Ganadoras y ganadores en 2018 y 2021, las y los alcaldes obradoristas de los principales municipios (Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Victoria, Altamira y Madero), se resisten a resetear el ejercicio del poder tomando en cuenta el resultado de la elección gubernamental de 2022, de la cual surgió un solo liderazgo al que hoy deben de alinear sus proyectos.
Olvidan que las elecciones de ayuntamientos de 2016 ajustaron a dos años el término de su duración y el de las diputaciones electas en 2019 hicieron lo mismo, para empatarse con los comicios federales de 2018 y 2021, dejando en la orfandad la elección gubernamental de 2022.
Motivo por el cual, el doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA gana el Poder Ejecutivo, en un proceso electoral en solitario.
Un escenario inédito, porque, EGIDIO TORRE CANTÚ, MANUEL CAVAZOS LERMA, EUGENIO HERNANDEZ FLORES, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y demás ex gobernadores, llegaron al poder acompañados por las diputaciones y alcaldías que previamente palomearon.
Recordemos que, durante la sesión celebrada el 12 de junio de 2015, la LXII Legislatura del Congreso del Estado expidió el Decreto 596, aprobado por ERASMO GONZÁLEZ ROBLEDO, OLGA SOSA RUIZ y compañía, mediante el cual se reformaron diversos artículos de la Constitución Política local.
Decreto dictaminado por la Comisión Especial Plural para la Reforma Político-Electoral, presidida por el diputado RICARDO RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, con la finalidad de armonizar nuestro marco jurídico con la reforma publicada el 10/02/2014, que, en su Artículo Tercero Transitorio, dispuso lo siguiente.
“Por única ocasión, los integrantes de los Ayuntamientos electos en la jornada comicial del domingo 5 de junio de 2016, durarán en su encargo dos años, concluyendo éste el 30 de septiembre de 2018”.
MARIO LÓPEZ HERNÁNDEZ y ADRIAN OSEGUERA KERNION, llegaron a las alcaldías de Matamoros y Madero en 2018 y se reeligieron en 2021.
Posteriormente, el 07/06/2017, la LXIII Legislatura aprobó el Decreto 193, que reformó diversas disposiciones de la Constitución Política local, también en materia Político-Electoral.
Con el voto a favor de ALEJANDRO ETIENNE LLANO, MARÍA DE LA LUZ DEL CASTILLO TORRES y demás integrantes de esta Legislatura, se aprobó el dictamen emanado de la Comisión de Puntos Constitucionales, presidida por el diputado RAFAEL GONZÁLEZ BENAVIDES.
Señalando en su Artículo Segundo Transitorio que, “por única ocasión y con la finalidad de homologar la elección local a la federal, los Diputados que sean electos en 2019 durarán en su encargo un período de dos años”.
La combinación anterior dio como resultado el surgimiento de la nomenclatura obradorista, nucleada en torno a diversos liderazgos municipales.
Así surgieron MARIO ALBERTO LÓPEZ HERNÁNDEZ en Matamoros, los CANTÚROSAS VILLARREAL en Nuevo Laredo, MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ en Reynosa, EDUARDO GATTAS BÁEZ en Victoria y ADRIÁN OSEGUERA KERNION en Madero.
Cada uno como dueño (a) y señor (a) de su municipio y de las diputaciones locales de sus respectivos Distritos Electorales, confrontaron y negociaron con el gobierno de CABEZA DE VACA.
Hasta que, con el impulso de una sociedad agraviada por el autoritarismo en el poder, el torque del efecto AMLO, el perfil propositivo del candidato y una buena estrategia de campaña, AMÉRICO VILLARREAL ANAYA saca al PAN de Palacio de Gobierno.
Después de un año de gobierno y rumbo a la elección de 2024, ha llegado el momento de resolver la balcanización de los liderazgos obradoristas que, por las reformas constitucionales comentadas, surgieron a partir de los comicios de 2018 y 2021, con CABEZA DE VACA en la gubernatura.
Hoy que la Cuarta Transformación ha llegado al Poder Ejecutivo Estatal, la unificación del obradorismo tamaulipeco en un solo liderazgo, debe girar en torno a la lógica política de la elección gubernamental de 2022.
Sin duda alguna, AMÉRICO VILLARREAL ANAYA se ha colocado el frente de todo lo que representa la 4T en Tamaulipas, alineando su proyecto a la candidatura presidencial de CLAUDIA SHEINBAUM PARDO.
Por esta sencilla razón, las candidaturas a la alcaldías y diputaciones locales de 2024, serán las del americanismo en el Poder Ejecutivo.
Termina una era (balcanización) que emergió de las urnas en 2018 y 2021, y empieza otra (unificación) que surgió de la misma manera en 2022.
Pero con legitimidad y potencia estatal, que se perfila para lograr su plenitud a partir del proceso electoral de 2024, con ayuntamientos y diputaciones que identifiquen plenamente con el americanismo 4T.
No hay vuelta de hoja ni argumento en contra que se pueda sostener.
POR JUAN CARLOS LÓPEZ ACEVES