La pasada cumbre de líderes de Norteamérica donde participaron Justin Trudeau, Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador tuvo cuestiones interesantes tanto de forma como de fondo. Esta cumbre no se llevó a cabo durante el mandato del presidente Trump.
Tuvo conclusiones interesantes porque a pesar de que algunos de los temas se habían tocado en el pasado, en esta ocasión pareciera que las condiciones geopolíticas en el mundo están preocupando a los EE. UU. y está urgido por acciones que ayuden a reforzar la seguridad del país desde 3 puntos de vista: la rivalidad con Rusia y China, el tema de las drogas, principalmente el fentanilo y la violencia que ello conlleva y la migración.
Uno de los temas sin duda relevantes fue el que presento el presidente Biden para desarrollar la industria de los semiconductores en la región, sin duda un proyecto mayor ya que incluye desde el mapeo de los materiales críticos para su exportación, producción, cadena de suministro, la investigación y desarrollo y la educación de estudiantes para formarlos en este tema. Un parteaguas sin duda y que ofrece grandes oportunidades para México.
En el tema de las drogas, aunque el gobierno mexicano no lo ha aceptado abiertamente, pero hay un cambio importante en la estrategia contra el crimen organizado, dado que la estrategia de “abrazos y no balazos”, ha sido un fracaso puesto que este sexenio es el que mayor número de muertes con violencia ha tenido (alrededor de 140 000), y hay evidencias de que la DO ha cooptado con su poder económico a políticos y autoridades.
La captura de Ovidio Guzmán justo antes de la cumbre es una evidencia que el gobierno mexicano quiere cambiar la percepción del gobierno de los EE. UU. Es de esperarse mas acciones contundentes, incluyendo desarmar los mecanismos de colaboración entre la DO y los políticos, como una señal de ello es que el 12 de enero los congresistas republicanos Dan Crenshaw (Tx) y Mike Waltz (Fl) presentaron un anteproyecto de ley autorizando al presidente Biden a usar fuerza militar contra carteles mexicanos que trafican con metanfetaminas, en el documento se compara al CS y al CJNG con el grupo terrorista ISIS.
El tema ambiental ha sido para Canadá y EE. UU un tema muy relevante, especialmente en el uso de energías limpias, hasta la fecha la posición del gobierno mexicano ha creado desconfianza en que realmente se lleven a cabo inversiones en este sentido dados los cambios a la legislación que ha buscado llevar a cabo el presidente, a pesar de que la UNAM en su gaceta ya publico el 27 de enero del año pasado que México ya había rebasado los 1.6°C de calentamiento con respecto al período preindustrial.
Sin embargo, Marcelo Ebrard hablo del plan “Sonora”, que ya había presentado el presidente López Obrador, y que tiene cuatro puntos: La construcción de una planta de generación de energía eléctrica mediante celdas fotovoltaicas en Puerto Peñasco, Sonora así cinco instalaciones más, la explotación de litio y una planta de licuefacción de gas natural. Finalmente, el plan contempla modificar el perfil de ingeniería electrónica con el fin de especializarlos en semiconductores, todo esto en Sonora.
En el tema de la migración, el gobierno de los EE. UU. avisa que finalizaran el análisis de sus causas raíz, que son claras, la búsqueda de mejores oportunidades de vida. El resto de las medidas que
anuncian están enfocadas a ordenar la entrada de inmigrantes, sin embargo, una tarea fundamental es el propiciar el desarrollo regional para que las oportunidades de vida se les den en sus países de origen.
En el tema de la salud esta revisar las lecciones aprendidas en la pandemia, donde México necesita verdaderamente comprometerse a entender cuales son las mejores prácticas, no solo para una pandemia, sino en todos los temas de salud.
El tema de los derechos humanos los principales puntos acordados fueron; compartir las mejores prácticas y estrategias para promover la equidad y la justicia racial en las políticas públicas, combatir la violencia contra las mujeres y niñas indígenas, a través del liderazgo de mujeres indígenas, combatir la violencia contra las personas LGBTQI+ y agregar a México a la Alianza Global para la Acción contra el Acoso y el Abuso en Línea por Género. Desafortunadamente la oficina de los derechos humanos en México no ha pasado de ser un florero, que en el mejor de los casos solo atiende las solicitudes de la presidencia.
La agenda tratada y las acciones acordadas muestran un futuro promisorio, desafortunadamente una de las vulnerabilidades de estas cumbres es la falta de un compromiso real para implementar las acciones. En este caso, como se mencionó antes, los EE. UU. ven a varios de estos temas con una importancia de seguridad nacional, esperemos que ese sea un motivador lo suficientemente importante como para hacer que sucedan.
Por Francisco De Asís