Ahora que Genaro García Luna fue declarado culpable en el proceso que le siguen las autoridades de EU, Felipe Calderón podría ser considerado cómplice y en tal sentido sujeto a investigación también México donde sectores políticos y sociales exigen se le finquen responsabilidades. No es para menos cuando es público que el ex secretario de Seguridad fue brazo derecho en su administración como en cierta forma lo fue en el gobierno de Vicente Fox.
La sentencia anunciada para el 27 de junio por los cinco delitos que se le atribuyen alcanzaría una pena de más de medio siglo lo cual significa permanecer de por vida en la cárcel. Es un caso juzgado que golpea no solo al PAN sino a la reacción en general quedando exhibida en la exacta dimensión de su inmoralidad. Lástima que haya sido en el extranjero y no en nuestro país donde hay sobradas razones para llamarlo a cuentas.
En EU lo acusan por su relación con el narcotráfico, pero en México está pendiente el saqueo del erario por un monto comprobado de 740 millones de dólares depositados en paraísos fiscales y después invertidos en negocios particulares sobre todo en Florida, según denuncia de AMLO en diversas “mañaneras”.
La fiscalía general tiene la obligación abrir la respectiva carpeta contra Calderón e ir hasta las últimas consecuencias. Se trata de uno de los capítulos más importantes en el combate a la corrupción y buena forma de mostrar el daño causado a la república por los regímenes neoliberales del PRI y PAN. El gobierno actual no puede eludir el escenario que los gringos le colocan en bandeja de plata. En este caso si el gobierno de la 4T lo decide, no habrá escondite seguro para el ahora radicado en España. Esperamos que AMLO abandone ya la idea de no molestar a los expresidentes.
JUNTOS Y REVUELTOS
Existen indicios de alianza entre Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard. Ambos rechazan la manera en que su partido pretende aplicar la consulta respecto de la candidatura presidencial. “No es democrática”, aseguran, porque se presta, según ellos, a favorecer a una de las partes. En este sentido, aunque no mencionan nombre, se trata de la jefa de gobierno de la CDMX. Entre paréntesis, este lunes El Financiero destacó la encuesta mediante la que Morena mantiene preferencia en la gran capital: 46 por ciento frente al 25 por ciento del PAN. Se comprueba entonces que las campañas sucias contra Claudia Sheinbaum no han surtido efecto.
En cuanto a la probable coalición, el columnista considera que saldría perdiendo el canciller que, dicho sea, ha magnificado su figura debido a la participación en foros internacionales que han valido positivos comentarios para México. Algunos con relación a la visita de Mister Biden. Otros por el fraterno apoyo a naciones en desgracia como Turquía, Chile y desde luego Cuba.
Ebrard es un político disciplinado e institucional, nada comparable con el coordinador de la mayoría en senado, hecho a imagen y semejanza de lo más pútrido del priismo tradicional, es decir con amplio catálogo de mañas utilizadas a modo de sus intereses. Dice estar con AMLO, pero dudamos de su palabra al igual que de su promesa de permanecer en Morena si no obtiene la candidatura.
El asunto es que al paso de las semanas y los meses en el partido de AMLO la situación se pone candente y es de esperar que después de las elecciones en Coahuila y Edomex, estará “pior, tomando en cuenta que antes de finalizar el presente año la militancia definirá a su abanderado.
Sea quien fuere, el triunfo está asegurado y al menos el próximo sexenio la transformación de la república no tendrá impedimento. En este sentido usted dirá que la amenaza de los conservadores persiste en cuanto a ponerse de acuerdo para enfrentar a Morena. Cierto es, sin embargo, primero tendrán que borrar el pasado de corrupción, saqueo, inmoralidad que los identifica como traidores a la patria.
Quedamos en que Monreal no le conviene a Ebrard porque además de aprovecharse, echa a perder su trabajo. Lo raro es que el canciller no vislumbre la magnitud del daño que le puede causar, pero bueno, “cada cabeza es un mundo”.
SUCEDE QUE
La elección para senador en Tamaulipas alcanzó algo así como 600 mil votos de un padrón integrado por 2 millones 670 mil ciudadanos, más o menos el 21 por ciento. De dicha cantidad José Ramón Gómez Leal obtuvo el cargo con el 15 por ciento del total. No se requiere mucha ciencia para afirmar el rechazo hacia los partidos y sus candidatos. No fue apatía sino desconfianza. No tiene caso votar si las cosas van a seguir igual.
Y hasta la próxima.
Por Max Ávila