La estrategia de los productores manufactureros más importante a nivel internacional y que se ha vuelto tendencia es conocida como “nearshoring”, y representa una movilidad de capital, principalmente de los países asiáticos hacia América Latina, siendo México el principal punto de atracción para está relocalización, debido a la cercanía que guarda con el principal mercado consumidor del mundo.
Esta estrategia toma fuerza en los últimos tres años, debido a las diferentes medidas restrictivas que se implementaron a nivel mundial debido pandemia, lo que ocasionó que prácticamente las cadenas productivas manufactureras mundiales se frenaran, ocasionando un desabasto en los mercados internacionales tanto de insumos como
de productos finales, generando un efecto inflacionario que ha puesto en aprieto a los países para su control.
Pero no solo las restricciones de la pandemia están provocando esta transformación económica en el mundo, sino que también el costo de los energéticos ya había sido un factor que estaba presionando a las cadenas internacionales desde antes de la pandemia. Pero además, también la perdida de ventajas laborales de los países asiáticos, y la creciente penetración mundial de artículos proveniente de esa región, ha sido clave para Re-empezar la forma de hacer economía en el mundo.
México sigue siendo un entorno propicio para el desarrollo de actividades tanto intensivas en capital como en mano de obra, igual como sucedió en los años 60`s donde inicia el modelo maquilador en nuestro país, en donde el acceso a mano de obra barata incentivó a los inversionistas de Estados Unidos en invertir en plantas que realizaran actividades de ensamble y empaque, actividades que resultaban más baratas realizarlas en nuestro que en los Estados Unidos.
Con la integración de México al comercio internacional primero en 1986, y posteriormente fortaleciéndose con la firma del TLCAN en 1994, creció el interés de los inversionistas para establecerse en México, no solo por la mano de obra, sino que también la cercanía con Estados Unidos representaba una oportunidad de negocio para otros inversionistas que pretendían colocar sus productos en la economía más grande del mundo.
Sin duda estas fases de crecimiento económico basado en la inversión extranjera, impulsó la modernización del país, pero también se acompañó con una gran desigualdad económica, que se reflejó en mayores niveles de pobreza y vulnerabilidad en la población, muy similar a lo que sucedió con el modelo de crecimiento que se instauró durante el porfiriato.
En este sentido, esta nueva etapa de crecimiento basada en el “nearshoring”, debe ser acompañada con política públicas que no solo favorezcan al capital extranjero, sino que también contribuya en la mejora del desarrollo del país.
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POR JORGE ALBERTO PÉREZ CRUZ