TAMAULIPAS.- Integrantes de la asociación “Guerreras con Turbante” se manifestaron afuera del Hospital del IMSS a fin de exigir medicamentos contra el cáncer para una paciente y para acabar con el desabasto que impera en el Seguro Social.
La mañana del jueves se plantaron afuera del Hospital del Seguro Social para dejar en claro que no las está matando el cáncer, las está matando la falta de medicamentos.
Revelaron que horas atrás una integrante falleció debido a ese mal.
Por ello, demandaron al instituto que entregue con urgencia la medicina que requiere otra paciente que sufrió cáncer de seno, mismo que hizo metástasis en su cerebro.
María Teresa Salinas López, fundadora de “Guerreras con Turbante”, expresó que exigen al director del hospital que los reciba ya que el desabasto continúa.
“Ahorita tenemos el deceso de una guerrera, de aquí nos vamos a dirigir a la funeraria por falta de medicamentos, no hay medicamentos en el IMSS, es un derecho, lo exigimos, tenemos un grupo de whatsapp de 79 guerreras, todas sobrevivientes de cáncer, unas en tratamiento oncológico, otras seguimos tomando el medicamento”, detalló.
Dejó en claro que ni el director del IMSS ni los demás funcionarios del instituto les dan la cara para ofrecerles una explicación de porqué hay desabasto.
“Vamos a farmacia, nos mandan al sótano, en el sótano nos dicen que no hay medicamento, qué está pasando, qué quieren, que sigamos muriendo las mujeres que tuvimos cáncer, que estamos en tratamiento de cáncer, en dónde está el medicamento”, mencionó.
Por su parte, Elizabeth Lúevano manifestó que al hacer metástasis en el cerebro el cáncer de seno, es vital que cuente ya con el medicamento recetado por su doctor.
“La receta me la acaban de dar en el mes de enero, que es cuando me hizo metástasis el cáncer, he venido a preguntar y me dicen que no tienen, este medicamento tiene un costo muy elevado, entre 80 y 100 mil pesos cada frasco, voy a estar ocupando dosis cada tres semanas”, mencionó.
Actualmente vive con 15 tumores en el cerebro.
Debido a lo anterior, está sumamente desesperada porque aún tiene hijos, de 17 y 21 años.
“Me siento desesperada porque es vital para mi vida, yo aún quiero seguir mucho tiempo para ver a mis hijos, para hacer muchas cosas, me siento fuerte, aún puedo dar mucho de mi”, aseguró.
Reveló que es trabajadora de una gasera pero debido a su condición de salud está incapacitada.
Benigno Solís/La Razón