CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Evelyn Manga Marenco, una joven de 24 años originaria de Barranquilla, Colombia, ha recorrido México en los últimos dos años montada en su bicicleta, acompañada por su leal viola y con una insaciable sed de explorar el mundo.
La colombiana asegura que Tamaulipas siempre ocupará un lugar especial en su corazón, esta semana ha llegado al encantador pueblo mágico de Tula, donde ha disfrutado de la gastronomía, los vibrantes colores y el cálido recibimiento de su gente.
«Me han recibido de manera maravillosa en Tula, he hecho nuevos amigos, probado frutas de la región e incluso me prestaron una habitación en el HOTEL Quinta SAN JORGE. Tamaulipas siempre estará en mi corazón», compartió emocionada Evelyn.
Evy, como cariñosamente llama a su bicicleta, «Shakira», ha financiado su travesía tocando música en las calles y recaudando fondos. Su talento musical ha deleitado a quienes han tenido la fortuna de cruzarse con ella durante su recorrido. Con una colchoneta, un saco de dormir y una hamaca, esta intrépida viajera ha encontrado un hogar en cada rincón del mundo que ha explorado.
Su aventura comenzó en Puebla, y desde entonces ha pedaleado sin una ruta específica, guiándose por lugares que le parecen interesantes o que le recomiendan otros mochileros que conoce en el camino.
Ha visitado desde exuberantes paisajes tropicales hasta vastos desiertos, la costa de Sonora y pequeños pueblos poco transitados por turistas.
En cada uno de estos lugares, Evy ha encontrado el valor para enfrentarse a desafíos, disfrutar de la soledad y conocerse a sí misma en un nivel más profundo.
«Creo que gracias a este viaje, he crecido mucho a nivel personal. Una de las cosas que valoro más es la confianza que he ganado en mí misma, tanto en los momentos en los que he estado acompañada como en los momentos de soledad. Siempre hay situaciones que te ponen a prueba y te obligan a pensar en cómo resolverlas de la mejor manera posible, y eso ha tenido un gran impacto en mi vida social», compartió Evy.
A lo largo de su travesía, Evy ha descubierto una pasión adicional: la música. Como estudió música, ha combinado su amor por la aventura y el ciclismo con su talento como violista, tocando en algunos de los lugares que visita para financiar sus futuros viajes.
La valentía y la determinación de Evelyn Manga Marenco han dejado una marca inspiradora en aquellos que se encuentran con ella en su viaje. Su historia es un testimonio viviente de cómo el viajar y sumergirse en nuevas experiencias puede transformar y fortalecer a una persona.
Con cada pedalada, Evy continúa escribiendo capítulos emocionantes en su libro de vida mientras sigue explorando los tesoros ocultos de México y más allá.
Por Raúl López García
Expreso- La Razón
