En una sorpresiva e inesperada vuelta de tuerca en la política argentina, el presidente electo Javier Milei ha extendido una invitación al expresidente brasileño Luiz Ignacio Lula da Silva para que lo acompañe en su toma de posesión como presidente de Argentina. Este gesto marca un giro radical en la retórica de Milei, quien durante la campaña electoral tildó a Lula de «comunista corrupto».
La semana transcurrida desde la victoria de Milei en las elecciones presidenciales ha estado marcada por cambios sorprendentes en sus posturas y relaciones internacionales. La futura canciller argentina, Diana Mondino, fue enviada a Brasilia para entregar personalmente la invitación al ministro de Exteriores brasileño, Mauro Vieira. Mondino se reunió con Vieira para calmar las preocupaciones generadas por las declaraciones controvertidas de Milei durante la campaña, especialmente en relación con Brasil, un socio comercial clave y aliado estratégico.
En un movimiento estratégico, Milei ha dejado de lado las confrontaciones verbales con figuras que antes criticaba fervientemente. Además de la invitación a Lula, el presidente electo argentino ha suavizado su postura hacia el Papa y China, respondiendo positivamente a las felicitaciones de ambos. Sin embargo, el Ministerio de Exteriores chino advirtió que romper las relaciones bilaterales sería un «error grave» por parte del nuevo Gobierno.
El cambio de actitud de Milei también ha impactado en las relaciones con Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro, aliado cercano del argentino, confirmó su presencia en la toma de posesión. La futura ministra de Exteriores, Diana Mondino, aseguró que la relación con Brasil continuará de manera positiva y que se enfocarán en la firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea y otros acuerdos comerciales.
El gesto de invitar a Lula, a quien Milei había criticado duramente durante la campaña, ha generado sorpresa y especulaciones sobre la nueva dirección que tomará la política exterior argentina. Mondino negó que existan problemas personales entre Milei y Lula, destacando la importancia de separar las críticas ideológicas de las relaciones diplomáticas.
La aceptación o rechazo de la invitación por parte de Lula aún está por verse, aunque el expresidente brasileño ya ha indicado que las relaciones diplomáticas son prioritarias por encima de las amistades personales. Este giro diplomático plantea interrogantes sobre la futura orientación política y las alianzas de Argentina en la región bajo la presidencia de Milei, cuyas decisiones continúan sorprendiendo tanto a sus seguidores como a la comunidad internacional.
POR EXPRESO DIGITAL