CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En los últimos años, el Museo Tamux, ha ganado fama por las numerosas historias sobre la presencia de niños fantasma en sus instalaciones.
Esta leyenda, que ha cobrado fuerza con el tiempo, ha dejado perplejos a aquellos que han registrado algún encuentro con lo paranormal en tanto laboraban en el museo o simplemente lo visitaban.
De acuerdo a los relatos de personas que han trabajado en el lugar, se han escuchado voces y risas de niños en los que no había acceso al público.
Algunos incluso afirman haber visto huellas de niños en los pasillos, a pesar que no había nadie presente en esos momentos.
Las historias de niños fantasma del Museo Tamux han encontrado un espacio para compartirse en el grupo de Facebook “Mundo Paranormal”. Varios usuarios han compartido sus testimonios sobre estas experiencias sobrenaturales.
Uno de ellos menciona: “Fui supervisor de seguridad y los guardias que tenía ahí me decían que salía una niña y no hacían rondines nocturnos por miedo”.
Otro suceso inquietante fue relatado por un usuario que asistió a una boda en el salón de eventos del museo.
Después de la medianoche, tomaron fotografías y en una de ellas apareció un niño, a pesar que no había ningún menor presente en la celebración.
“Hasta ahora no hallamos una explicación sobre cómo un niño pudo haber aparecido en esa zona del museo”, dijo el testigo.
La especulación sobre fenómenos paranormales en el Museo Tamux apunta a una historia trágica que precede a la construcción del lugar.
De acuerdo a rumores, en la década de los 80, en el sitio donde ahora se halla el museo, había una cueva donde supuestamente ocurrieron hechos terribles.
A pesar de la falta de pruebas concluyentes, la persistencia de esos relatos ha mantenido viva la historia en torno a niños fantasma del Museo Tamux. En tanto tanto, los visitantes y trabajadores siguen fascinados por la posibilidad de tener encuentros sobrenaturales en este emblemático sitio de Ciudad Victoria.
El Museo Tamux se mantiene abierto al público, al ofrecer la oportunidad de explorar su colección y, tal vez, descubrir por sí mismos si los niños fantasma son una leyenda o una realidad que se oculta en sus paredes.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON