El gobernador Américo Villarreal Anaya y los responsables del área de seguridad en Tamaulipas enfrentan el reto mayúsculo de combatir la delincuencia, pero al mismo tiempo hacer que cambie la percepción sobre lo que ocurre en el estado.
Lo han dicho en más de una ocasión: la entidad se encuentra entre los 12 estados con menor incidencia delictiva de la República, con menos homicidios y delitos de alto impacto, por ejemplo, que sus vecinos fronterizos.
Pero ocurren dos cosas: primero, que los estigmas de Tamaulipas son muy profundos, y no se superarán tan fácilmente, y segundo, también es cierto que en territorio estatal han ocurrido situaciones de riesgo muy estridentes.
Así pasa en la región fronteriza: en la Ribereña no ha terminado de apaciguarse la violencia histórica que ahí se suscita, y en el Valle de San Fernando se vive una disputa criminal de alta intensidad.
Por eso es una buena noticia la entrega de 100 nuevas patrullas de la Guardia Estatal por parte del gobernador Américo Villarreal Anaya, quien ayer fue muy claro: se reforzará la presencia de las fuerzas de seguridad en esas regiones, pero también las labores de vigilancia.
Además de los automóviles se habilitaron dos helicópteros que también se sumarán a los trabajos contra la delincuencia.
Pero el acto de ayer también envía otro mensaje: el interés por mejorar las condiciones de trabajo de los policías, que al final de cuentas, son quienes se enfrentan todos los días contra las bandas delictivas para contener la violencia en Tamaulipas.
El desenlace de las “corcholatas”
Mañana mismo se conocerá quién fue el ganador del proceso interno de Morena para definir a su coordinador de la defensa de la Cuarta Transformación en México, o lo que es lo mismo, su candidato presidencial.
La pregunta a estas alturas ya no es cuál de las “corcholatas” será ungida -Claudia Sheinbaum se mantuvo como puntera desde el inicio hasta la conclusión-, sino cómo lo tomarán el resto de los competidores.
En particular, genera dudas el comportamiento que pueda asumir Marcelo Ebrard, el más crítico de la manera en que se ha desarrollado el proceso.
Pese a sus duros cuestionamientos, parece poco probable que el ex canciller brinque la línea que nunca ha brincado y rompa abiertamente con el presidente López Obrador.
(Otra cosa será su eventual participación en una campaña de Claudia Sheinbaum).
Por lo pronto Morena se enfrenta esta semana a la prueba más dura de su corta existencia.
Sin la posibilidad de que el presidente aparezca en la boleta, el Movimiento de Regeneración Nacional debe definir el rumbo que tomará el partido político creado como plataforma para llevar a López Obrador a la Presidencia.
Es un parteaguas para la llamada Cuarta Transformación, ni más ni menos.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES