La violencia familiar y contra la mujer va en ascenso en la zona sur de Tamaulipas.
Solo para que tenga el dato, durante enero a marzo de este año, un promedio de 5.3 fueron maltratadas en Tampico, Madero y Altamira.
Es una vergüenza que más de 479 femeninas hayan pasado por una tragedia o cuestión peligrosa por culpa de tipos, en su mayoría, que borrachos se creen muy valientes para atentar contra ellas.
Esto es algo grave que debemos de estar frenando para que no continúe disparándose, pues no es posible que suceda esto.
Por qué, además, imagínese, seguramente (en promedio) por cada mujer que se atreve a denunciar, hay muchas que se quedan calladas, viviendo un calvario en manos de sus parejas.
No puede estarse presentando esta situación, pues es importante que los diputados locales de Tamaulipas dejen de estarse rascando el ombligo y se pongan a chambear en este tema.
Debe darse “mano dura” contra todo aquel mozalbete que se atreve a tocar a una mujer, pues debe de ser hasta quemado en leña verde.
Por “burros” y no aprender, desde que nacieron, que a la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa, esto es una regla de oro.
Vemos qué hay feminicidios que nunca son castigados y que lamentablemente los responsables andan sueltos y tal vez, siguen matando.
En el estado los delincuentes de este tipo se burlan de las autoridades y eso no debe.
Hay que reforzar el respeto a la mujer, tanto en la casa como en la escuela, para que desde pequeños, los niños, tengan muy claro esto. Los maestros, los papás, los tíos, todos
debemos de cerrar filas para que bajen las estadísticas en los próximos años.
Pues éstas otras están superando los robos y los asaltos, pero sus lesiones que dejan huellas más profundas en cada una de las familias que la sufren .
Las mujeres deben de ser las reinas de la casa y hay que tratarlas, de esta manera.
No solamente hoy que es 10 de mayo, sino siempre.
Y hay que llenarlas de flores para que tengan claro lo importante que son en nuestras vidas. Los tiempos son los mismos y esta regla de oro no cambia y no debe de cambiarse, ni pasarse por alto.
Y para los que no la tenemos físicamente, hay que aprender a tenerlas en nuestro corazón, desde donde se les puede seguir respetando y amando.
Desde ahí siguen siendo nuestra catedral y nuestra súper heroína, grabénselo, eso nadie podrá evitarlo.
Porqué solo se han ido físicamente.
#En ningún lugar del mundo debe darse la violencia contra las mujeres.
Recuerde: ¡No se vale chillar!
POR MARIO ALBERTO PRIETO