18 diciembre, 2025

18 diciembre, 2025

Temporada de graduaciones

Ya es una tradición hacer gastos excesivos con motivo del final de una etapa escolar de los niños

‘Cachetes’ llegó corriendo para alcanzar al Caminante, en la gasolinera donde cargaba combustible sobre el Eje Vial. – ¡Compadre, compadre! ahhh compadre! – gritaba jadeando el rechoncho amigo, bajo el candente sol de la tarde. – ¿Qué pasó Emilio? ¿todo bien? – respondió El Caminante al ver al hombre sudoroso y fatigado. – ¡Jijos compadre, siento que me ahogo! te vi desde hace dos cuadras, y quería preguntarte algo.

– Relájate mi cachetes que estás todo colorado, dime ¿para qué soy bueno? – Es que se va a graduar mi hija y quiero que seas su padrino.

– ¡Ah caray qué rápido pasó el tiempo y de qué se va a graduar Karinita? – Nombre, Karina todavía le falta para salir del cbtis, la que se me gradúa es la chiquita, Araceli, sale del kínder. – ¡Ah ya decía yo que no estamos tan viejos! pero es ceremonia de entrega de papeles ¿no? – Es graduación compadre … porque ‘se gradúa del kinder’ – contestó muy horondo el ‘Cachetes’ – Ah mira – dijo el Caminante no tan convencido – ¿y de que quieres que sea padrino? – Nomás del arreglo de graduación, de esos que llevan dulces y un juguetito compadre, yo sé que está muy difícil la situación y no quisiera abusar.

– Nombre no te preocupes Emilio, tú nomas dime donde y a que horas, y yo ahí llego con el arreglo. – ¡Yo sabía que no me ibas a fallar compadre, pues la graduación es mañana a las 10. – ¡No manches Cachetes, son las seis de la tarde! voy a tener que irme de volada a comprar eso…

– Ah pues si compadre, pero ahí en el centro venden de muchas ¡ah pero a Chely le gusta todo lo de “Barbie”, ya ves que se puso de moda con la película ¿ve’a? ¡ahí al rato te mando la ubicación del kínder! – dijo el Cachetes despidiéndose.

El Caminante no tuvo más remedio que dar vuelta en “U” en el Eje Vial, y ‘pisarle al gas’ para ir hasta la zona centro y comprar el arreglo de graduación con temática de “Barbie”.

Al día siguiente, el vago reportero acudió puntualmente a la ceremonia de entrega de documentos, en ese jardín de niños al oriente de la ciudad.

Los pequeños lucían el tradicional atuendo de toga en color azul profundo con motivos dorados y birrete del mismo color con borla también de color dorado.

Un tecladista fue contratado para amenizar el evento tocando en vivo.

Antes de entrar a la explanada del kinder, se instaló un muro adornado con flores y letras doradas, con las palabras “MI GRADUACIÓN” para ser usado como fondo en las fotos, que los alumnos y sus papás se tomaban para subir a sus redes sociales.

Uno a uno los niños fueron subiendo al templete con su elegante atuendo, y posando para las fotos que les tomaban sus familiares, quienes lanzaban ‘vivas’ y gritos de júbilo, al ver a su nene completar su instrucción preescolar.

La esposa de ‘Cachetes’ lloró de felicidad al ver a su Araceli recibir su diploma, y al bajar del estado le obsequiaron una medallita de oro con una inscripción, que conmemoraba esta consecución de sus estudios. Después de esto, el Caminante le entregó a la niña el arreglo con temática de “Barbie”, que tanto le costó encontrar ahí por la calle Hidalgo.

La pequeña se veía feliz y radiante. – ¡Muchas gracias por el ‘paro’ compadre, de verdad que muchas gracias! – Oye Cachetes, si no es mucha indiscreción, ¿en cuánto te va a salir todo esto? – Híjole compadre te lo cuento a ti porque eres ‘mi íntimo’, ya con todo y todo, me va a salir el chistecito como en seis mil pesos.

El Caminante abrió tremendos ojos, sorprendido y a la vez acalambrado, de saber cuánto invierten los padres de familia en una graduación …que ni es graduación.

Tal vez para muchos resulte incómodo y hasta insultante, pero las ceremonias de clausura y entrega de documentos antes del grado universitario no son realmente graduaciones.

Sin embargo, se ha vuelto tradición y hasta un ritual darles este carácter a tales eventos. Los mismos psicólogos advierten que hacer esto, en lugar de animar a los menores a entusiasmarse con la educación, les refuerza la idea de que deben ser premiados por todo, incluso lo que es su deber o necesario en su proceso formativo.

A veces pareciera que es más, una necesidad de los padres celebrar estas “graduaciones”, que lo que el menor comprende.

Pero “el respeto al derecho ajeno es la paz” y si el padre de familia está dispuesto, a derrochar todo ese dinero en una celebración que, aunque carece de sentido, les causa satisfacción y felicidad, nadie puede ni tiene el derecho de entrometerse en su decisión, aun si esto podría llegar a afectar el desarrollo del chamaco. Demasiada pata de perro ‘graduacional’ por esta semana.

POR JORGE ZAMORA

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