Después de la conmoción provocada por los acontecimientos de Matamoros el fin de semana, cuando cuatro ciudadanos estadounidenses fueron secuestrados por un grupo criminal y posteriormente asesinados dos de ellos, la atención pública nacional e internacional se centró más en Tamaulipas.
El caso Matamoros es la excepción a la regla en el escenario estatal, en el que la inseguridad ha generado condiciones complicadas en algunas regiones, pues en términos generales Tamaulipas muestra indicadores favorables en lo que va del sexenio.
En la ciudad fronteriza, de larga tradición de intercambio comercial y de intenso movimiento demográfico, los recientes hechos violentos exponen una área de oportunidad en la que se tendrá que trabajar, pero por lo pronto, los resultados de las acciones emprendidas muestran avances.
Tras la solución del problema, al localizar a los estadounidenses raptados y la aclaración de los motivos del asesinato de dos de ellos, el gobernador Américo Villarreal Anaya reafirmó que su administración está comprometida a garantizar la seguridad no solo de los habitantes de la entidad, sino también de quienes llegan al estado.
Y aunque el estado tiene sus atribuciones en materia de prevención y atención de delitos del fuero común, es la coordinación con fuerzas federales en donde recae la principal responsabilidad.
El propio Villarreal ha recordado en los últimos días que Tamaulipas ha mostrado muy buenos números en la medición de varios indicadores en materia de delitos de alto impacto que son del fuero federal, como homicidios, secuestros, extorsiones, daños a niñas, niños y adolescentes, principalmente.
Américo, ha afirmado en corto y en público que de sus tiempos de médico sigue puntualmente una rutina que consiste en conocer el estado que guarda la seguridad en la entidad para hacer un diagnóstico y proceder a tomar las medidas pertinentes para resolver los problemas que le corresponden a la administración. Justo en ese sentido, las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública señala que la coordinación con las fuerzas federales es lo que en los últimos cinco meses ha permitido que se trabaje en la atención de esa problemática, especialmente a través de la participación de la sociedad y los sectores privados, con las Mesas de Seguridad y Construcción de Paz.
Dejando de laso el caso de Matamoros -que corresponde atender a la Federación-, Tamaulipas tiene en lo general un buen desempeño en indicadores de seguridad, pues se ubica dentro de los 10 estados más importantes y seguros, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Mientras hay quienes desde el lado ideológico opuesto machacan la narrativa de que falta firmeza, las acciones muestran que hechos excepcionales ayudan al contraste para destacar lo avanzado, la coordinación con el gobierno federal y atender tanto a
las víctimas como las inquietudes de los ciudadanos para garantizar la seguridad, cada uno en el ámbito de su competencia.
LA PROTECCIÓN LEGAL A LAS MUJERES
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cuando muchas instituciones y actores sociales y políticos recordaron la importancia de ellas en el desarrollo social, el diputado Edmundo “Mon” Marón aprovechó la oportunidad de recordar que tiene tiempo impulsando varios cambios legislativos para buscar que el marco legal refuerce la protección a las niñas, jóvenes y mueres en general.
Marón ha dicho que una de sus prioridades es que haya leyes que garanticen la seguridad e integridad, la equidad y el acceso a mejores oportunidades de las mujeres, además del endurecimiento de las sanciones a quienes la violenten de cualquier forma.
En el Congreso del Estado, “Mon” Marón ha impulsado tres leyes que tienen como objetivo una mayor protección a las mujeres y generar sanciones más severas a quienes se atrevan a lastimarlas, entre ellas se han promovido penas de cárcel de 50 años a quien viole a una niña o a una mujer. Igualmente, que se imponga cárcel a quien violente a una mujer en su propio hogar
y considerar como delito grave y sujeto a castigo severo a quien mutile o desfigure con ácido a una mujer.
POR TOMÁS BRIONES
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@tomasbriones