La ciudadanía debe denunciar a las personas que abandonen desechos sólidos no autorizados o especial en contenedores y zonas de la ciudad que no están permitidas.
Azael Portillo Alejo, regidor de la comisión de Servicios Públicos, informó que con su participación se puede evitar esta situación.
«Siempre se ha invitado a la ciudadanía a la denuncia, para que esto no suceda. Se hacen estas denuncias para que se eviten estos actos que dañan la imagen urbana de la ciudad y los esfuerzos de conservarla limpia».
Los contenedores, añadió que son los más afectados por esta situación en la que no se respeta.
«Lo que es más cotidiano es que estas situaciones se presentan en los contenedores, porque la gente de recolección, los compañeros de la rea de recolección hacen la ruta de contenedores y a veces lo hemos manifestado, se hace la limpieza del contenedor y a los 10 minutos otra vez está lleno»
La basura especial, explicó que solamente se puede depositar en los sitios debidamente autorizados en la ciudad.
«Si la idea es, que recordemos que es muy importante el tema del escombro, trompo, ese tipo de basura, vidrio, desechos. La basura especial contagiosa no se puede recoger.
La recolección de este tipo de basura dijo que se realiza con ayuda de equipamiento especula, como maquinaria y camiones de volteo.
Las unidades recolectoras, explicó que no pueden encargarse de esta situación porque se pueden dañar.
«No unidades recolectoras, es que se pueden dañar, se tiene que usar otro tipo de unidades; camiones de volteo, maquinaria».
En la zona centro, el área de contenedores del mercado de la ciudad es uno de los más afectados.
Los reportes más comunes son de los carreteros, y no solamente los llenan, sino que los dejan rebosantes.
«A veces son carretoneros, son otros particulares que se les hace fácil utilizar ese contenedor»
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«El problema es que es de desechos que no son los adecuados no son los correctos, Estamos hablando de que echan escombro, echan troncos, vidrios, colchones, basura como refrigeradores, estufas»
José Luis Rodríguez Castro/ La Razón