El año de 1936 es recordado mundialmente como el año que marcó el inicio de la sangrienta guerra civil española. El México de ese tiempo, era gobernado atinadamente por el general Lázaro Cárdenas del Río, mientras que Tamaulipas era gobernado por el arquitecto Enrique Luis Canseco González.
Ciudad Victoria era gobernada para el bienio 1935-1936 por don José Martínez Rocha, siendo sus regidores: Manuel Álvarez, Ascensión Vázquez, Daniel Camero, Ernesto H. Sánchez y Benjamín S. Peña; mientras que los síndicos fueron Servando Ramírez y Donaciano Charles.
El ex cronista de la capital, Vidal Efrén Covián, señaló que en otra fuente que consultó, obtuvo los nombres de los regidores propietarios Agustín Torres, Agustín Maldonado, Pedro de la Vega, Paz Rodríguez, Antonio Linares y Cecilio Gatica.
ZAFARRANCHO EN LA CAPITAL
El 12 de enero de 1936, en los límites de los ejidos del Refugio y La Misión, de la jurisdicción de Victoria, se registró un sangriento zafarrancho agrarista, resultando muerto Odilón Torres y heridos de gravedad Agustín Obregón y Gregorio Torres, siendo los agresores los ejidatarios de La Misión, quienes aprovechando la noche atacaron El Refugio, entablándose fuerte tiroteo.
Las tropas federales y la policía de Tamaulipas acudieron al lugar de los hechos, con orden de aprender a Juan Sustaita, provocador de la balacera.
DISUELVEN TRIBUNAL Y AGASAJAN A PORTES GIL
El 15 de enero de 1936, por medio de un decreto de la Legislatura de Tamaulipas, se disolvió el Tribunal de Justicia integrado por los magistrados callistas Albino Hernández, Emilio de la Garza y Aniceto Villanueva, quienes fueron sustituidos por los licenciados Luis Govela de la Torre, Maximiliano Hernández Garza y Benito Juárez Ochoa, ex gobernador del Estado.
Ese mismo día, pero en la Ciudad de México, el ex gobernador y ex presidente de la república, licenciado Emilio Portes Gil y el general Saturnino Cedillo, Secretario de Agricultura, eran agasajados con un banquete que les ofrecieron algunos miembros del gabinete del presidente Lázaro Cárdenas y del ala izquierda de la Cámara de Diputados.
El tamaulipeco era en ese entonces, presidente del Partido Nacional Revolucionario. En la mesa de honor, Portes Gil y Cedillo fueron acompañados por los diputados Luis Mora Tovar, presidente del ala y Antonio Mayes Navarro, presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
HUELGA DE MAESTROS
El 9 de marzo de 1936 estalló una huelga de maestros en los planteles educativos de Ciudad Madero, Victoria, Matamoros, Nuevo Laredo, Jaumave, Hidalgo, González, Altamira y otras poblaciones, en acatamiento a la resolución de la Unión Magisterial de Tamaulipas, en vista de que el Gobierno del Estado no había resuelto ninguno de los puntos peticionarios de los 500 maestros que exigían el pago integro de sueldos, reapertura de 250 escuelas rurales, pago de sueldos atrasados y puntualidad de los pagos a partir de esta fecha.
Todas las gestiones para suspender o aplazar el movimiento habían fracasado, pero continuaban las pláticas. Los quejosos lanzaban fuertes críticas al gobernador Canseco y al licenciado Emilio Portes Gil
MARTE R. GÓMEZ ES ELECTO GOBERNADOR
En elecciones para gobernador del 5 de julio de 1936, resultó electo para ocupar Palacio de Gobierno, el ingeniero Marte R. Gómez, candidato del Partido Nacional Revolucionario, quien se atrincheró en Tampico para vigilar desde el puerto los comicios, en tanto que su contrincante Aguirre Garza tuvo su bunker en Ciudad Victoria.
Los comicios se realizaron con tranquilidad, gracias a las medidas tomadas por el general Antonio A. Guerrero, comandante de la Zona Militar, quien ordenó que las tropas y la policía quedaran acuarteladas desde las 18 horas del 4 de julio, dispersando también otros soldados para patrullar las calles de las principales ciudades de Tamaulipas, con terminantes instrucciones de impedir toda alteración del orden.
Pocos fueron los votos a favor del licenciado Aguirre Garza, no obstante, la presión que pretendieron ejercer los líderes de su partido.
