CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La vida de alguien que se dedica a hacer reír, pareciera que tiene puros tintes coloridos con tonos que reflejan alegría, pero la realidad, es que detrás del personaje, hay una historia, hay un ser humano, que sufre y llora, pero que al hacer su trabajo, se tiene que transformar con el objetivo de regalar buenos momentos a los demás.
Atrás de Payasotote Show está Luis Alberto Lopez, a quien él mismo define como “una persona más corriente que normal”.
Nació en Victoria, Tamaulipas en 1982, es hijo de Don Juan Agustín
y Doña María del Refugio, “Cuenta mi mamá que nací en casa, no sé si mi mamá estaba jodida o era muy fifí, pero nací en casa de mi abuela en las favelas de la Horacio Terán, fue parto natural, pesé alrededor de cuatro kilos, dejé un hueco importante a mi mamá”, bromea.
Rápidamente indica que nació en la “HT”, pero su barrio es otro, pues “A los cuatro años llegué a la poderosísima colonia Libertad, era 1987, ese es mi barrio, ahí crecí, conocí a mis primeros amigos, ahí fuí el kínder y la primaria y hasta ahí mismo compré mi casa, ahí sigo…”.
Recuerda que en el momento que llegaron a dicho lugar, “no había nada, la suya era la última cuadra, no había drenaje, era puro monte más para allá del Libramiento, y allá iban a cortar leña para cocinar”.
“En la infancia sufrí bullying en exceso, por lo gordo, me decían de todo, tristemente yo era muy susceptible, me hacía daño, pero a la vez eso te curte, ahorita lo que me digas, ya me lo sé, no afecta nada”.
“En la primaria fui muy bueno para estudiar, siempre estaba en los cuadros de honor y escoltas, pero al terminar la Secundaria me dio flojera, no hay de otra, me metí al ITACE militarizado, ahí me llegaron a pegar los maestros cuando me portaba mal, fue en el taller de soldadura, me pegó con una varilla en la espalda”.
En el ITACE aprendió a tocar el saxofón, pero no siguió estudiando, “No tuve a nadie que me dijera que no lo dejara, hoy sé que no hay nada mejor que tener una carrera, siempre se lo digo a mi Hija Fernanda”.
Tras abandonar sus estudios a los 14 años comenzó a trabajar, primero como mesero y cocinero en un restaurante, posteriormente, a los 16, laboró en una maquiladora de su colonia, donde se confeccionaba ropa camuflada, pero también se salió.
“Mi jefa ya no me quiso ver de Nini en la casa y me mandó a la maquiladora Delfi, yo me fui según a pedir trabajo, pero me fui con mi primo a jugar Mario Bros; al siguiente día ahora sí ya fui, me pasé con la bola y le conté al de recursos humanos todos los problemas que tenía, se apiadó de mí y empezó mi historia en la Delfi”.
“Ahí me pasaron muchas cosas, por ejemplo conocí a mi esposa Manuela, le escribí una carta para declararle mi amor, lo que tenía de gordo lo tenía de miedoso, también le regalé chocolates y un disco de Chayane, quedamos de vernos en el 10 Bulevar, pensé que no iba a llegar, pero sí, llegó, se colgó de mi cuello, nos abrazamos, caminamos a la plaza del Ocho y ahí nos fimos el primer beso, diez meses y nos casamos”.
Y NACIÓ EL PAYASOTOTE
En la maquiladora, también conoció otra pasión, la de ser Payaso, oficio que comenzó a realizar y en el que rápido mostró grandes condiciones.
“Hubo un payaso, Enrique Catillo, en ese entonces Chirrín, trabajaba ahí mismo y me dijo que yo tenía madera para ser payaso, iba a haber un festival para la maquiladora y me invitó al show, considero que nos fue muy bien”.
“Después el señor Luis Acuña me dijo que cuanto le cobraba por un show en una fiesta, le dije que sí, pero yo no tenía nada, ni vestuario, ni maquillaje, ni sonido, ni rutina; se acercó el día y tuve que buscarle, moché una camisa y le dí…”
“El día del show me sudaba todo, pero ya cuando te subes se te olvida un poco el nervio, de ese día saqué dos eventos, así empezó Payasotote, los primero años era un show cada tres meses, después fue aumentando, pero por el 2013 empezó el boom, ya era hasta tres días en fin de semana”, asegura, mostrando satisfacción.
