10 diciembre, 2025

10 diciembre, 2025

Gasto millonario rumbo al 2024

Los aspirantes presidenciales, pero también quienes buscan cualquier otra candidatura, han desplegado campañas adelantadas en las que se invierten millones de pesos para posicionarse frente a la opinión a pública

Gastan en redes

para posicionarse

Entre los aspirantes presidenciales, partidos políticos y otras figuras que buscan posicionarse de cara a la elección del 2024, han pagado más de 3 millones de pesos a Facebook en los últimos tres meses.

La biblioteca de anuncios de esta red social reporta un gasto de 3 millones 405 mil pesos en 90 días. 

Se trata de perfiles y páginas de Facebook que pagan para que sus publicaciones aparezcan en el timeline de determinados segmentos de la población.

En el último mes, la página política que más ha gastado en Facebook para aparecer en Tamaulipas, es MarceLovers que difunde información de Marcelo Ebrard. 

Luego aparece una página denominada Conoce Más que pauta información de la mayoría de los aspirantes de la 4T.

En cuanto a páginas personales, quien más ha gastado en las últimas semanas para posicionarse en redes es la página Francisco Cabeza de Vaca.

A poco más de un mes de que inicie formalmente el proceso electoral 2023-2024, en el que se elegirá al Presidente de la República, el Congreso Federal, el Congreso Local, y los 43 Ayuntamientos de Tamaulipas, en los hechos los actos de proselitismo ya empezaron, y con ello, el gasto millonario para posicionarse frente a los electores.

En estos momentos decenas de aspirantes a la Presidencia de la República recorren el país y despliegan campañas de propaganda, mientras que a nivel local, cientos de políticos se 

preparan para competir por diversos cargos de elección popular.

Para ello, como en cada elección, será necesario desembolsar una cantidad importante dinero, muy por encima de los topes de gastos de campaña estipulada por la autoridad electoral.

Los movimientos más notorios actualmente son los de las “corcholatas” de Morena y los participantes en el proceso de selección de coordinador del Frente Amplio, que agrupa a la oposición.

En Tamaulipas, las calles de los principales municipios están tapizadas con las fotografías de los aspirantes.

Como la ley les prohibe realizar cualquier actividad que pudiera considerarse como acto anticipado de campaña y promoción personalizada, han recurrido al viejo y engañoso método de no publicitar su imagen, sino portadas de supuestas revistas en las que se les menciona.

En la mayoría de los casos, se trata de revistas poco conocidas e incluso creadas expresamente para la ocasión.

Un recuento realizado por EXPRESO detectó al menos 150 espectaculares con propaganda política en las avenidas del estado, lo que implicaría en conjunto un gasto mensual de 9 millones de pesos.

En el mercado de la publicidad de Tamaulipas, la renta de un anuncio espectacular tiene un costo promedio de 60 mil pesos al mes, si se utilizan las dos caras de la estructura, a lo que podría sumarse el costo de producción, que podría rondar los 10 mil pesos.

El valor comercial puede incrementarse de acuerdo a la ubicación del anuncio; en las zonas más privilegiadas por su visibilidad el precio puede subir de manera considerable.

Pero en Tamaulipas, además de los espectaculares, hay múltiples piezas de propaganda en los principales municipios. 

Un anuncio en una valla publicitaria puede rentarse desde los 5 mil pesos, lo mismo que costaría un espacio similar en una barda bien ubicada.

También puede recurrirse a la publicidad móvil en las unidades del transporte público, donde los anuncios pueden ir de los 4 mil pesos a los 10 mil pesos mensuales.

En los hechos, el país está sumergido en una precampaña no oficial que no ha podido ser frenada ni por el INE ni por los tribunales electorales, aunque ambas instancias han asegurado que al final, todo el gasto que se está llevando a cabo será fiscalizado y podría ser considerado dentro de los gastos de campaña.

Mientras eso ocurra, “corcholatas” y aspirantes del Frente recorren el país para sumar simpatizantes, y operan cuartos de campaña con personal contratado para trabajar en diversas áreas, desde la operación territorial hasta las estrategias digitales.

Un evento físico mediano, que reúna a cerca de mil personas, como la mayoría de los que han llevado a cabo los aspirantes a la Presidencia en su paso por Tamaulipas, puede tener un costo de producción cercano a los 50 mil pesos, si se considera la renta de equipo técnico, como sonido, escenario, e iluminación si hiciera falta.

A eso habría que sumarse el mobiliario (sillas, mesas, carpas), y los alimentos o bebidas en caso de que se ofrezcan a los asistentes.

Si para llenar los asientos disponibles se requiere la movilización de personas, esto implica otro gasto más.

La renta de un autobús para ir de una ciudad a otra puede costar cerca de 25 mil pesos para un trayecto equivalente al de Tampico a Ciudad Victoria; si el traslado es interno -en una misma ciudad- el costo disminuye considerablemente, pero en ambos casos tendrían que sumarse las “gratificaciones” ofrecidas a los viajeros.

Con la competencia política subiendo de tono de cara a las definiciones internas, cada aspirantes mantiene activo un “war room” en el que participan coordinadores y operadores, como si se tratara de una campaña formal.

En ese contexto, es normal que en las últimas semanas haya arreciado la habitual guerra de encuestas, tanto las que se realizan expresamente para ser publicadas como herramienta de propaganda, como las más serias, que se llevan a cabo de la manera más fiel posible, para contribuir a la toma de desiciones en los equipos de los aspirantes.

Esos trabajos estadísticos también añaden un costo importante a las campañas.

Una encuesta con alcance estatal puede llegar a costar hasta 800 mil pesos, si se realiza cara a cara en domicilio, y con evidencia fotográfica por parte de la casa encuestadora.