VICTORIA TENÍA UN IMPORTANTE CAMPO MILITAR
Un reportero del periódico regiomontano “El Porvenir”, escribió el 3 de agosto de 1936 que había tenido oportunidad de visitar el cuartel del 9º Batallón que se hallaba de guarnición en la plaza y que cubría el servicio del Sector Centro del Estado.
Este individuo quedó sorprendido de su esmerada limpieza y su amplitud, pues esperaba lo contrario, indicando que tenía unos magníficos pabellones de material, en los que se encontraban establecidas las oficinas del jefe del Batallón, Sección Sanitaria, Sección de Ametralladoras, alojamientos espaciosos y bien ventilados para la tropa, así como los talleres de talabartería, carpintería, fragua, y reparación de vestuario, todos ellos dirigidos por un sargento capacitado designado por la Secretaria de Guerra y Marina.
El perímetro del cuartel del 9º Batallón (antiguo Hospicio Vicentino) era amplio, por lo tanto, en su interior existían muchos pabellones, algunos de los cuales ad-doc estaban destinados a academias para oficiales y tropa, impartiéndosele a ésta Instrucción Primaria.
El reportero de Monterrey también observó las cuadras en condiciones inmejorables de higiene, el stand de tiro al blanco y el depósito para forrajes: todo denotando una escrupulosa labriosidad por parte de los jefes del Batallón, coronel Rafael Cerón Medina y teniente coronel Gregorio González, a quien debía la gentileza de la invitación a las instalaciones.
PARA FINALIZAR SU REPORTAJE, EL PERIODISTA DIJO: “El plan en que se fundamenta esta importantísima mejora material que viene a dignificar y favorecer cómodamente a nuestro abnegado y valiente soldado, es muy similar al que se siguió para construir la Ciudad Militar de Monterrey, cuya grandiosa obra se debe al patriotismo y altruismo del ameritado general divisionario, señor Juan Andreu Almazán, aunque es de advertirse que por la diferencia de recursos e importancia de las dos ciudades en que se edifican dichos campos militares, el de esta capital no abarcará la suntuosidad de aquella, pero repito, puede asegurarse que responde a los imperativos de una vida mejor”. En ese tiempo, el 9º Batallón era de los que se lucían por lo disciplinado y bien vestidos.
Para 1936, cubría un sector bastante grande en el Estado, ya que además de los servicios de destacamento y plaza, estaba encomendado a la vigilancia de las carreteras.
En ese tiempo, tanto el teniente coronel González, como el coronel Cerón Medina, tenían la idea de construir en un sitio baldío que se encontraba en contra esquina del cuartel, una serie de viviendas al estilo rustico para uso de las familias de los soldados y que resultan ventajosas por lo económico y lo excesivo de los calorones tropicales de la región, en cuyas construcciones cooperarían los mismos soldados.
TORMENTA EN TAMPICO INCOMUNICA LOS ACCESOS A VICTORIA
El 26 de agosto de 1936, el comandante de la 8ª Zona Militar, general Antonio A. Guerrero, rindió un informe detallado a la Secretaria de Guerra y Marina sobre los perjuicios causados por las inundaciones en el puerto de Tampico, indicando que debido a que estaban suspendidas la comunicaciones ferroviarias y carreteras hasta Ciudad Victoria, no había podido trasladarse a prestar auxilio a las rancherías afectadas, esperando hacerlo tan pronto bajara el agua. El militar dijo a la prensa que tan sólo en Villa Juárez (El Mante) el fenómeno había arrasado 116 casas de adobe en esa población y en el Limón y La Mora.
GRAN FERIA EN CIUDAD VICTORIA
El presidente Lázaro Cárdenas, el general Rafael Sánchez Tapis, entonces Secretario de Economía y otros altos funcionarios federales, fueron invitados para concurrir como huéspedes de honor a la inauguración de la gran Feria y Exposición Industrial, Comercial y Agrícola-Ganadera que se llevó a cabo el 20 de noviembre de 1936 en la capital tamaulipeca.
La feria constituía un acontecimiento de gran magnitud y trascendencia, que no solo beneficiaría a Tamaulipas, sino a toda la región Noreste del país.
El evento contó con la más amplia y activa cooperación de algunas Secretarias de Estado, las autoridades locales y numerosas instituciones de industria, comercio, ganadería, etc.
Y también con la cooperación y apoyo de varias organizaciones obreras. Se contó también con la colaboración De importantes periódicos de Nuevo Laredo, Tampico y Matamoros, quienes difundieron tan importante evento.
POR MARVIN OSIRIS HUERTA MÁRQUEZ