CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Después de un año hospitalizado por los daños que le causaron las torturas, el ex alcalde de Tampico, Óscar Pérez Inguanzo, salió en libertad el 28 de noviembre de 2012, mediante el pago de una fianza.
En esta tercera y última parte de la entrevista que dio a EXPRESO-LA RAZÓN reitera su exigencia de reparación del daño.
-¿Se fue de Tampico?
-Sí, me fui a vivir a la Ciudad de México, venía cada mes a firmar. Con menos amenazas, me ponían guardia de la Policía Militar, me recogían en el aeropuerto y de ahí al Juzgado. Me iba en el siguiente avión.
Después de 3 años al ex alcalde lo absolvieron de todos los presuntos delitos. “Las absoluciones dicen que las denuncias fueron infundadas, inventadas”.
-¿Hubo mala fe?
-Claro que hubo mala fe. Tan hubo mala fe que el 14 de septiembre de 2015 (fue en 2016), el que era Gobernador hizo una comida con periodistas. Le preguntan “¿qué fue lo que ocurrió con Óscar Pérez Inguanzo?”.
La pregunta era a Egidio Torre. Su respuesta: “fue un error, me equivoqué, a mí me dijeron una cosa y si de algo me arrepiento es de haber permitido que lo hayan exhibido públicamente y que le hayan hecho lo que le hicieron”.
Pérez Inguanzo aclara: “en una segunda pregunta, le dicen ‘el responsable de todo esto ¿es el chaparrito Morelos Canseco?, porque así dicen todas las notas (de periódicos). Y (Egidio) dice, ‘no, de ninguna manera, yo asumo toda la responsabilidad’. Entonces, ¿qué está pasando?”.
-¿Habló alguna vez con Egidio?
-No, nunca he hablado con él. Me salvó que tuvimos una muy buena defensa. Mi abogado Juan Jorge Olvera, mis respetos, hoy es muy buen amigo mío.
-¿Fue un asunto más político?
-¡Pero yo no logro entender hasta hoy qué fue lo que pasó. Te lo juro, por mis hijos. Yo no le hice nada a Egidio, ¡oye! su hermano era muy amigo mío. Aquí estaba siempre en la casa, aquí era su casa, aquí convivíamos. Mucho antes yo conocía a Egidio. No era mi amigo pero lo conocía y cuando yo estaba en la Comapa, le platicaba al Gobernador de los proyectos de drenajes pluviales, subestaciones que ya no servían. Me decía “tú convence a Egidio (que en aquel tiempo estaba en la Secretaría Técnica) y si me traes tu proyecto ejecutivo palomeado por Egidio, te apoyo”. Y sí, es muy bueno como ingeniero, eso sí, mis respetos.
-¿Pero como político?
-¿Qué te puedo decir? Te lo juro que yo no le guardo rencor a nadie, me da tristeza haber visto sufrir a mi familia, a mi mujer y a mis 2 hijos, no se lo merecían. Hoy estoy aquí en mi casa tranquilamente con mi esposa, mis hijos, somos una familia feliz.
-Si usted tuviera la oportunidad de ver a Egidio ¿qué le diría?
-¡Repárame el daño que me causaste! ¡Lo tienen que reparar!
Pérez Inguanzo tuvo la oportunidad demandar la reparación del daño y a quienes inventaron esas acusaciones. Sin embargo no expuso su caso ni a la profesora Magdalena Peraza o a Gustavo Torres. “No, no, no, esos temas no he hablado con nadie”.
-Aquí ¿quién tiene qué hacerlo? ¿Egidio?
-El Poder Judicial. Están las carpetas de investigación, hay una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la 91/2011, dirigida a Egidio Torre Cantú y le dicen que Óscar Pérez Inguanzo fue torturado y que le reparen el daño físico, sicológico, económico, de todo. No repararon nada.
Intervino la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y tuve amenazas del Gobierno (del Estado) que si no me desistía de la CIDH, me iban a inventar otro proceso.
-¿Egidio, otra vez?
-¡Sí, sí, sí, sí, sí. Fue como en el 2013. Y que no me iban a dar mis absoluciones. Me tuve que desistir ante la CIDH: ¡Por favor! ya paren su investigación. Y hasta les puse en una última carta: “Es condicionante del Gobierno del Estado que si ustedes no detienen su intervención, no me pueden entregar mis absoluciones”.
-¿Hay algún proceso abierto?
-Hay carpetas, sí. Pero hay que dejárselo a las autoridades. Hoy me ves tranquilo, digo, estoy medicado porque sí fue un trauma bastante fuerte, yo no se lo haría a nadie.
“Pensé que no iba a salir con vida, que esas personas me iban a matar. En las noches platicaba yo con ellos y les decía: ‘¿Qué ganan con hacerme esto?”, Y decían ‘recibimos instrucciones de Ciudad Victoria y pues tenemos qué hacerlo’.
“Les decía ‘no me golpeen, yo qué les he hecho’. Y respondían ‘pues lo sentimos mucho, pero así son las instrucciones que recibimos’”.
-¿Por qué esa saña?
-No lo logro entender todavía, te lo juro, pero eso ya pasó, no te voy a decir que ya lo asimilé completamente, no. Yo sí creo todavía en la justicia, gracias a la CIDH, a la CNDH están las carpetas de investigación por delitos de tortura, extorsión, uso abusivo de funciones.
-¿Confía en que haya justicia en su caso?
-Tiene que haber. Estoy en el Registro Nacional de Víctimas y en el Registro Estatal de Víctimas. Está probado que fui torturado, extorsionado. Tengo un estudio que se llama Protocolo de Estambul, te lo hacen siquiatras, sicólogos, la CNDH donde prueban que fui torturado. Me gustaría cambiar ya de tema, no es nada agradable para mí. Ojalá algún día esto se termine.
Afirma que ya no hace política. “No, nada, cero política”. Y asegura que no tiene arrepentimientos. “No. Nunca le he hecho daño a nadie, no hay quien me pueda decir que lo robé, que le pedí dinero, que lo maltraté. Cuando era Presidente Municipal traté de ayudar a todos los que se me acercaban”.
“Aquí estoy en Tampico, viviendo a gusto, me gusta mi ciudad, veo una zona sur limpia, antes había mucha diferencia entre Tampico, Madero y Altamira, hoy no”.
Del gobernador Américo Villarreal dice lo conoció en el gobierno de Eugenio. “Estaba en la Secretaría de Salud. Con su papá, cuando era Gobernador le electrifiqué todas las comunidades rurales, les ponía energía solar, hace más de 30 años”.
Y remata: “creo que le va a ir bien a Tamaulipas con el Gobernador, con una interacción muy importante con los alcaldes, a pesar de que Jesús Nader no es del mismo partido observo que se llevan bien”.
Por Tomás Briones
EXPRESO-LA RAZÓN
Tercera y última parte