Desde el 19 hasta el 21 de mayo, la ciudad nipona de Hiroshima, famosa por haber sido bombardeada por una bomba
atómica en 1945 y que pondría fin a la Segunda Guerra Mundial, es en 2023 sede de una las reuniones multilaterales de más importantes del mundo: la 49va Cumbre del G7.
Organizada en esta ocasión por Japón, los siete miembros se han sentado a discutir y defender el actual orden
internacional, amenazado por la Guerra entre Rusia y Ucrania, y el ascenso de una China que busca extender sus capacidades militares.
El Grupo de los Siete (G7) es un foro político intergubernamental establecido en 1973, en el cual los siete poderes económicos más avanzados se reúnen para tratar temas de importancia mundial como seguridad internacional, desarrollo económico y social, cambio climático y medio ambiente, alimentación y sanidad, solo por mencionar
algunos.
Tras tres días de reuniones, los miembros del grupo crean y adoptan un comunicado vinculante políticamente, en
el cual se busca coordinar políticas para conseguir objetivos en común. Los países que conforman el G7 son: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Además, a pesar de que la Unión Europea tenga el estatus de miembro, sí tiene representación política y al final adopta el comunicado como el resto de los participantes.
Aunque originalmente estos eran los países con las economías más poderosas al momento de su creación, en la actualidad China es la segunda economía más grande del mundo y no es parte del grupo, principalmente porque
su forma de gobierno y políticas no van acorde a los del Grupo, sin mencionar que algunos de los miembros de este consideran a China como una amenaza. Por su parte, Rusia sí formó parte del G7 desde 1998 hasta 2014, cuando el resto de los miembros lo excluyeron tras invadir la península de Crimea de forma ilegal.
Los miembros del G7 son considerados como países que tienen un gran peso económico, militar y político a nivel
internacional que los hace relevantes ante el resto de la comunidad internacional. En esta reunión, los temas más importantes a tratar justamente involucran a los dos países previamente mencionados: Rusia y China.
A más de un año del inicio de la Guerra entre Rusia y Ucrania, los miembros han recalcado su apoyo al gobierno ucraniano y han intensificado sus sanciones con la intención de afectar la economía rusa, queriendo así condenar la agresión y defender el Derecho Internacional que rige las relaciones entre países.
Probablemente también adopten en conjunto una nueva serie de sanciones económicas y de seguridad, buscando
arrinconar a Rusia y obligarla a terminar con los ataques.
Mientras tanto, el aumento de los ejercicios militares de China en el Mar Pacífico y sus continuas amenazas a Taiwán han alertado tanto a Japón como a Estados Unidos. Es entre estas tensiones que varias empresas
multinacionales han iniciado a buscar alternativas a la manufactura china en sus cadenas de producción, previendo que un conflicto pueda afectar la elaboración de productos.
Es en este contexto en el cual se ha desarrollado la cumbre de este año en Hiroshima, el simbolismo del lugar muy
adecuado con las amenazas de China y Rusia de desestabilizar el status quo del actual orden internacional con medios militares.
Es de vital importancia que las decisiones tomadas en esta cumbre no solo sean contundentes, sino que también los siete miembros estén de acuerdo y demuestren su unidad ante estos retos.
De lo contrario, Rusia o China podrían comenzar a buscar aliados, lo cual cambiaría por completo el panorama. Sin embargo, esto es poco probable pues, aunque puedan existir intereses económicos, las consecuencias políticas serían mucho mayores, ya que el resto de la comunidad internacional lo reprobaría.
Solo esperemos que las decisiones tomadas ahora sean las adecuadas para evitar un conflicto mayor el futuro.