Me atrae su pensamiento pictórico, si es que el pensamiento se retrata en la tela o en sus dibujos que tocan lo real en lo maravilloso que lo vuelve fantástico.
Chenco Gómez es un artista que recorre los caminos de una entera fantasía que se nutre de lo real, en sus dibujos que burlan al ser humano, generosidad de los atributos que su pincel de intenso color y lo grotesco poético. Critico de sus personajes.
Para mi Chenco Gómez es el Marc Chagall latinoamericano por sus figuraciones que vuelan, y que aterrizan en el cuerpo de aguas saladas de su mirada al mar que lo vio nacer.
Chenco Gómez no solo es el pintor que arrebata las formas de una realidad montada en otra, en el subsuelo de la selva, en los tejados cálidos de color, de su mundo, el de Chenco Gómez que es filósofo, escritor, poeta desde su casa en el Sur de la Florida, en los cafés y en una deliciosa copa de vino con sus amigos artistas y escritores que le quieren y admiran.
Me fascina su colorido y el manejo de su dibujo que desborda lo fantástico, la acidez de sus personajes y la alegría que destilan al bailar y cantar, sí, porque su encanto esta en los caminos de la vida que son la canción que han magnificado su existencia.
Crítico social, burlador de los dueños del poder, todo entra en su pintura dibujada como tejido de una mantilla de arabescos de personajes aladas que han hecho su poética y su amor por los suyos, su familia plástica y su familia universal que nos convoca al paisaje interior de las alegrías.
Chenco Gómez es para mí un artista que escribe sobre su tela con los tatuajes de lo burlesco y lo fantástico en un fiesta que comparte con el espectador.
Nosotros, sus fanáticos que rodean su cuerpo de venturas, los senderos del follaje de los pajares y los sueños colgados a los árboles.
Es su embrujo de lo fantástico y lo real, donde el genial artista colombiano se erige en cacique e inventor de cosas que se guardan en el corazón. Su color es arrojo de una paleta que danza, y respira en la tela, sus dibujos en tintas que lo acercan a la caricatura feroz en la aleación de social del tiempo que pasa por sus manos.
Su dibujo es el cronista que platica de sus personajes que caen en la caricatura, como una respuesta a la realidad embalsamada por una sociedad estática y abandonada.
Chenco Gómez es una artista que recorre de pieza a cabeza las alucinaciones de la gente, la causa poética que mueve a sus personajes a veces siniestros, que retrata como caballeros o damas de la alta sociedad que muestran sus riquezas y poderío por sus tocados y cegados por los pájaros.
La obra de Chenco Gimes es un divertimiento, alusión de una realdad atrapada a su amoroso pincel, en un gesto automático de pintar desde lo formal y colorantico de un pintor pensante, del gesto poético de la pintura. He dicho que amanece con sus sueños en la almohada, imaginado de suertes, de brujerías contestadas, de pesadillas la zoología de lo fantástico social con el goce poético Chagalesco, real maravilloso que corre por sus venas.
El color está en la forma, su peculiar forma de danzar sobre los lienzos, combinar su amor social, la personificación de un pensador del arre.
Leo sus entrevistas, admiro el discurso poético que contiene este hombre integrada al arte y a la filosofía por sus raíces colombianas, combinatoria que ha enriquecido a la cultura hispana en los Estados Unidos.
Ha convertido su habitan en parte del mundo, en contra de lo maquinado donde el gesto humano es lo primordial. Sin duda una patria universal es el arte, donde los espectadores también somos artistas porque gozamos de su reino, donde el color y el dibujo están en su pensar y soñar.
Su paleta es acida, de una sociedad que espejea a la otra realidad, la de Chenco Gimes que amanece en sus venas, y que gracias a sus dones inventa para nosotros lo que nos hace falta para soñar y es que el sueño es un trabajo donde los obreros cantan y juegan la baraja de sus fantasías.
Busque Chenco Gómez, y encontrará la delicia de lo fantástico en el embrujo del color, esa piel que nos baña como si fuéramos niños en el jardín de las delicias de Chenco.
Por la ventana del pequeño universo del gran artista colombiano. Presentamos algunas de sus obras, que encantan y juegan armoniosamente a nuestros ojos. Ciertamente de amor por Chenco, que sabe reír y cantar los colores de la existencia.
POR ALEJANDRO ROSALES LUGO