La pobreza está vinculada a la demografía, se presenta en L varios grados y todos merecen atención y son ejemplos de las inequidades que existen en todo el mundo.
Como fenómeno persistente en todos los países la pobreza tiene que atenderse con programas de apoyo en educación, salud y capacitación. En México, los programas sociales han salido al rescate de los menos favorecidos ampliando el presupuesto federal para
distribuir productos y servicios básicos a la población marginada. Al gobierno, sin embargo, le ha faltado equilibrar el reparto de apoyos populares destinados a respaldar un mayor poder de consumo con los financiamientos necesarios a las pequeñas y medianas industrias que ocupan casi la totalidad de la fuerza laboral nacional. Este hecho ha debilitado considerablemente la economía nacional dejando un predominio a las empresas transnacionales.
La siguiente administración tendrá que revisar los recursos financieros todavía disponibles después de cubrir los gastos exagerados calificados como de “seguridad nacional”, de los proyectos favoritos de AMLO y que, desgraciadamente, han drenado el financiamiento a las instituciones cruciales para el bienestar cotidiano de la población. Habrá lugar para implementar en el próximo sexenio la aplazada reforma fiscal, indispensable para dar solidez a las finanzas nacionales.
Para construir un país socioeconómicamente equilibrado y unitario los programas que se aprueben en la administración de 2024-30 desde ahora deberían de estarse ya preparando. Es deseable que resulte eficaz el blindaje financiero que ahora prevé la Secretaría de Hacienda. Su finalidad deberá ser que el desarrollo nacional se realice de manera que el producto del esfuerzo de los sectores público y privado sea efectivamente aprovechado para la sociedad vista en su conjunto. Habrá que evitar que se repita la nociva concentración de la riqueza que no pudo corregirse en el sexenio actual.
El reparto equitativo de esfuerzos y ganancias supone la coordinación solidaria entre los servicios públicos proporcionados por el gobierno y el sector privado. Tal coordinación, cada vez, más irá colocando a México entre las sociedades modernas que buscan dejar atrás la inestabilidad y los conflictos que los sistemas económicos en vigor nos han traído y que urge corregir en beneficio de la paz interna.
Efectivamente, transformar materias primas en productos para el consumo interno y para los mercados externos, sólo para derivar ganancias individuales o empresariales margina la posibilidad de consolidar una sociedad equitativa que evita las desigualdades que
hoy persisten. El reparto equitativo de esfuerzos y ganancias supone la coordinación solidaria entre los servicios públicos proporcionados por un gobierno equitativo y entidades del sector privado. De esta manera, nuestro país irá colocándose entre las sociedades modernas que buscan dejar atrás la inestabilidad y los conflictos que los sistemas económicos nos han traído. La ejemplaridad ética en el gobierno en todos los niveles es imprescindible y la obediencia estricta a este compromiso es necesaria y deberá ser vigilada por organizaciones de la sociedad civil, a fin de extirpar la costosa y galopante corrupción que nos está dejando la 4T.
Por su parte la migración desordenada constituye el otro gran tema mundial que nos está afectando de manera directa, sembrando muerte y profundos conflictos internacionales con nuestros vecinos. En América Latina vivimos la suma de pobreza y crimen donde el número de migrantes sobrepasa la capacidad institucional. Los enfrentamientos con la policía y los graves disturbios y llevan hasta a declarar estados de “emergencia nacional”.
Los presidentes centroamericanos y el propio mexicano se proponen obtener de Estados Unidos amplios financiamientos e inversiones con la finalidad de responder a la incapacidad actual de brindar atención a las marejadas migratoria que está inundando el territorio nacional. En Europa, el problema de los millones de inmigrantes ha llegado hasta el grado de verificar la edad de los menores extranjeros y castigar las declaraciones falsas.
La única solución a la gravísima problemática de un número incontrolable de migrantes que solicitan albergue y asilo es su asimilación en las estructuras económicas del país receptor o bien en los países de origen. La coyuntura actual brinda la oportunidad de oro para resolver la escasez de mano de obra calificada tanto en Estados Unidos como en Europa y en México mismo, cuyos campos e industrias están sufriendo una crítica falta de trabajadores.
El estado actual de la violencia de las mafias, que en otros países merecería la suspensión de garantías para solucionarlo, es la herencia que AMLO le dejará al siguiente gobierno que tendrá que crear y aplicar metódicamente un programa que comenzará por un valiente y masivo control policial que nunca se desarrolló en el sexenio que está por terminar. Tal control, de ser necesario, se tendrá que complementar con una acción como recurso de excepción de la Guardia Nacional bajo mando civil y no incorporarlo a la Sedena, contraviniendo la Constitución.
POR JULIO FAESLER