Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Desde las primeras lluvias del mes marzo en Tamaulipas han caído cerca de 400 mm de precipitación, lo cual, ha beneficiado al rubro agrícola principalmente y a la vegetación, sin embargo, el Estado aún sufre de sequía extrema que no ha sido contrarrestada por todos estos eventos meteorológicos registrados desde hace ya casi dos meses.
Y es que el Monitor de Sequía en México, en su último reporte del 31 de abril, destaca que nuestra localidad continúa con un 88.1 por ciento de su territorio seco.
Esto quiere decir que de los 43 municipios que conforman Tamaulipas, un total de 32 son los que se encuentran en intensidad D-1 a la D-3, lo que se traduce a estar entre anormalmente seco a sequía extrema.
Sin afectación o libres de sequía, está el 11.9 por ciento del, que son los municipios de Camargo, Diaz Ordaz, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y parte del oeste de Matamoros.
Es en estos últimos donde se encuentran los Distritos de Riego más grandes del Estado, que son los 025 y 026, con una extensión de más de 250 mil hectáreas de siembra donde ya no existe riesgo de sequía.
Así mismo las localidades con sequía extrema o D-3 siguen siendo casi todo Solo La Marina, parte del sur de San Fernando, un poco de Abasolo y una mínima parte del noroeste de Nuevo Laredo.
En comparación a inicios de marzo, cuando aún no se presentaban lluvias algunas, Tamaulipas disminuyó en un 11.9 por ciento su nivel de estiaje pluvial, pues no existía ciudad alguna sin afectación alguna.
Todos los 43 municipios estaban dentro del rango D-0 a D-3, sin haber una mínima parte de estos que no tuvieran afectación.
Hoy día, 27 de los 43 se encestan entre D-1 a D-2 y son las intensidades que imperan en el Estado.
Por lo que resta de este mes de Mayo, se esperan más precipitaciones, mismas que pudieran disminuir un poco la crítica situación ambiental en que se encuentra Tamaulipas.
Sin embargo nada de todas estos cerca de 400 mm han servido para recargar presas, ríos, ni mantos friáticos, por lo que el abastecimiento de redes domésticas continuará siendo un déficit para la ciudadanía.
Por Antonio H. Mandujano