CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Este fin de semana se cumplieron dos años del fallecimiento de Don Osvaldo Arellano Hinojosa, un personaje de la ciudad quien por 7 décadas influyó en la moda vaquera en el noreste del país, donde fue fabricante, vendedor y rehabilitar sombreros.
Más allá de usarlo para ir a un baile, como hoy en día se hace en la mayoría de los casos; el sombrero es muestra de identidad del norte de país, algo que ayudo a cosechar Don Osvaldo desde los 40s.
Gladys Hinojosa, hija de Osvaldo, y actual encargada de Sombrerería Hinojosa, platica que por muchos años personas de todo el estado y de otros del norte acudían al centro de Victoria para comprar un sombrero de su padre o para que le diera su mantenimiento.
La encargada recordó que su padre entró en el negocio desde los siete años de edad en su natal Soto La Marina, sin embargo al poco tiempo se mudo a Victoria donde siguió su labor en la Sombrerería La Única localizada en el 12 y 13 Miguel Hidalgo.
Es ahí, de la mano del señor Héctor Leal, Osvaldo aprendió el arte de reparar, lavar, dar forma a los sombreros pero sobre todo; a vender y hacer los contactos necesarios que años más tarde le ayudarían a formar su propio negocio.
Fue así, que desde los 14 años buscó abrir su negocio, primero en un pequeño espacio en una talabartería del centro, luego en un pequeño local hasta el auge de la moda que fueron los años 40s.
El arte del sombrero le permitió conocer muchas personas, amigos y políticos, ya que ellos le confiaban el sombrero que pertenecía a un familiar ya fallecido como padre o abuelo, es decir; tenía en sus manos un tesoro familiar.
Con el paso del tiempo la venta de sombreros se redujo abismalmente, ahora es menor el número de personas que los usan, además muy pocas personas los hacen artesanalmente y prefieren adquirirlos hechos en fábricas.
Aún así, existen personas que aún buscan sombreros de calidad por lo que tras el fallecimiento de don Osvaldo, su familia continúa con esa labor y venta de texanas, de sombreros de pelo de conejo, nutria, fieltro y lana, así como sombreros chantún.
Aunque ya no son fabrica como tal, el negocio sigue y aún ofrecen servicio de reparación y planchado que va desde los 300 pesos, según el problema.
Por Raúl López García
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— Expreso (@ExpresoPress) October 17, 2022
