Claudia Sheinbaum fue recibida en forma negativa a su llegada a la reunión del consejo nacional morenista del domingo anterior. Y como “La Jefa” no es dejada y “tiene los estos bien puestos” encaró a Alfonso Durazo -responsable del evento- reclamándole se hubiera violentado el acuerdo respecto de no llevar “porras”. En este caso se atribuye a Marcelo Ebrard haber infiltrado algunos gritones que incomodaron a la hembra.
El incidente ha sido aprovechado por la oposición que supone el inicio de una guerra, que dice, afectará “seriamente” la sucesión presidencial. Es decir, habrá oídos sordos al exhorto de AMLO para que persista la unidad y el proceso se realice en forma civilizada anteponiendo el proyecto transformador a cualquier interés particular.
La minoría rapaz quisiera que quienes aspiran a la candidatura del partido mayoritario pelearan como pandilleros en un callejón sin salida, tal cual sucede en PRI, PAN y PRD por cualquier cargo de elección. Sin embargo, en Morena hay convicciones, valores y principios y aunque también existen diferencias normales, porque no vivimos en una dictadura, lo cierto es que el objetivo principal es cambiar al país y escribir la nueva historia con democracia y justicia social.
Y como a “los analistas” al servicio del neo porfirismo les sobra imaginación, suponen que la contienda terminará mal. Uno de ellos, Salvador García Soto en su columna “Serpientes y escaleras” de El Universal, este jueves afirma que será como “el rosario de Amozoc” en Puebla, donde durante la colonia se enfrentaron en la iglesia del lugar (“Nuestra señora de la Asunción”), ibéricos y criollos contra indígenas que casi no hablaban español y menos latín, quienes al escuchar el término “matter inmaculata”, entendieron que pretendían asesinar a su líder, una mujer a quien apodaban “la mulata”. Y como existía inconformidad entre los naturales por la explotación, discriminación y altos impuestos, se armó la batalla con importante número de víctimas.
Nada que ver con el proceso interno de Morena que por su organización, formalismo y disciplina deja anonadados, estupefactos y poli contundidos a los reaccionarios enquistados en la alianza maldita que ingenuamente creen que los mexicas inclinarán su voto a favor de quienes saquearon y traicionaron a la nación.
El asunto es que el incidente entre Claudia Sheinbaum y Alfonso Durazo solo fue circunstancial y de ninguna manera referente al escenario feroz que desea la oposición de aquí a septiembre, cuando conozcamos el nombre del candidato(a). Será eso sí, un concierto de ideas y propuestas complementarias para alcanzar cuanto antes los objetivos contenidos en la 4T cuya primera etapa transcurre en el régimen encabezado por AMLO.
Por supuesto que la guerra sucia sigue: a la vista tenemos un escrito que circula en redes donde se asegura que “La Jefa” es hija de Carlos Sheinbaum Yoselevitz y Annie Pardov Cemo, originarios de Lituania y Bulgaria respectivamente, siendo este último país donde fue registrada en 1957. Los señalados emigraron cinco años después a México. Especulan entonces que, a pesar de contar con acta de nacimiento de nuestro país de 1962, doña Claudia es extranjera.
Otra tontería que los conservadores publicitan, es en sentido de que a nivel internacional se mueven poderosos intereses para evitar que, por su ascendencia, la dama se convierta en sucesora de Andrés Manuel. ¡Haga usted el recabrón favor!
Sea como fuere Morena seguirá gobernando la república, es decir, nada ni nadie detendrá la marcha del poder popular. Y si no, ¡pa’l baile vamos!
SON LOS TERRATENIENTES
Hay que poner atención a la denuncia de AMLO relacionada con las protestas de grupos de agricultores. Resulta que los organizadores son terratenientes que antes recibían importantes apoyos y subsidios de parte de la federación los cuales ahora son canalizados hacia pequeños y medianos productores para los que, ciertamente, existen precios de garantía que les permite sobrevivencia digna.
En cuanto a los super agricultores deben atenerse a los mercados externos que fijan el costo de los granos y no perjudicar al resto de la población “tomando” carreteras, aeropuertos, puentes o instalaciones públicas. Deben exigir a las empresas que monopolizan la producción y no a autoridades que no tienen obligación de cumplir los caprichos de estos modernos señores feudales.
Y deje que los tales “rancheros nylon” en su mayoría pertenecen a la derecha y por consecuencia obsesionados en crear problemas al supremo gobierno en obediencia a consignas de la alianza maldita. Estos sí que, por convicción, herencia o tradición, son “porfiristas de hueso colorado”.
SUCEDE QUE
Panistas hay que presumen como virtud ser delincuentes. Y ni modo que sea invento. (Ahí le hablan a la regidora reynosense).
Y hasta la próxima.




