Ni como negar que México está dividido y aunque la oposición al supremo gobierno sigue siendo minoría no podemos ignorar que avanza en cuanto a presencia e impacto mediático, no así en las urnas donde Morena mantiene ventaja, a pesar de ello, buena prueba serán las elecciones de junio en Coahuila y Edomex donde se presume alcanzará triunfos, de lo contrario debemos aceptar que como partido retrocede y peor será después de que AMLO abandone el poder.
El partido oficial no alcanza madurez, triunfa por la influencia presidencial, eso lo sabemos. La realidad es que no ha sido capaz de crear liderazgos auténticos. En este aspecto hay exceso de confianza por el apoyo de un régimen con fecha de caducidad. Morena domina en la mayoría de los estados, pero no con visión transformadora porque los grupos locales caen en la misma tentación del pasado neoliberal, bajo el objetivo de siempre. Y ni modo que sea invento porque las evidencias están a la vista del portador. Es la disputa por espacios que significan negocios y riqueza pronta y expedita exenta de ideales, principios o valores.
Por su parte la dirigencia nacional permanece en el limbo apareciendo solo en escenarios que garanticen protagonismo. Mario Delgado como “líder” es prototipo de mediocridad. Incapaz de sumar a los indecisos, ha dejado que otras organizaciones los acaparen permitiendo la creación de fantasmagórica oposición que a fuerza de insistir se va convirtiendo en rabiosa e irreversible enemiga de la 4T.
Quienes “hacen caldo gordo” a la derecha conservadora integran una masa desinformada porque el CEN morenista no ha sido capaz de transmitir con firmeza lo que sucedió a la nación durante el régimen neoliberal. Deja todo a AMLO como si no tuviera la obligación de aportar lo que corresponde a un partido de estado. Mario Delgado ignora que la democracia y la justicia social se construyen desde diversas trincheras. Sigue siendo el inútil cuya irresponsabilidad ha costado múltiples problemas al jefe político de la república.
No es exagerado suponer que después de AMLO Morena podría desaparecer (o verse en serios aprietos), por la voracidad de muchos de los que ahora presumen sentimientos humanistas cuando solo son mercenarios del poder. Y es que en las circunstancias actuales no existe otro sostén que el presidente de México cuya autoridad moral rebasa cualquier intento golpista de la derecha reaccionaria.
Esta autoridad moral es más que suficiente para contener la embestida del neo porfirismo y medios de comunicación cómplices del saqueo a la nación, pero ojo porque AMLO desaparecerá de la política poco después de las elecciones del próximo año. Entonces Morena quedará huérfano.
NO PUEDEN CON ÉL
Por ahora el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca superó la orden de aprehensión en su contra y tal vez pueda regresar al país consideradas las fallas de la fiscalía en el debido proceso. Quizá pero no seguro porque aún hay pendientes que el supremo gobierno seguramente actualizará y con mayor razón ahora que queda en ridículo.
Cabeza de Vaca es hábil e inteligente en lo suyo por ello ha eludido las trampas. No es un santo, en política nadie puede serlo, pero de que se ha burlado y ha dejado “chiflando en la loma” a sus adversarios eso-que-ni-que.
Ha sido acusado de todo, pero de nada lo han condenado. Eso de por sí ya es un triunfo celebrado por quienes siguen confiando en su futuro o, mejor dicho, en su audacia. Eso de pretender la candidatura presidencial es perder el sentido de la proporción.
El hecho señalado al inicio debe ser una lección para aquellos que suponen que refiriendo errores y excesos del anterior régimen pueden justificar el congelamiento de promesas de campaña y de proyectos imaginados solo por mentes afiebradas por triunfos diluidos en la realidad.
SUCEDE QUE
A este paso habrá que pedirle perdón.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA