El concepto “arte” se ha ido ampliando a lo largo del tiempo hasta el punto que hoy en dia muchos discuten si el lienzo que Rothko pintó de negro, o las bolas blancas colgadas de cables que expone el mexicano Damian Ortega estos dias en el Centro Botín, puede ser una obra de arte.
(En el artículo “Sol Lewitt y el arte de destruir” publicado en este espacio el pasado 23 de octubre, intentamos dar luz a este debate).
Si dejamos las profundidades para los que saben, podemos decir que, el arte transforma los espacios físicos en los que vivimos y convivimos, proporciona un placer estético, y nos invitan a la reflexión.
En el informe “Arte, Emociones y Creatividad” presentado hace pocas fechas en el Centro Botín de esta ciudad española, se concluye que la contemplación de una obra de arte nos producen emociones; éstas a su vez nos hacen creativos al tiempo que nos ayudan al desarrollo de nuestra inteligencia emocional.
Cuando hablamos de “creatividad”, tendemos erróneamente a asociar esa capacidad, con algo propio y exclusivo de artistas e inventores, pero el informe en cuestión evidencia que la creatividad es una cualidad inherente al ser humano que todos podemos desarrollar y usar para afrontar nuestra vida diaria.
“Todos podemos ser creativos, pero necesitamos la motivación y la actitud para querer serlo, la capacidad de mirar a nuestro alrededor con una mirada diferente, de sorprendernos, imaginar, pensar y atrevernos a hacer las cosas de formas nuevas”, subraya Iñigo Sainz de Miera, Director General de la Fundación Botín, al inicio del informe. Sainz de Miera da más respuestas a la pregunta de este artículo: “el arte genera bienestar físico, psicológico y social, activa nuestros sentidos, nos ayuda a conocernos y entendernos mejor, desarrolla la imaginación y la empatía, las habilidades sociales, fomenta la reflexión y el pensamiento crítico”.
Varios estudios presentados por el Foro Económico Mundial del 2015, 2016, 2018 y 2020, sobre el futuro del trabajo, incluyen la inteligencia emocional y la creatividad entre las diez cualidades más solicitadas por las empresas a la hora de contratar trabajadores y directivos. Tanto la creatividad como las habilidades emocionales se consideran cada vez más importantes en la era de la información y de la economía global, donde la colaboración y la innovación son esenciales para el éxito y la supervivencia de las empresas. Zorana Ivcevic directora del Laboratorio de Creatividad y Emociones de la Universidad de Yale, presente en el desayuno en el que se presentó el informe, detalla la lista actualizada de competencias creada por el Foro Económico Mundial 2020: originalidad e iniciativa, pensamiento analítico, resolución de problemas complejos, razonamiento, generación de ideas, inteligencia emocional, liderazgo, e influencia social.
EL ARTE EN LA INFANCIA
Durante la investigación realizada, el Centro Botín organizó diversos cursos dirigidos exclusivamente a adultos y otros a niños.
El impacto producido en los asistentes se detalla en el informe con el uso de estadísticas de tiempo. En cuanto a los resultados en las prácticas docentes de los niños, la arteterapeuta Ana Hernández (Universidad Complutense de Madrid), dice: “Suministrar una hoja de papel y unos lápices de colores a los niños, supone una de las mejores medicinas para el dolor psíquico, así como un valioso testimonio”.
Hernández cita a Freud como uno de los primeros teóricos en relacionar en 1908 el arte, la poesía y la infancia: “Todo niño que juega se comporta como un poeta, pues crea su mundo propio, o mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden propio que le agrada.
El niño diferencia muy bien la realidad y su mundo de juego; tiende a apuntalar sus objetos y situaciones imaginados en cosas palpables y visibles del mundo real. Solo ese apuntalamiento es el que diferencia aun su jugar del fantasear. Ahora bien, el poeta hace lo mismo que el niño que juega: crea un mundo de fantasía al que toma muy en serio”.
¿EL ARTE CURA ? Esta pregunta hecha por Marian López Fernández (Universidad Complutense de Madrid), en el capítulo noveno, recordó a este servidor la sentencia poética hecha por nuestro patrón Alejandro Rosales en unos de sus escritos hace unos años: “El arte locura todo”.
“Responder a esta cuestión sobre si el arte cura, no es un tema fácil”, cree López Fernández. Y añade: ”Quizá, lo primero que debemos plantearnos es saber qué significa ‘curar’.
El arte no cura una herida física, ni una enfermedad como la hepatitis o el cáncer. No cura un golpe en la cabeza, pero ayuda a curar o a sentir conscientemente un golpe en el alma. Si nos atenemos a alguna de las acepciones a las que se refiere la Real Academia de la Lengua Española, podríamos detenernos en la siguiente definición: curar es hacer que una persona que sufre anímicamente se recobre, o hacer que ese sufrimiento desaparezca”.
Como conclusión de las reflexiones en torno al poder terapéutico de la actividad creadora, podemos decir que ”la experiencia estética nos liga con la vida y nos lleva a una de las experiencias más completas porque nos une con el mundo desde prismas diferentes.
El arte, en definitiva, es una expresión cultural de individuos, mujeres y hombres de cualquier origen social o geográfico, como respuesta a la relación emocional y cognitiva con el mundo y consigo mismos, a través de una negociación y ordenación del inconsciente, una organización formal, perceptiva y cognitiva, que les permite comprender y comprenderse, en un proceso de interiorización y exteriorización.
Ello aporta un increíble potencial al ser humano y por ello, el arte, es sumamente importante en su desarrollo integral.
El arte tiene la capacidad de organizar en una nueva armonía lo que que da desestabilizado en la psique humana.
El arte no nos priva del sufrimiento, pero nos ayuda a imaginar otros mundos, aceptando el que habitamos y proyectándonos hacia otro posible”. Para las personas que no se sienten seguras o no están cómodas hablando de sus emociones, el arte es el medio ideal para hacerlo permitiéndoles reservar su intimidad si así lo desean. La contemplación de obras de arte enriquece y da forma a la sensibilidad del espectador.
“VISIÓN EXPANDIDA” DE DAMIÁN ORTEGA
Este artista mexicano presenta hasta febrero del 2023 sus instalaciones en el Centro Botín. Si tuviera que resumir en una palabra la experiencia que tuvo este servidor al visitar “Visión Expandida” de Ortega, podría ser “impacto”.
Ahí coincidimos con varios grupos de escolares y al final del recorrido pudimos hablar con uno de los tutores. “ Los niños disfrutan más en exposiciones como ésta. Aveces los cuadros (de arte contemporáneo), les gusta menos”, nos dijo uno de los profesores.
Las instalaciones es un género de arte contemporáneo que surge en la década de los años 1960 que aveces es difícil de entender porque las formas, los colores, los dibujos, y los materiales, elementos relevantes en otros géneros, en este tipo de creaciones no son importantes.
El espacio es parte esencial de la propia obra y el espectador puede interactuar con ella, moviéndose dentro de ella.
POR MIGUEL FERNÁNDEZ HEREDIA