¿Qué enseñanza, lección y experiencia nos dejó la fugaz pero abyecta crisis política de Nuevo León? Pues acá entre nos, ninguna.
Excepto que en ese reino de las oscuridades donde el poder, que tiene infinidad de movimientos extraños y espantosos, y donde la ciudadanía es la última en ser tomada en cuenta, todo se repite y todo es cíclico.
Preguntarán si la confrontación de Samuel García contra el Congreso de Nuevo León, y viceversa, tiene ya un antecedente de alguna manera reciente. La respuesta es sí.
Acá en Tamaulipas la guerra entre el entonces gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y la 4T en la Cámara de Diputados, que llevó a este poder legislativo a desaforar al panista, para luego sobrevenir un choque de poderes con el Congreso Local que defendió “a muerte” al mexico-americano, también cimbró al país.
Volvemos a la interrogante inicial: ¿Qué aprendimos como Nación de esta guerra?
Sólo que las crisis políticas, además de los intereses de poder, carecen por si fuera poco de estrategias que desplieguen al menos ciertos beneficios para la población.
Nada de eso incluyen que lleven al contexto democrático en que vivimos el factor elemental de equilibrios y contrapesos. Todo es una guerra descarada por el poder, revelando que estamos en gran medida dominados, como territorio, por mafias que han venido a clausurar la política tradicional y hasta los estilos que vemos ha perdido la llamada “Clase Política”.
¿QUÉ HACER PARA QUE EL PAÍS SOBREVIVA?
Y la tremenda realidad que provoca este tipo de atrocidades, es que muchos que están en el poder son bastante idiotas y corruptos o, peor tantito, es la ciudadanía, el electorado, quien no tiene capacidad de discernimiento para que en los procesos electorales salga a votar por quienes verdaderamente tengan las capacidades de generar los crecimientos económicos y la garantía de las libertades sin el temor de transitar por las calles.
Así entonces a la clase política le falta con urgencia realizar los grandes acuerdos que urgen a la Nación.
Es decir, no todo es disputa por el poder junto a las asimetrías sociales que todos estos sainetes endemoniados propician y que sólo producen graves debilidades al Estado mexicano.
Paralelo a lo anterior, la exigencia ciudadana que debería sobreponerse en 2024 es la aplicación de la ley ante una realidad social arruinada por esos desplantes de poder, de sujetos que olvidan son aves de paso.
GENTUZA CONVERTIDA EN ALCALDES Y LEGISLADORES
Creo que el basta debe ser aplicado pronto por toda la geografía política del país, porque de pronto todas y todos nos vemos como adorando a gentuza destructiva, que de pronto se nos aparecen como aspirantes a presidentes municipales, diputados o senadores. ¡Imagínese!
Y lo grave es que les seguimos el juego, ajenos a los grandes cambios planetarios que demandan talentos e inteligencias indispensables para gobernar y con las capacidades de ahuyentar a la corrupción y a todas esas crisis políticas.
Dejemos de votar por gente de mala calaña; identifiquemos a esta gentuza y si no sabemos ver entonces peguntemos, consultemos, indaguemos, examinemos, pero, por amor de Dios, no les demos nuestro voto a cualquier gorila, delincuente, enfermo mental y corrupto.
¿QUIÉN GANA EN ESTA GUERRA?
Al respecto, una historia de una tribu americana, nos enseña cuál es el lobo bueno y cuál el malo: “Hay una batalla entre dos lobos dentro de cada uno de nosotros. Uno es malvado. Es ira, envidia, odio y codicia. El otro es bueno. Es alegría, paz, esperanza, solidaridad, verdad y fe. ¿Y cuál lobo gana? El viejo indio simplemente respondió: El que tú alimentes”.
LA TRANSFORMACIÓN DE LA UAT: DÁMASO ANAYA
Al iniciar una etapa de transformación universitaria, el Rector de la UAT, Dámaso Anaya Alvarado, anunció que la institución seguirá evolucionado y retomará el crecimiento institucional como ha sucedido a lo largo de más de siete décadas de su fundación.
¡Feliz miércoles!
POR MA. TERESA MEDINA MARROQUÍN
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