En el siglo XX, la clase media en México experimentó un crecimiento significativo debido al auge de la industria y al desarrollo de la economía. Desde la década de 1980, la recesión económica, la devaluación de la moneda y el inicio del periodo neoliberal (1988-2018), caracterizado por el desmantelamiento de la industria nacional, la continua pérdida de terreno del peso mexicano frente al dólar y el estancamiento salarial afectaron negativamente a la clase media.
Entre 2010 y hasta 2020, el Inegi ha dirigido los trabajos por definir las características de la clase media mexicana, no sólo en términos cuantitativos, sino también cualitativos; es decir, se ha construido un esfuerzo por entender a este estrato social, no sólo a partir de su ingreso, sino con relación en su gasto y condiciones materiales. De acuerdo con los datos del Inegi, en el año 2020, 43.1% de la población de México se ubicaba en la clase media, mientras que 52.9% restante se dividía entre la clase alta (14.2%) y la clase baja (38.7 por ciento). Estos datos también muestran que la distribución de la población en las diferentes clases sociales varía según la región geográfica; por ejemplo, en la región norte del país, el porcentaje de población en la clase media es más alto en comparación con otras regiones. A su vez, a partir de la separación de zonas geográficas se realizaron diferentes mediciones para cada situación particular, arrojando que en términos generales y en zonas urbanas los que tienen un ingreso mensual promedio de 12 mil 977 pesos pertenecen a la clase baja, el ingreso de 22 mil 297 pesos pertenece a la clase media, en tanto que los que perciben 77 mil 775 pesos son de clase alta.
Si bien el propio Inegi reconoce que, dada la fluctuación de la variable del ingreso a partir de cambios coyunturales inesperados como la pandemia en 2020, es necesaria la ponderación de otros indicadores cuantitativos como el gasto, pues igual que en la mayoría de países económicamente prósperos, existen coincidencias entre el nivel de acceso a bienes y servicios que definen a las clases medias:
* Cuentan con al menos una computadora y acceso a internet.
* Usan tarjeta de crédito habitualmente a partir de los 1 mil 660 pesos o más mensualmente.
* Gastan como mínimo 4 mil 380 pesos en comidas y bebidas fuera del hogar por trimestre.
* A nivel educativo, la cabeza de familia cuenta al menos con nivel de educación media superior y al menos un integrante debe ser asalariado con contrato y prestaciones laborales básicas: servicio médico, vacaciones y aguinaldo.
Pese a la solidez macroeconómica del gobierno de México, algunos sectores entre la clase media han sido detractores y han hecho oposición a políticas como la recuperación de la soberanía energética, encontrándose irónicamente entre los grupos más beneficiados con esta conquista, al cumplir con el compromiso de no aumentar el precio de las gasolinas se mantiene la competitividad económica interna. Por su parte, los energéticos también brindan satisfactores a las clases medias, siendo México un caso poco frecuente en el que precio del gas LP ha bajado en 2022; el tanque de Gas Bienestar cuesta hoy 50 pesos menos que en enero del año pasado. Mientras Estados Unidos y Europa enfrentan uno de los inviernos más fríos de los últimos 50 años, y lo hacen con precios de gas y gasolina récord, que en el caso de algunos países europeos rebasa los 50 pesos mexicanos por litro.
Ahora es tiempo para que esos sectores reacios de la clase media mexicana reconozcan que, gracias a la visión económica de López Obrador existen condiciones inmejorables para viajar e invertir en el extranjero dada la paridad de cambio peso-dólar. A lo largo de los cuatro años del gobierno de López Obrador, el peso mexicano se ha apreciado en 4.6% con respecto al dólar, un hecho no registrado en 50 años y en el país hay condiciones de macroestabilidad económica que permiten a la clase media incrementar su patrimonio mediante la adquisición de un auto o una vivienda.
En conclusión, podemos tener claro que, en efecto, México es un país mayoritariamente de clases medias, y que éstas experimentan no sólo un crecimiento y consolidación gracias a la política económica y energética de la 4T, sino que también gozan de una increíble oportunidad para mejorar sus oportunidades profesionales a partir de la llegada de nuevos capitales, producto de un mundo multipolar en el que el nuestro es un país cada vez más relevante gracias al liderazgo de López Obrador.
Por Fadlala Akabani*