En 1886 es publicada esta novela de León Tolstoi, aparentemente influenciado por una crisis de valores que vive durante este tiempo. Durante su juventud, a la edad de 25 años va a la guerra de Crimea, motivado principalmente por las deudas de juego que lo asediaban. Después de ser testigo del sitio de la ciudad de Sebastopol, donde hubo una enorme cantidad de bajas, regresa a San Petersburgo, donde retoma una vida frívola que solo le deja un gran sentimiento de vacío e inutilidad.
Probablemente estas vivencias más tarde formaron parte de la motivación para escribir “La muerte de Iván Illich”, donde relata la vida del hijo de un burócrata aceptablemente bien acomodado, que estudia leyes. En la novela que esta relatada en tercera persona, Tolstoi dice que “era ya lo que debía ser toda su vida: un hombre hábil, alegre, comunicativo, y que desempeñaba severamente lo que consideraba su deber; y por deber admitía cuanto era admitido como tal por las personas que ocupan puestos superiores, personas que le atraían como la luz a las moscas, y de quienes adquirió sus maneras, su modo de mirar las cosas”. En otras palabras, ser leal al poder.
Además, relata que “En la Escuela de Derecho había cometido acciones que, en ocasiones, le parecieron villanías, y hasta le inspiraron cierto horror a sí mismo; pero ulteriormente, viendo que actos por el estilo eran cometidos por hombres de alta posición y que no pasaban por malos, las olvidó por completo, sin hacer caso de sus recuerdos”.
“Gracias a las gestiones de su padre, al salir de la escuela de derecho obtiene un puesto como encargado de las cosas particulares de un gobernador”. Relata Tolstoi.
De esa manera, siendo diligente con el poder y sus reglas, llega a ser funcionario de la jurisprudencia rusa, que trabaja para el zar y logra una vida de lujos, acomodada, tranquila y sin cambios a los que temer. Aunque detrás de esta aparente armonía se encuentran, la envidia, la codicia, la autocomplacencia y la conmiseración.
Un día, sin embargo, al subir a una escalera, cae de lo alto y se da un golpe en un costado, aquí empieza su caída tanto física como moral. El golpe le deja dolores y acude a los doctores que le diagnostican diferentes dolencias, con los riñones, el hígado, el intestino, y le dan medicinas que dan un alivio muy fugaz, pero él sigue deteriorándose, y el dolor es cada vez más frecuente e intenso.
Este proceso entiende que lo llevara a la muerte si no es remediado, y eso lo agobia. Se veía morir, y le invadía de angustia. En el fondo de su alma sabía que iba a sucumbir; y no sólo no estaba acostumbrado a aquella idea, sino que no la comprendía, ni la podía comprender de ningún modo.
Tolstoi lo muestra con el siguiente silogismo: «Cayo es un hombre; todos los hombres son mortales; por consiguiente, Cayo también es mortal», le parecía aplicable únicamente a Cayo, pero de ningún modo a sí mismo. Razonamiento consciente o inconsciente de los que detentan poder.
La situación lo lleva a la desesperación y llega un momento en que se da cuenta dos cosas: Que está enfrentando la muerte y que «¿Quizá no haya vivido cual debía? Mas… ¿obré siempre como era preciso obrar?», el dolor es insoportable y finalmente la muerte lo libera del dolor, pero muere sintiéndose solo y vacío, con una enorme tristeza de saber que se equivocó en lo fundamental de su vida.
Esta novela me la han traído a la memoria los plagios cometidos por la ministra Yasmin Esquivel, una caída que sin duda le ha dejado un daño, a pesar de que las instituciones ofendidas, la UNAM y la Universidad Anáhuac en una primera reacción minimizaron el hecho y se declararon incompetentes para tomar acciones, la presión social las está obligando a tomarlas, el daño se ha ido extendiendo para la ministra. Otra “medicina” fue acudir a un amparo que en un inicio fue concedido, pero posteriormente fue suspendido. El dolor sigue, el mal está ahí y probablemente se dirige a la muerte profesional y ojalá se pregunte si vivió como debía.
La sociedad exige que haya consecuencias hacia la ministra por el plagio de sus tesis de licenciatura y doctorado. Pero también y más importante que el sistema corrija, ya que no ha sido capaz de evitar que esto pase y lo ha consecuentado puesto que se han revelado otros plagios y no es creíble que ni las autoridades de la UNAM ni las de la Universidad Anáhuac lo hayan ignorado.
La novela La muerte de Iván Ilich plantea el modo como funcionaban las relaciones de poder y subordinación en una familia de la clase alta rusa, cuyos miembros, tienen la ambición del escalamiento social como baluarte, son el dinero y el prestigio social los que mueven cualquier relación en sus vidas, desde las profesionales, hasta las filiales y amorosas.
Si echamos un vistazo a nuestra actualidad, pareciera que, en nuestra época las relaciones del poder funcionan de la misma manera.
POR FRANCISCO DE ASÍS