Si se trata de medir las preferencias en un solo municipio, el costo sería de 200 mil pesos.

En ambos casos, las empresas comprometen un margen de error menor al 5 por ciento, y suelen estipular que los resultados son solo para consumo interno, en caso de que deseen publicarla eso implica un costo extra. 

Salvo las seis “corcholatas” oficiales de Morena, que accedieron a una bolsa de 5 millones de pesos cada uno, proveniente de los recursos del partido, el resto de los aspirantes a todos los cargos de elección popular en el país, no tienen todavía acceso a recursos públicos.

Por ello, han insistido en que los gastos que están llevando a cabo salen de su bolsa o de aportaciones de amigos, como en el caso de los espectaculares.

Cierto o no, en un hecho que el país vive un proceso inédito en el que se adelantaron todos los calendarios, y está inmerso en unas virtuales campañas electorales.

Así, al final de cuentas, cuando concluya de manera formal estas elecciones, la suma total -oficial y real- del gasto será histórica.

Especialistas consultados por EXPRESO revelan que normalmente, una campaña política para un candidato que aspire a ganar una elección local, puede costar 50 millones de pesos para un municipio como Victoria, 70 millones de pesos para Tampico y más de 80 millones de pesos para una ciudad tan poblada como Reynosa.

Estas cifras exceden por mucho los topes de gastos de campaña establecidos por la autoridad electoral.

En la última elección local -la del 2021- el IETAM autorizó a los candidatos a la alcaldía de Victoria un gasto máximo de 12 millones 583 mil pesos; a los de Tampico, 12 millones 467 mil pesos; y a los de Reynosa, 26 millones 756 mil pesos.

Las precampañas adelantadas que ya han traído a Tamaulipas a cuatro de las seis “corcholatas”, se han realizado en medio de un vacío legal que apenas empieza a ser aclarado por la autoridad electoral.

Esta semana, el INE acotó las actividades tanto de los aspirantes de la 4T, como a los de la oposición.

A los del PAN, PRI y PRD les pidió realizar sus eventos de proselitismo, preferentemente, en sedes de esos partidos. 

Además, ordenó a cuatro de los contendientes del Frente opositor bajar de sus redes sociales publicaciones sobre su intención de contender por la candidatura presidencial. 

Esto, al considerar que son expresiones proselitistas -fuera de un proceso electoral-, no partidistas, como tendría que ser en su actual ejercicio interno, lo que podría convertirlo en actos anticipados de precampaña y campaña. 

También se establece que sus mensajes deberán estar dirigidos a la militancia y simpatizantes, pues se trata de un proceso proselitista. 

Además, les recuerdan que no deberán emitirse expresiones de índole electoral y antes de cada asamblea se deberá informar a los asistentes que dichos actos son partidistas, sin miras al 2024. 

Los consejeros insistieron en que los aspirantes no están en un proceso electoral, por lo que los lineamientos aprobados el miércoles pasado no les dan luz verde para cometer actos anticipados de precampaña o campaña. 

Además, afirmaron que el INE será estricto en revisar que se cumpla las reglas para que no haya simulación de ningún partido.

Al mismo tiempo, el Tribunal Electoral ha respaldado estas medidas.

Ordenó a simpatizantes y militantes de Morena acatar lineamientos  en recorridos y asambleas informativas ligados a su proceso interno para elegir “representante de la Cuarta Transformación”.

Las medidas aprobadas y confirmadas por unanimidad de los magistrados de la Sala Superior, en una sesión a distancia, señalan que estos eventos no deberán contener elementos proselitistas; de deberán realizarse, «preferentemente», en lugares pertenecientes al partido y dirigirse a militantes y simpatizantes, además de que no pueden hacer expresiones de índole electoral.

«El pleno consideró que los hechos denunciados podrían constituir actos anticipados por las manifestaciones expresadas en los eventos, y porque fueron en lugares abiertos al público en general y no solo a la militancia», resolvieron.

Previamente, las medidas fueron rechazadas por la Comisión del INE, pero tras una petición del Tribunal, en un segundo análisis las concedió, con la inclusión de la palabra «preferentemente».

A detalle

El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó lineamientos que regularán los procesos internos para elegir candidatos de partidos políticos rumbo a los comicios de 2024. Esto es lo que sí y lo que no podrán hacer las corcholatas de Morena y los aspirantes del frente opositor.

EL TOPE

Cada aspirante presidencial tiene un tope de gasto hasta $34,370,666:00

No pueden recibir dinero ni donaciones de empresas, extranjeros ni gobiernos.

SIN LICENCIA

Podrán legisladores buscar «candidatura» sin pedir licencia.

Funcionarios públicos no podrán manifestar expresiones a favor o en contra de aspirantes o partidos.

BAJO LA LUPA

Aplicará la fiscalización desde la emisión de la convocatoria hasta concluir proceso interno.

Será fiscalización similar a la de proceso electoral, aunque oficialmente no sea.

LOS ESPECTACULARES

Contabilizarán gasto en propaganda utilitaria, viáticos, logística, transporte, sueldos de personal de apoyo, así como publicidad en vía pública, internet, medios de comunicación o cines.

Permitirán espectaculares o publicidad en vía pública sin «elementos de carácter electoral».

Ordenará el INE retiro de propaganda cuando se incumplan las reglas.

Sumará como gasto de precampaña la propaganda que no sea retirada y la que certifique el INE con elementos de naturaleza electoral o equivalentes.

CUENTAS CLARAS

Entregarán los aspirantes su informe de gastos el 2 de octubre.

La omisión amerita desde amonestación hasta impedimento para ser candidato.

Aplica sanción si no comprueban origen, monto y destino de recursos.

Staff

Expreso-La Razón

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