Ayer, en su tercera visita a Tamaulipas, el Presidente López Obrador volvió a reiterar algo que ha dicho en diversas ocasiones: Al estado le irá bien porque tiene todo el apoyo federal, porque existe un nuevo modelo de gobierno y porque tiene la certeza de que el perfil personal del gobernador Américo Villarreal Anaya es una garantía para que la Cuatroté se instale por largo tiempo en la entidad.
Andrés Manuel llegó a Ciudad Victoria en plena veda electoral por los comicios extraordinarios, pero precisamente por eso se cuidaron las formas en su encuentro con la estructura territorial que integran los empleados federales llamados “Servidores de la Nación”, encargados de promover los programas asistenciales del gobierno. Con él vino Ariadna Montiel Reyes, la secretaria de Bienestar Social.
El Presidente fue recibido en el aeropuerto capitalino por el gobernador Américo Villarreal y se fueron directo al Polyforum. Esta es la tercera ocasión en menos de 4 meses que Andrés visita el estado y la segunda vez que está en Victoria.
Para el estado resulta favorable el respaldo presidencial porque significa que habrá recursos y acciones que apoyen el desarrollo social y económico derivado del ejercicio del gobierno que encabeza Américo, lo cual se nota ya en los proyectos aprobados en el Presupuesto de Egresos de este año.
López Obrador destacó nuevamente los atributos personales de Villarreal, a quien calificó como un buen hombre, con ideales y honestidad como algunas de sus características. Además, recordó que Tamaulipas tiene un enorme potencial para alcanzar mayores niveles de desarrollo económico con justicia social. En su percepción personal, Andrés Manuel consideró que al estado le faltaba un gobernador como el actual.
Tras esta tercera visita presidencial a la entidad, el mismo López Obrador confirmó que en el transcurso de los próximos meses regresará, ahora para estar en la frontera, en donde se instalará la sede de la Agencia Nacional de Aduanas en Nuevo Laredo, además de Ciudad Madero, en donde otra vez hará un recorrido por la refinería.
LA FUERZA DEL PRESIDENTE
A propósito del Presidente, algunos de los más recientes estudios de opinión elaborados por Consulta Mitofsky y el periódico El Economista, muestran que Andrés Manuel sigue teniendo altos niveles de popularidad que se traducen en aprobación a su mandato.
Por ejemplo, hasta ayer tenía un porcentaje de aprobación del 61 por ciento, 8 décimas de punto más que un mes antes. El universo de quienes no aprueban el trabajo presidencial pasó del 39.5 en enero al 38.9 por ciento en los primeros 3 días de febrero.
Esto significa que dos terceras partes de los ciudadanos encuestados en México por Mitofsky consideran que el Presidente está haciendo bien las cosas y por ende, su popularidad se muestra en la aprobación que le dan.
El fenómeno es interesante porque si bien habla de que Andrés Manuel es visto de manera positiva por quienes le aprueban, los mismo números arrojan una fotografía que bien debería ser analizada por sus cuidadores de imagen.
Apenas una tercera parte de los encuestados por Mitofsky para El Economista señala que la situación económica del país está mejor y la gran mayoría dice que está peor o igual.
En cuanto al tema de la seguridad, es clarísimo el desacuerdo de los ciudadanos con la política de “abrazos, no balazos” que promueve Andrés y que ha alentado la impunidad y el baño de sangre en el país, pues el 41 por ciento dice que estamos peor que antes y apenas el 34 por ciento estima que las cosas han mejorado.
Como sea, este ejercicio frecuente que hace el diario capitalino sobre la evaluación que hacen los mexicanos sobre el desempeño de Andrés Manuel, es una prueba de que a pesar de los yerros, los dislates y los excesos en los que ha caído el Presidente durante estos poco más de 4 años de su gobierno, mantiene un nivel de aprobación suficientemente alto que se puede dar el lujo de seguir haciendo lo que todos vemos.
POR TOMÁS BRIONES
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@tomasbriones