11 diciembre, 2025

11 diciembre, 2025

Las grandes olas 

EL PATINADERO / JUAN ANTONIO MONTOYA BÁEZ

Solo los valientes sobreviven a una tormenta, porque los capitanes deben enfilar la proa hacia las olas a una velocidad que pueda sortearlas, no tan rápido, no tan lento, de manera que el impacto sea el mínimo posible, que no cause daño, pero que avance, controlando el ritmo. 
Así tomó el timón el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA ese barco llamado Tamaulipas a punto de zozobrar, después de seis años de abandono, en medio de un mar azotado por los reclamos. 
El barco del humanismo zarpó hace el primero de octubre, sabía lo que enfrentaría, pero decidió hacerlo en el timón del humanismo, con las premisas de no robar, no mentir, no traicionar. 
Con una sociedad hastiada de promesas incumplidas, en medio de las corrientes que alientan la reconciliación social, poniendo en marcha la transformación, donde serán primero los pobres quienes se ponen a salvo, aunque se encuentra descartado un naufragio. 
AMÉRICO rindió un informe que se resumió en distintas áreas, son sus 365 días de trabajo, donde encontró una entidad marcada por el desvió de los recursos, en medio de un océano de corrupción, marcado por el uso ilegal de los aparatos de justicia para la persecución de enemigos y apoderarse de propiedades. 
Inicio esta administración en medio de aguas peligrosas, con el saqueo más grande consumado en los últimos años, con una gran corrupción y desmantelamiento de las instituciones, pero iniciaron con una convocatoria al diálogo, donde todos querían salvar el barco. 
Navegar en medio de las tormentas no es para cobardes, por eso la reconstrucción de Tamaulipas en los 365 días es toda una proeza, con una nueva forma de ejercer el poder político, donde la esperanza permanece fuerte en la tierra, aunque la semilla carece de suficientes lluvias. 
Todo en medio de una nueva gobernabilidad, donde se dio un giro completo al timón, buscan resultados diferentes, con una sola meta de recuperar la estabilidad, en medio de una administración que gobierno con profundo respeto a los derechos humanos y la gobernabilidad. 
Se respeta la división de poderes, no se exige la genuflexión del pasado, cuando se aprobaban iniciativas sin revisarse, se ordenaba a los jueces como actuar en los expedientes, hoy todos tienen voz, donde nadie es perseguido por el oficio periodístico, donde se destierra la mentira y se cultiva la verdad, donde el ejercicio del poder se subordina a la ley. 
La corrupción que se detectó al inicio del sexenio era una metástasis, con un barco con grietas en el casco, con malos manejos en finanzas, compras, salud, obras públicas, un quebranto en la política de bienestar donde en lugar de beneficiar a las clases más necesidades, se enriquecieron unos cuantos. 
Se dan los pasos firmes contra la corrupción, con un fiscal anticorrupción que echado por el poder legislativo. 
Ese estorbo que tuvo en sus manos 57 denuncias penales y solamente turnó tres de ellas, se fue, pretenden regresar, pero su piragua se hundió. La Fiscalía era un santuario de lujo y dispendio, que era utilizada en el pasado para amedrentar a los adversarios del ex mandatario, pero nunca para combatir a la corrupción. 
Ese obstáculo fue retirado, se dio un gran paso contra la corrupción. 
Las grandes tormentas son una prueba al temple, puede minar la moral e incitar a las malas decisiones, afortunadamente se conservó la calma, se mostró la habilidad de gobierno. Hoy se lleva el barco a las aguas tranquilas, con una estrategia bien pensada se superan las grandes olas. 
Bueno, por hoy es todo. 
Adiós y aguas con los patinazos… 

POR JUAN ANTONIO MONTOYA BÁEZ
Contacto: 
patinadero@hotmail.com 

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