El destino lo llevó a dar un show de comedia en Cuba y también a alternar con uno de sus ídolos, Regalito de Los Payasonicos.
“Tuve la oportunidad de organizar un evento en Reynosa y propuse a la Leyenda y Regalito, fue un evento con 25 mi personas, yo me vi fan, pero tuve que hablar con Regalito, es un tapizo en toda la extensión de la palabra, ahí lo conocí, pero fue hasta después que me invitó a subirme al escenario con él, fue cumplir mi sueño, nos fue muy bien gracias a Dios, incluso tuve la fortuna de tenerlo en mi programa, él para mí siempre fue mi figura a seguir”.
Cuando todo marchaba de maravilla en la carrera de Luis, vino un duro golpe en su vida, “Fue un chingadazo en el 2011, se fue mi mamá, lo que viví con ella antes de que se fuera fue muy difícil, ella tuvo un tumor en el cerebro. Un 30 de abril llega mi hermana con mi mamá cargándola, ya no reaccionaba, estaba dormida todo el tiempo, nos dijeron del tumor y comenzó gestor peregrinar, me fui con ella a Monterrey al IMSS”.
“Había ocaciones en que no te conocía y son cuestiones bien fuertes, tenia que darle de comer y no sabia quien era yo, me quebraba. La primera semana dormí en el piso abajo de su cama, todos los días mi comida era un cuarto de chicharrón, dos bolillos y un refresco”.
Luis hace una pausa y con voz lenta explica que vivió momentos difíciles, pues el día de la operación le tocó rasurar a su mamá, en incluso para ese entonces la debían tener amarrada.
Tras la intervención Doña María comenzó a mostrar mejoría y pudieron volver a Victoria con la esperanza de tenerla mucho tiempo, pero sólo duró tres meses y el día más gris, sucedió el once de septiembre.
“Llegué a la casa, la vi tendida, mi papá estaba mal, fue muy difícil verla así, ella siempre fue mi motor, mi bastón y mi soporte, cuando tuve muchas broncas ella siempre me apoyó…”
“…A veces le reprocho a Dios el porqué no me dio chance de tenerla más y poder darle lo que no pude darle en su momento, la recuerdo en sus mejores momentos, siempre en cada show siempre me encomiendo a Dios y a ella, cuando no tengo nada de chamba le pido a ella y como por arte de magia me llena eventos, tengo un angel impresionante”.
Desde hace once años, en las presentaciones Payasotote no está solo, pues cuenta con el mejor equipo, Manuela y Fernanda, pues su esposa e hija, hoy son una parte fundamental de Payasotote, el negocio familiar.
“Un día les dije que tenían que andar conmigo para no repartir la piña, gracias a eso compramos el sonido y un mueble, al inicio batallamos, pero hoy en día ya lo hacemos muy bien, es muy divertido andar en familia por todos lados”.
En el recuerdo de Luis Alberto siempre estarán presentes los
momentos complicados, pues forman parte de su historia, pero hoy en su mente habita un sueño, el de seguir provocando sonrisas, sobre todo en los rostros de Manuela y Fernanda, ese es el verdadero objetivo del Show, por que “Estar con ellas es lo mejor que me ha pasado”.
REACCIONES
“En la infancia sufrí bullying en exceso, por lo gordo, me decían de todo, tristemente yo era muy susceptible, me hacía daño, pero a la vez eso te curte, ahorita lo que me digas, ya me lo sé, no afecta nada”.
“Un día les dije a mi mujer y mi hija que tenían que andar conmigo para no repartir la piña, gracias a eso compramos el sonido y un mueble, al inicio batallamos, pero hoy en día ya lo hacemos muy bien, es muy divertido andar en familia por todos lados, es el mejor equipo”
LUIS ALBERTO LÓPEZ
“PAYASOTOTE SHOW”
DANIEL RÍOS
EXPRESO