Hablar uno o dos idiomas es difícil, incluso hasta uno ya se complica, pero ¿te imaginas hablar 24 idiomas?, aunque no lo creas, es posible y Vaughan Smith, quien no asistió a la universidad, es empleado de la empresa de limpieza de su hermano, tiene como hobby seguir estudiando y acercarse a extraños para hablar, lo ha conseguido.
Smith está catalogado como una persona “hipérglota”, básicamente significa que es una persona poliglota qué habla un mayor número de idiomas de lo habitual; ya que suele ser superior a los 10 idiomas, lo interesante es que no existen muchas personas así en el mundo.
¿Cuál es el secreto de Smith para hablar tantos idiomas?
Tenía tan solo 14 años cuando vivía en el sótano propiedad de su padre, muy cerca de las características embajadas de Washington D.C., este fue el match perfecto para despertar la curiosidad innata por las diferentes culturas extranjeras, pues Smith había tenido problemas para socializar en una escuela donde lo diferente era visto como extraño.
Sin embargo, en Washington conoció estudiantes brasileños con los que pudo comenzar a socializar y hablar portugués, incluso ganó una gran amistad con una familia rumana e incluso aprendió amhárico gracias a una chica que entró a su curso.
Ahí empezaría la clave del aprendizaje, pues como mencionamos antes es un hipérglota, tan solo en su baraja de lenguas está el español, el portugués y unas lenguas muy exóticas como lo son el noruego, el japonés, el húngaro, el búlgaro, el finlandés, el hebreo y el estonio, cabe destacar que el español que habla es el “mexicano”, así que Vaughan, hermano ya eres mexicano.
La habilidad de Smith es tan grande que el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) le realizó un estudio para saber de dónde venía tan complicada habilidad, donde se demostró que su cerebro tiene menos actividad que una persona normal; sin embargo, en las zonas vinculadas a la red lingüística del cerebro la actividad es mayor que la promedio.
¿Qué beneficios trae hablar varios idiomas?
Los adultos que han hablado dos lenguas desde su infancia tienen mejor flexibilidad cognitiva, según un estudio de The Journal of Neuroscience, también menciona que la gente que piensa en otra lengua ayuda a tomar decisiones más racionales en una situación de peligro, pues por naturaleza, tienden a tomar decisiones que la minimicen, aunque la balanza está inclinada a su favor.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO