CD. VICTORIA, TAM.- 2 de noviembre en Santiago de Chile, una fecha especial para las y los mexicanos y no sólo por el famoso ‘Día de Muertos’, una fecha que distingue las tradiciones mexicanas, sino porque fue una fecha especial para el deporte en estos Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
Son más de 7,000 kilómetros de distancia del país, pero eso no fue impedimento para que sonara un grito cinco guerreras mexicanas que dieron un gran espectáculo y una actuación histórica para la gimnasia rítmica. Fue una competencia dura y dramática para ellas… el conjunto de Estados Unidos que fue el último en salir a relucir su rutina, acabó por generar puntuación menor a las mexicanas, por lo que, después de minutos de angustia, llegó el júbilo, la emoción, los gritos, los brincos de alegría y llanto, esto después de años de mucho trabajo.
Las cinco jóvenes tuvieron la atención de todas y todos, pues se convirtieron en las históricas de la gimnasia rítmica mexicana a nivel conjunto, y en ese equipo una de ellas fue representante tamaulipeca.
Kimberly Salazar López. Oriunda de Xalapa, Veracruz, pero tampiqueña y tamaulipeca por adopción, ella formó parte de este conjunto nacional de gimnasia rítmica y después de muchos años de entrenamientos intensos, de sacrificios e incluso de alejarse de su familia, podrá cumplir su sueño de estar en unos Juegos Olímpicos.
Como si fuera una película, por azares del destino, Kimberly dio con la gimnasia rítmica. Desde pequeña fue muy hiperactiva, andaba de ‘arriba a abajo’ en su casa, por lo que su mamá buscó en el deporte la alternativa perfecta para que ella usara sus energías, primero en la disciplina de atletismo. “Yo comencé en el deporte en atletismo.
Yo fui a un curso de verano en Xalapa cuando tenía cinco años, yo era hiperactiva y mi mamá me metió a esos cursos para ver si me gustaba o no el deporte, y ahí poder usar la energía, sí me llamó la atención el atletismo, pero ahí observé a las de gimnasia y yo le dije a mi mamá que mejor me cambiara a gimnasia”, comenzó con la entrevista a EXPRESO.
Así inició todo, un camino largo en el que Kimberly Salazar López, no se imaginaba siquiera todo lo que iba a vivir, desde viajes a países del otro lado del mundo, hasta ser campeona nacional y ahora, futura Olímpica.
“Los primeros meses fueron como que de prueba, de ver si realmente me gustaba o era el momento, al final me enamoré como quien dice, me empezó a gustar todo, aunque sí fue muy difícil pues yo no tenía la flexibilidad natural, pero sí me esforzaba y conseguía hacer los ejercicios, sí me comentaban que para ser nueva iba avanzada”, expresó Kimberly.
Kimberly empezó a competir en quintetos, modalidad en la que se ‘soltó’ dentro del tapete del podium, pero posterior a eso, empezó a competir individualmente, ya que era de lo más destacado del estado de Veracruz.
Tras muchos meses de entrenamientos los éxitos empezaron a llegar para Kimberly Salazar López, en forma individual la atleta mexicana se convirtió en una de las mejores del país al ser campeona de diferentes torneos amistosos y otros avalados por la Federación de Gimnasia, además de la Olimpiada Nacional en la que ganó algunas medallas de oro, plata y bronce, esto a partir del 2014.
“Fueron momentos muy bonitos, cada medalla que logré fue por mucho trabajo que conseguimos con mis entrenadoras, no fue fácil, pero todas esas medallas las recuerdo con cariño”. Con estos logros, empezó a llamar la atención de Selecciones Nacionales y recibió la invitación al Centro Nacional de Alto Rendimiento, lugar en el que se concentran las y los mejores atletas de cada disciplina olímpica.
LEJOS DE CASA, TODO POR UN SUEÑO
La decisión de irse a la Ciudad de México, no fue sencilla para Kimberly, quien apenas estaba en el cambio de ser una niña a ser adolescente, la etapa más difícil y en la que tienes que tener cerca a tu familia, pero en ella había un sueño, una meta, que era ser la mejor y buscar competir a nivel internacional.
“Tenía 11 años cuando me invitaron a formar parte de la Selección Mexicana, tenía que irme de mi casa, pues querían que estuviera en el CNAR, fue una decisión difícil, la tomé junto a mi familia, mi mamá me decía que si ese era mi sueño que lo respetaba, que ella me apoyaba”, puntualizó.
El cambio de residencia y el estar a varias horas lejos de su casa, fueron complicados sobre todo las primeras semanas, pero había un sueño de por medio por el que tenía que hacer ese tipo de sacrificios.
“Yo sabía que iba a estar sola, sí me costó la verdad, extrañaba mucho a mi familia, me acostumbré a estar con ellos, mi hermana entrenaba conmigo y siempre era estar con ella, convivir, fue lo que más me pegó, el primer mes sí lloré mucho, pero también quería cumplir mi sueño de competir por México, siguiendo el ejemplo de una gimnasta que es de Veracruz, Marina Malpica”, confesó.
SU PASO A OTRO NIVEL
Tras varios meses de trabajo intenso con las entrenadoras de la Selección Mexicana, empezaron a llegar las competencias internacionales para Kimberly, que tuvo diferentes fogueos y otros tantos Panamericanos.
En el 2017 empezó con el Campeonato Panamericano en Dayton, Florida, Estados Unidos, competencia en la que tuvo una destacada participación; luego representó a Tamaulipas y así partició en un Panamericano en Colombia en el que logró cuarto lugar, además de un quinto pues en una una Copa realizada en el mismo país cafetero.
El esfuerzo y trabajo diario que hacía con las entrenadoras del CNAR y UNIDEP Tampico, que estuvieron al pendiente de ella, empezó a dar frutos, pues la gimnasta durante esos años empezó a ganar medallas nacionales y consiguió una medalla de plata y bronce en el Panamericano de Gimnasia Rítmica Juvenil que se realizó en Monterrey en el 2019, además de estar en el mismo año en la copa Mundial Juvenil en Rusia, aunado a los múltiples primeros lugares en competencias nacionales.
“Todas esas experiencias fueron muy bonitas, conocer a mucha gente, aprender. Vivía un sueño, el viajar para representar a mi país, siempre ha sido muy bonito tener esa responsabilidad”, comentó.
LA AVENTURA QUE CAMBIÓ SU VIDA
Después de más de 10 años de competir de forma individual, llegó una propuesta en el 2021 que prácticamente cambió la vida de Kimberly dentro de la gimnasia rítmica, pues recibió la invitación por parte de Blajaith Aguilar, entrenadora de la Selección Mexicana (conjunto) de Gimnasia Rítmica para unirse a sus filas, pues le veía potencial para destacar en grupo.
“Yo siempre había competido en individual, era como mi especialidad, no quería o no me convencía al principio de estar en conjunto cuando me invitó la maestra, pero después lo pensé, dije ‘¿Por qué no?’, era un cambio, es muy diferente estar en equipo a estar sola, pero quise probar la aventura, las cosas cambian y fue un cambio para bien, las cosas pasan por algo, así Dios lo quiso”, señaló.
Así empezó un nuevo camino para Kimberly, un cambio de dirección, de formas o estilo, pero el destino o la meta se mantenía igual, “sí fue complicado lo primero, porque te tienes que acoplar, entrenamos fuerte y pues fue como una prueba para todas nosotras, pero gracias a Dios en nuestros controles técnicos y la primera competencias se nos dieron bien las cosas”, dijo Kimberly.
EL CAMINO A LA GLORIA
Después de integrarse y acoplarse al conjunto nacional junto a sus compañeras, Kimberly junto al equipo mexicano compitieron en diferentes torneos internacionales de gran calibre como Panamericanos en Brasil, Rumania, Portugal, Bulgaria, España e Italia, certámenes en los que consiguió sumar medallas y experiencias, esto en el 2022. Todo esto fue parte del plan de parte de la entrenadora Blajatih Aguilar para lo que sería un 2023 de muchos retos, de muchas competencias oficiales y en las que buscarían el sueño: Juegos Olímpicos.
El 2023 llegó y fue un año de ensueño pero no fue nada fácil, pues prácticamente no hubo descansos, “fue muy presionado este año, nos juntaron en este mismo año todas las competencias importantes, no tuvimos casi descanso, trabajamos muy fuerte, muchas horas, teníamos un objetivo y queríamos cumplirlo”.
De mayo a agosto recorrieron miles de kilómetros por el continente europeo y en el Americano. Primero fue Portimao, Portugal en la que consiguieron un quinto lugar, posteriormente en el Panamericano de México 2023, lograron tres medallas de plata; en El Salvador en los Centroamericanos, brillaron con tres medallas de oro. En Rumania quedaron en el Top-10, Italia en el Top-12 y en Valencia en el Top-8.
“Todas esas competencias nos ayudaron, fueron muy importantes para nosotras, porque corregimos muchas cosas técnicas y nos ayudó a saber que trabajar”, señaló.
EL MOMENTO QUE UNIÓ Y FORTALECIÓ: ISRAEL
Tras todas sus competencias en esos meses, ellas tenían la mira puesta en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, la oportunidad perfecta y la última llamada para conseguir su boleto a París 2024, por ello decidieron concentrarse con las campeonas mundiales: Israel, en un campamento al cual ya habían asistido en ocasiones anteriores.
Apenas tenían un par de días en tierras ‘santas’, cuando se intensificó la guerra que viven a diario en esa zona, “fue un momento complicado.
Primero estábamos bien, normal, nosotras ya habíamos estado en Israel para prepararnos, era ‘normal’ que hubiera situaciones así, nosotras ya sabíamos las medidas de seguridad, pero nos tocó mala suerte que se intensificó con lo que hubo”.
“Después de que vimos que era más serio, sí nos entró algo de preocupación, pero dentro de lo que cabe tranquilas, te digo, ya sabíamos todo, que hacer si había una situación, estábamos en zona segura, las entrenadoras de Israel siempre estuvieron al pendiente de nosotras y eso nos ayudaba, nuestras familias es quienes creo que estaban más preocupadas, pero gracias a Dios pudieron sacarnos del país”.
Durante esos dos o tres días de crisis que estuvieron en Netanya, Israel, ni ahí se detuvieron, “era como una especie de villa, así que entrenamos un poco, nos distrajimos con los entrenamientos, tenía la mente puesta en los Panamericanos”, señaló.
LA GLORIA EN SUS MANOS
Tras su regreso a México continuó con su preparación hasta que el día llegó. Ese famoso 2 de noviembre marcó una fecha histórica, después de que el conjunto mexicano quedara en el segundo lugar de all-around y con ello lograra la plaza olímpica que estaba en juego en Santiago 2023; el primer lugar fue Brasil quien ya tenía su boleto a los Juegos Olímpicos.
Fue un momento de mucho drama, porque después de su rutina, aún quedaba Estados Unidos, quien era el único serio contrincante de México, pero al final las estadounidenses no pudieron superar a las mexicanas.
“Nosotras esperamos el resultado, de repente vinieron las demás gimnastas de otros países a avisarnos, a brincar y celebrar con nosotras, ya nos dimos cuenta y creeme que fue un momento único, que hasta ahora no he podido describir”, contó Kimberly sobre su medalla de plata y obtención de la plaza olímpica.
“Siendo sincera no nos fue tan bien en ese segundo día, pero se logró el objetivo, mucha emoción, drama, muy feliz y relajante vivir esos momentos, mucho alivio y como que nos quitamos una presión que teníamos, era por lo que trabajamos y finalmente conseguimos ese pase histórico”, puntualizó.
Durante la competencia, su mamá quien siempre que puede la acompaña a competencias, estuvo presente, no podía perderse el día ‘D’, “sí estuvo mi mamá, fue muy bonito verla, no sé en qué momento pasaron a la zona de competidores, pero la abracé, lloré, fue un momento único, ella sabe todo lo que vivimos para conseguir esto”, expresó. “Me vinieron muchos momentos a la cabeza después de todo, desde que inicié, hasta lo que pasamos últimamente, fue emocionante y algo como te digo no puedo describirlo”, declaró.
MUCHAS HORAS, DÍAS, MESES Y AÑOS
Para Kimberly Salazar no es sólo un pase a unos Juegos Olímpicos, sino que es el momento de la recompensa después de muchos años de trabajo, de años de alejarse de su familia, de dejar de disfrutar muchas cosas de una niña o adolescente, para concentrarse en lo deportivo, es un sueño hecho realidad.
“Mi sueño está en mis manos, esto no es un boleto a los Olímpicos nada más, son muchas horas de trabajo, muchos días y años, valió la pena cada cosa que hice, cada momento en que me apoyó mi familia, yo desde que dejé mi casa para irme al CNAR tenía la meta clara de trascender y aunque me dolió mucho alejarme de mis seres queridos un poco, al final ha valido la pena y sé que ellos están aún así conmigo y son parte de este sueño”, expresó.
DEDICADO A TODOS LOS QUE LA APOYARON; A PREPARARSE RUMBO A PARÍS
Kimberly Salazar López, tiene en mente siempre a su familia, quienes siempre la han apoyado, pero también a todos sus entrenadoras, “sin duda se lo dedico a toda mi familia, a mi mamá, a mis entrenadoras que he tenido, a mis compañeras, la maestra Citlaly, a mi maestra Blajaith, a todos los que me apoyaron desde el principio y se unieron en el camino”, subrayó.
“Sólo puedo decir que los sueños se cumplen, aquí está la prueba y ahora seguiremos trabajando, entrenando duro, buscaremos competencias en estos meses y nuestro objetivo es hacer una actuación histórica en los Juegos Olímpicos de París, llegar a las finales y dejar todo en cada rutina”, finalizó.
Así finaliza una parte de la historia de Kimberly, pero no es el final. Aún tiene mucho que acumular, mucho que escribir, capítulos que sumar a su vida y más cuando se avecina un 2024 en el que cumplirá su sueño, el sueño de cientos, miles, tal vez millones que es representar a tu país en unos Juegos Olímpicos después de tantos años de trabajo y sacrificio.
Y así cumplir una meta más y un recuerdo que seguramente quedará para las futuras generaciones de su familia y la historia de la gimnasia rítmica.
POR DANIEL VÁZQUEZ