La percepción de las familias mexicanas respecto a la economía del país ha experimentado variaciones, desde la pandemia por COVID y conflictos geopolíticos que afectaron los precios. Toda la economía vivió momentos de turbulencia y parece ser que las variables macroeconómicas se están ajustando de forma favorable. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la economía mexicana está mostrando signos de lenta recuperación, tal es el caso que el organismo ha elevado la estimación de crecimiento económico para México en 2023 a 2.6 por ciento, lo que refleja cierto optimismo. Sin embargo, esta cifra es levemente inferior a las proyecciones del secretario de Hacienda, quien esperaba un crecimiento del 3 por ciento.
Uno de los puntos que la OCDE destaca es el consumo privado —conceptualizado como el gasto realizado por los hogares en bies y servicios de consumo— el cual se prevé sea el impulsor clave del crecimiento económico, debido que se experimentan bajas tasas de desempleo.
Aunque parece ser que no todo es bueno, ya que las exportaciones pueden verse afectadas por el menor crecimiento que experimenten los principales socios comerciales. En cuanto a la inflación, se espera que disminuya gradualmente en los próximos años, con tasas que pueden alcanzar hasta 3.7 por ciento en 2024, lo cual puede ser positivo para las finanzas familiares, ya que ayuda a mantener el poder adquisitivo de las familias.
Sin embargo, la OCDE advierte sobre la posibilidad de una inflación más persistente. Esto podría ocurrir si se materializa una espiral de aumento de salarios y precios. Además, episodios de turbulencia financiera a nivel global podrían generar mayores costos de financiamiento y volatilidad en los mercados de divisas, lo que podría tener impacto sobre las tasas de interés y el acceso al crédito para las familias, así que se debe estar muy atento para tomar buenas decisiones de ahorro e inversión.
Estas perspectivas económicas se han traducido en la mejora de la confianza de los consumidores en la economía actual del país, ya que el indicado de confianza que publica el Inegi muestra signos de mejoría, lo que supone que los mexicanos se sienten más optimistas sobre la economía actual de sus hogares. Así que las decisiones de gastos y ahorro podrían mejorar conforme avance el año.
Cabe señalar que, aunque la confianza y percepción de las familias mexicanas respecto a la economía parece ser optimismo, no se deben dejar de lado aquellas preocupaciones persistentes, como lo son la inflación y las tasas de interés. Aunque los datos respecto al crecimiento económico proyectado, parece estar dando señales favorables que son factores clave que pueden impactar en las finanzas de las familias mexicanas, determinando su capacidad de consumo, ahorro e inversión. Así que es importante seguir pendiente de lo que pasa en el entorno para tomar decisiones económicas informadas y cuidar de nuestras finanzas familiares.
POR ANGÉLICA GONZÁLEZ