Nombre, si ahora hasta para comer modestamente se batalla amigo, antes almorzaba uno un par de huevitos con jamón y con eso tenía hasta el mediodía, ahora eso es un lujo que en pocos se pueden dar” platicaba Mencho al Caminante. – ¿Y ya no le gustan los huevos con jamón? – preguntó el vago reportero.
– No pues de que me gustan me gustan ¡pero ahora el huevo está más caro que el jamón! – respondió el hombre.
Mencho trabaja en una gasolinera, o como les dicen ahora “una estación de servicio”. Su esposa hace tamales cada semana y con ese ingreso, ahí se la van ‘capoteando’ cada quincena.
Ambos son originarios de Esteros, municipio de Altamira, y contrario a la tradición del pueblo, en vez de emigrar al puerto de Tampico, decidieron probar suerte en la capital desde hace unos años, cuando el mayor de sus hijos entró a la secundaria.
– Ya una tapita de huevos casi cuesta un día de salario. – Y eso es en todos lados mi Mencho. – Oiga ¿si verdad? mi carnala que vive en Matamoros me dice, que hasta en 108 pesos esta el kilo de blanquillos por allá. – ¡Ay güey! ¿tanto así? – Si ‘don’ y ella como tiene una bodeguita de frutas y abarrotes, dice que hasta le caen los gringos a comprar por caja.
– ¿O sea cruzan de Brownsville a Matamoros a comprar blanquillos? – Así mero – contestó Mencho – quién sabe porqué el huevo subió tanto. – Pues fueron varias cosas compi, una de ellas fue la mentada gripe aviar. – ¿Qué es eso? – ¿La gripe aviar? es una enfermedad que le da a las gallinas, haz de cuenta un catarro para pollos.
– ¿Y ya agripadas no ponen huevos? – Peor que eso, se mueren, y como es rete contagioso, pues hay que sacrificar las gallinas enfermas.
Pero pues cuántas gallinas se puedieron morir… ¿unas mil, dos mil? – Uy no, se calcula que se tuvieron que sacrificar unos 60 millones… gallinas más, gallinas menos. – ¡Sesenta millones! ah no pos si estuvo fea la matazón. – Si hombre, y como se dio la escasez de huevos allá, pues se exportan más desde México a Estados Unidos.
– O sea que las gallinas de acá trabajan por las de allá. – ¡Ándale!, y esa es sólo una de las causas, en México también bajó la producción por dos cosas: una es la temporada invernal, con el frío las gallinas ponen menos huevos, y aparte la chingada sequía que le ha estado pegando al país.
Y por otra parte con las carreteras tan inseguras el transporte de mercancías cada vez sale más caro… y pues eso también aumenta los precios de los productos. – ¡Y no sólo el huevo, viejón! el frijol, los quesos, hasta las gordas ya hay tortillerías que te lo venden hasta en 25 pesos el kilo. ¡Osea que un par de huevos con chorizo, frijoles y queso con tortillas ya se volvió un almuerzo pa’ gente pudiente! – dice enojado Juan Nemesio.
– Y no solo la comida, todas las cosas para el hogar están subiendo de precio: el detergente, jabones, cloro, shampoos, fibras, papel de rollo, servilletas, la ropa, etc. – le aclara el Caminante.
– ¿Y porqué estará subiendo todo? ¿pos no que estaba bajando el dólar? – El dólar barato solo hace que bajen de precio algunas cosas que se importan, pero de nada sirve que el peso le de batalla al dólar, si cada vez se deprecia mas la moneda nacional mi amigo. – Por eso, ¿pues no que si no hay devaluación no hay aumento de precios?
– Son cosas diferentes, devaluación y depreciación del peso, hasta se oyen parecido pero no son lo mismo. La devaluación es cuando necesitas mas pesos para comprar un dólar, y la depreciación es cuando necesitas mas pesos para comprar el mismo “mandado” en el super.
– Ah ya le estoy entendiendo, osea que de nada sirve que con tu dinero puedas comprar mas dólares si con la misma cantidad puedes comprar menos huevos, tortillas frijoles etc. – responde el Mencho ‘pelando tremendos ojotes’.
– Ándale por ahí va la cosa, aunque es todavía mas complicado que eso, pero apenas un economista nos lo puede explicar mejor. – ¿Y que es eso de la inflación? – En palabras simples, es el recuento mensual de cuanto aumentaron de precio las cosas.
– ¿Lo más necesario? – Exacto, la mentada ‘canasta básica’ que por cierto en enero subió casi un 8 por ciento, osea que si antes necesitabas cien pesos para comprar el almuerzo, ahora necesitas 108 pesos para comprar las mismas cosas. – ¡Ah no pues asi de ‘explicadito’ le entiendo rebien! – Pues si, pero lo gacho del asunto es que la inflación no va a parar – dice el Caminante
– Y lo peor es que uno va a seguir ganando lo mismo, y cada vez es mas difícil llegar a final de quincena, por eso hay que economizar lo mas que se pueda y ahorrar aunque sea de pesito en pesito ¿verdad ‘don’?
– Así es Mencho, hay que cuidar muy bien ‘la lana’ y evitar los vicios y los despilfarros. – Tendré que bajarle a las caguamas entonces. – Si Mencho, ya mejor pórtese bien.
El Mencho y el Caminante se despidieron, ojalá que la situación mejore para ellos y para todos los habitantes de esta capital cueruda, y que cuidemos muy bien ‘los centavos’ porque este año pinta muy difícil. Demasiada pata de perro por esta semana.
Por Jorge Zamora