino, por ejemplo. Preferible tener de fondo los acordes de CLARE FISHER, CAL TJADER y MONGO SANTAMARÍA que esos alaridos infames de matriz circense, ajenos por completo a la tarea periodística, que taladran los oídos, precisamente ahí, donde las arañas hacen su nido.
Sin duda hay otras maneras de apreciar el futbol. ¿Deporte de la pelotita?, en efecto, como también lo son el tenis, el básquet, el voleibol, el beisbol, el golf y hasta el juego de pelota maya.
FIATS EN OFERTA
En fin. Necesario es volver a Ciudad Victoria donde avanza la purga a las notarías otorgadas de última hora en el sexenio de los que ya se fueron. Se dice que habrían sido repartidas al mejor postor, sin que algunos de los beneficiados reunieran requisitos y experiencia.
Lo cual no es novedad, sino piñata propia del llamado “año de Hidalgo”, aunque algunos colegas han corregido el entuerto aduciendo que esta vez lo que hubo fue “bienio de Carranza” porque el “año de Hidalgo” no alcanza.
El caso es que se siguen encontrando anomalías en el otorgamiento apresurado de los denominados “fíats”, consentimientos, permisos, patentes, mandatos, concesiones, franquicias o gracias, como lo quiera usted traducir del latín original.
La Secretaría General de Gobierno reportó (“con base en elementos jurídicos y después de un proceso de revisión”) nuevos casos de concesiones que aparentemente no cumplen con los requisitos establecidos en la Ley del Notariado para el Estado de Tamaulipas.
Listado de nombres que se han estado desgranando en los últimos dos meses y en fecha reciente incluyen, según boletín oficial, a SILVIA ESTRADA LEAL (Nuevo Laredo), MANUEL OTHÓN DÍAZ JASSO (Matamoros), RICARDO JAVIER BUSTOS VILLARREAL (Nuevo Laredo) y OLGA OFELIA PÉREZ VALLADARES (Tampico).
Amén de los requisitos, la misma fuente dice que “tampoco se tiene la seguridad” de que estas personas “garanticen la impartición de una función notarial que atienda al orden público e interés social, por lo cual les será retirada la fíat de notario y la patente de aspirante a notario público, respectivamente.”
Del citado reporte se deduciría que fíats y patentes fueron repartidos como pago a favores y compromisos partidistas, en este caso del PAN.
Desde luego, los personajes arriba mencionados tienen todo el derecho a defenderse y también a la presunción de inocencia. Aunque la determinación oficial parece ya tomada y (mejor todavía) amenaza con extenderse porque esto apenas empieza y vendrán más.
En todo caso, de mucha utilidad serían sus testimonios en torno a los funcionarios involucrados en dichas operaciones suscritas desde la oscuridad y a toda prisa, igual si fueron dádivas o vendimias.
POR Carlos López Arriaga
BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com
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