7 diciembre, 2025

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4 de junio un Mazatlán de diferencia

TRÓPICO DE CÁNCER/ JESÚS COLLADO MARTÍNEZ

“La democracia empieza por el respeto a las urnas” Enrique Krauze

Las encuestas de opinión en la política nos han acostumbrado a comparar en porcentajes el conocimiento que los electores tienen de los partidos y sus posibles candidatos, la opinión que tienen de unos y de otros, y la intención de voto de los electores.

De esa manera se dice que un candidato tiene 75% de conocimiento, 59% de buena opinión y 32% mala, y un total de intención de voto de 58%.

Comparamos esos números con los de los otros candidatos y partidos y sabemos quién va arriba en las encuestas. Sin embargo, el día de la verdad es el día de la elección.

Los ciudadanos acuden a las urnas a expresar su voluntad soberana a través del voto para a elegir de manera directa, libre y secreta a otro ciudadano que aspira a asumir un cargo de servicio público, en este caso reciente los gobernadores del Estado de México y Coahuila.

En este punto es importante dejar a un lado los porcentajes porque cada voto emitido representa a ciudadano y los votos se cuentan uno a uno.

De tal manera que el referente es desde luego la lista nominal de electores. En Estado de México la lista nominal es de 12 millones 700 mil ciudadanos y en Coahuila de 2 millones 700 mil.

Así sabemos que en el Estado de México hubo una participación ciudadana del 49% que equivale a 6,213,000 electores y que la diferencia de votos de 8.34% obtenida por Delfina sobre la que recibió Alejandra es de 497 mil votos a favor de la candidata de morena y sus aliados.

En el caso de Coahuila hubo una participación de 56.35% que quiere decir que 1,302,756 ciudadanos votaron y la diferencia de votos de 35.45% obtenida por Manolo sobre la que recibió Guadiana es de 461,807 votos a favor del candidato de la alianza Vamos X Coahuila.

La diferencia de votos en los dos casos es un poco menor a la población de Mazatlán, Sinaloa, que es de más o menos 500 mil habitantes.

Esta comparación sirve para tener claro que las elecciones fueron ganadas por una amplia diferencia, si tenemos en cuenta que en la década pasada las elecciones de el Puerto de Veracruz y en Boca del Río fueron ganadas por diferencias de 60 votos.

60 votos que fueron defendidos y respetados una vez que se resolvieron las impugnaciones presentadas ante el IFE y el TRIFE.

Cuando se habla de elecciones con un Mazatlán de diferencia de votos entre el primero y el segundo lugar queda claro que esas elecciones no estuvieron reñidas.

Un candidato superó al otro con una diferencia que equivale a la población completa de una hermosa ciudad de la costa del Pacífico.

También ha aparecido, como era previsible, el fantasma ¿Elefante? de las elecciones de estado con acusación de compra de votos incluida, que es el petate del muerto que usan los ideólogos opositores al Presidente y su partido, para decir que los gobernantes usaron la influencia y los recursos del estado para apoyar y hacer ganar a un candidato.

Pero, hay que decirlo, afirmar que hubo Elección de Estado en cualquiera de las dos entidades lleva implícita una actitud ofensiva y petulante de quienes hacen ese análisis, pues dan por sentado que la mayoría de los electores solo se mueve a través del incentivo económico y no del impulso democrático de ejercer su poder ciudadano.

Por fortuna la civilidad política y la decencia se hicieron presentes en los candidatos que en esta elección ya han reconocido su derrota y han concedido la victoria de sus adversarios, para la tranquilidad de mexiquenses y coahuilenses. Esperemos que eso no les granjee una lluvia de insultos.

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