Se consumó lo esperado, el Partido del Trabajo siguió la ruta del Verde Ecologista en Coahuila y retiró también su candidatura para brindar su apoyo al abanderado morenista ARMANDO GUADIANA TIJERINA.
En ambos casos, a espaldas de sus candidatos y, por idéntica razón, tanto LENIN PÉREZ RIVERA como RICARDO MEJÍA BERDEJA respondieron igual.
Condenaron la negociación cupular, anunciando su decisión de seguir como candidatos aún sin el respaldo de los partidos nacionales que originalmente los abanderaron.
Con la ventaja para ambos de que las boletas ya están impresas, pues la elección será el próximo domingo. Ni el fariseísmo de la dirigente verde KAREN CASTREJÓN TRUJILLO ni los trastupijes del patriarca petista ALBERTO ANAYA GUTIÉRREZ podrán modificar el posicionamiento que ya tienen LENIN y RICARDO.
Va tan avanzado el proceso que quienes quedan mal son KAREN y ALBERTO. Están vendiendo, además, cuentas de vidrio (para colmo) porque ni sumando a todos los adversarios dentro de la causa de GUADIANA lograrían alcanzar al indiscutible puntero, el aliancista MANOLO JIMÉNEZ SALINAS.
La encuesta final de diario REFORMA le reconoce a MANOLO un contundente 53% en las intenciones del voto, contra 25% de GUADIANA, 17% de RICARDO y 5% de LENIN.
De confirmarse este panorama, JIMÉNEZ no solamente supera a cada uno de sus contrincantes por separado sino que (además) trae más canicas que todos juntos. Ni sumados lo alcanzan.
Necesario es recordar que las declinaciones jamás han significado una transferencia mecánica de apoyos. Los 17 de RICARDO no se irán en automático a la cosecha de GUADIANA TIJERINA, tampoco los 5 de LENIN.
No es así de lineal, ni de automático, porque detrás de los fríos porcentajes hay personas y (guste o no) diversidad de criterios que no necesariamente acatan la orden de modificar su comportamiento ante la urna, nomás porque se los dicen desde arriba, al cuarto para las doce y en una descolorida conferencia de prensa.
De hecho, las dos claudicaciones se han efectuado con tal desaseo (una verdadera grosería, sin consultar, siquiera, a los candidatos) que el votante medio de Coahuila se mantendrá, en cada caso, mayoritariamente fiel a la persona, por encima del partido.
Es decir, sin acatar en absoluto la disposición de sus cúpulas que de última hora están dando chaquetazo en favor de GUADIANA. Son electores, no robots; son ciudadanos, no zombis, aunque a ratos parece que eso quisieran sus dirigentes.
OPERACIÓN CAMBALACHE
Pero hay otra interpretación que acaso le otorgue sentido a estos bandazos aparentemente absurdos. Una razón oculta que quizás salvaría la congruencia de los operadores partidistas a nivel nacional, pero dejaría muy mal parado a GUADIANA TIJERINA.
La insistente versión de un probable intercambio de EDOMEX por Coahuila, operada directamente con el PRI de ALEJANDRO MORENO CÁRDENAS. Dando y dando, pajarito volando, quid pro quo, cataflixia de territorios, trueque, permuta, canje, intercambio.
Negociación a primerísimo nivel que tranquiliza a los jerarcas pero deja en los cuadros medios y en las infanterías partidistas la amarga sensación de haber sido traicionados, nada menos que por sus superiores.
El dicho clásico que suele escucharse en casos así es el de “nos vendieron”. La sonrisa cínica de ALBERTO ANAYA no es, en este sentido, muy distinta a las de KAREN CASTREJÓN y MANUEL VELAZCO COELLO.
A todas luces se trata de una capitulación que deja a las bases de dichos partidos con un palmo de narices y a sus operadores a ras de tierra colgados de la brocha. Aunque entrañe beneficios de mediano plazo, básicamente para peculio y disfrute de sus dirigentes.
Ello, amén de que todos los involucrados en este suerte de pactos saben hoy que Coahuila está perdida para MORENA prácticamente desde el arranque.
Acaso esto explique por qué las declinaciones se verificaron al final de la contienda, cuando ambos partidos (PVEM y PT) ya se gastaron la mayor parte del financiamiento. No claudicaron antes porque también querían un buen arreglo con Palacio Nacional, con miras al 2024.
Cuotas gordas de senadurías y diputaciones a PT y PVEM, la gubernatura de Chiapas para este último y hasta posiciones dentro del próximo gabinete federal. Amén de refrendar las concesiones oficiales otorgadas a la red de guarderías que la familia de ANAYA ordeña en todo el país.
Negociado esto, muy poco importa la suerte de ARMANDO GUADIANA. De cualquier manera, el señor del sombrerote estaba destinado a perder, porque el arreglo es con ALITO y su clan, para que gane la maestra DELFINA en el Estado de México y MANOLO en Coahuila.
Ya habrá oportunidad de compensar al ingeniero GUADIANA por su sacrificio, para que sigan fluyendo sus generosas contribuciones al comité de financiamiento guinda.
Tiene de dónde y tiene con qué negociar un consuelo satisfactorio y necesario, tras la derrota que viene, la tercera, por cierto, en su trayectoria, luego de haber perdido también la gubernatura en 2017 y la alcaldía saltillense en 2021.
Ya encontrarán la manera de pagarle. Concesiones carboníferas y proveedurías con la Comisión Federal de Electricidad, entre otras opciones.
O incluso la reelección como senador de la república para el periodo 2024-2030. Tiempo tendrá de encontrar consuelo, tomarse las cosas con filosofía y entender que no se puede todo en esta vida. El show debe continuar y los negocios también.
POR CARLOS LÓPEZ ARRIAGA
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