La situación económica y social de países de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe convirtió a la frontera de Tamaulipas en el epicentro de un fenómeno migratorio sin precedentes, y cuyas consecuencias aún son inciertas.
Se estima que a los 20 mil migrantes que se encontraban varados a principios de la semana pasada en municipios como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, se sumarán muchos más, pues Estados Unidos empezará a deportar hasta a 30 mil extranjeros mensualmente hacia suelo mexicano.
De hecho esta tendencia se agudizó esta semana. De los mil 900 migrantes que cruzaron de forma indocumentada por el Río Bravo en Matamoros el jueves, último día del Título 42, mil 800 personas o el 95 por ciento del total fueron retornadas a Matamoros, informó ayer la Patrulla Fronteriza.
Al dar la cifra, Gloria Chavez, jefa de la Patrulla Fronteriza en el Sector del Valle del Rio Grande -que va de McAllen a Brownsville-, advirtió que los migrantes que crucen sin permiso no obtendrán el asilo, e incluso podrían ser deportados a sus países de origen.
“Queremos hacer un recordatorio a todo el público: que nuestra frontera no está abierta, está cerrada”, afirmó. “Seguimos haciendo los recorridos a lo largo del río”.
Además pidió a los indocumentados no arriesgarse a cruzar el río porque hay muchas corrientes y vegetación que los puede atrapar y provocar que se ahoguen.
Migrantes que fueron regresaron a Matamoros volvieron al campamento que está junto al río y expresaron su intención de seguir con el proceso de asilo ahora bajo las reglas del Título.
“Vamos a seguir intentando, ahora con la cita, esperamos que nos dejen pasar”, dijo el venezolano Wilbert García.
EN REYNOSA SE DISCIPLINAN
A diferencia de Matamoros, la comunidad migrante varada en Reynosa se disciplinó a las nuevas reglas de Estados Unidos y se quedaron tranquilos en espera de su proceso de asilo, destacó Fortino López, defensor de los derechos humanos.
Sin embargo, aunque el flujo indocumentado ha sido mínimo, en la vecina McAllen se prepararon con un campamento en el Parque Anzaldúas y centros humanitarios reportaron un alza en el arribo de migrantes.
El abogado migratorio destacó que los extranjeros en Reynosa no se volcaron a cruzar de forma indocumentada por el fin del Título 42 porque en los albergues se les ha explicado los beneficios de pedir asilo vía la aplicación CBP One y los castigos que pueden sufrir.
“Con la entrada en vigor del Título 8 se puede decir con certeza que los migrantes están tranquilos, que están bien informados”, dijo el también presidente de la Asociación Internacional de Derechos Humanos (AIDH).
En tanto, bajo el Puente Anzaldúas, la Patrulla Fronteriza instaló un campamento a la espera de que llegaran migrantes.
En McAllen, el refugio de Caridades Católicas reportó que estaban trabajando las 24 horas para mantenerse al día con el flujo, pero hasta ahora han logrado manejar la situación porque los migrantes suelen estar poco tiempo.
El albergue alcanzó su capacidad para mil 500 personas y los voluntarios tuvieron que rechazar a unos 200 migrantes, que fueron llevados a tiendas de campaña en un parque cercano y otros esperaron en la estación de autobuses para dejar la ciudad.
El Gobierno de Tamaulipas implementó desde esta semana un “operativo espejo” que incluyó el despliegue de Guardia Estatal, en coordinación con la Guardia Nacional, el Ejército y otras corporaciones federales.
El objetivo en primer lugar es evitar los cruces masivos a través del Río Bravo, en parte para proteger la integridad de los migrantes.
CRUZAN A CUENTAGOTAS
Con la puesta en marcha del Título 8, muchos de los migrantes que se encuentran en el lado mexicano prefirieron ya no lanzarse al Río Bravo para cruzar a Estados Unidos.
Esto, ante la insistencia de activistas, y autoridades de los dos países que les han hecho saber que si intentan llegar de manera irregular no solo serán deportados, sino que se les “fichará” por cinco años para que no puedan recibir ningún beneficio migratorio.
Por ello, muchos prefieren esperar a realizar el trámite por la vía legal, lo que también implica que el campamento migrante instalado a orillas del Río Bravo crezca todavía más.
El viernes, por el puente Nuevo de Matamoros cruzaron 50 migrantes venezolanos, cubanos y centroamericanos hacia Bronwsville.
“Es población migrante que se encontraba en Matamoros desde algunas semanas y presentan un rango de vulnerabilidad conforma a lo estipulado bajo el Título 8. Seguimos invitando que las personas busquen cualquiera de las opciones de forma legal y segura”, declaró el director de la Casa del Migrante “San Juan Diego”, José Luis Elías Rodríguez.
Los venezolanos que lograron cruzar a Brownsville expresaron la emoción que sentían, pero también la incertidumbre.
“Muchas emociones, mucha nostalgia porque no sabemos que va a pasar allá, solo nos dijeron que es una oportunidad que tenemos para poder cruza y no nos han dicho mayor cosa. Pero esperanzados que hoy nos reciban y podamos empezar ed cero en Estados Unidos”, expresó una joven venezolana.
ENDURECEN MEDIDAS
El Gobierno Federal estableció una estrategia de contención que incluye el despliegue de más de 25 mil 845 elementos de la Guardia Nacional y el Ejército en las fronteras sur y norte.
Asimismo el Instituto Nacional de Migración prohibió a todas sus oficinas estatales otorgar documentos que permitan a los viajeros transitar por el País.
“El INM ordenó a todas las oficinas de migración en todos los estados no otorgar Formatos Múltiples Migratorios, ni otro documento que autorice el tránsito por el País”, refiere.
El pasado miércoles había anunciado el cierre de 33 estaciones migratorias que albergaban a mil 300 personas. De acuerdo con el Gobierno federal, actualmente hay 26 mil 560 migrantes en la zona fronteriza norte del País, de los cuales 10 mil están en Ciudad Juárez, 7 mil en Reynosa, 5 mil 500 en Matamoros, 3 mil en Tijuana, 360 en Nogales, 420 en Piedras Negras y 280 en Ciudad Acuña.
DEPORTACIONES MASIVAS A MÉXICO
Desde el viernes comenzó la devolución a territorio mexicano de ciudadanos de terceros países bajo la figura de “deportaciones” y “retornos voluntarios”.
Este sería un mecanismo que nunca se ha empleado en la relación entre Estados Unidos y México, por lo que se considera un giro histórico la decisión del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador de aceptar a personas de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua.
“Llegamos a un acuerdo que es muy importante, México acordó aceptar a mil personas por día que cruzan y no tienen un estatus legal en EU de cuatro países”, dijo el Secretario de Estado de EU, Antony Blinken, a la cadena PBS.
“El status quo sobre el terreno (en la frontera) no cambiará mucho, pero desde una perspectiva legal esto es un cambio sísmico”, consideró Aaron Reichlin-Melnick, director de políticas en el American Immigration Council (AIC).
“En ningún momento de la historia de EU ha habido otro país que acepte un gran número de deportaciones desde EU de personas que no sean nacionales de ese país”.
POR PERLA RESÉNDEZ/ JULIO LOYA