CD. VICTORIA, TAM.- La violencia física y económica contra las mujeres, se da en todos los estratos sociales, sin embargo las de clase social alta son las que más se resisten a presentar una denuncia contra sus agresores.
Dianaluz Gutiérrez González, Directora del Instituto Tamaulipeco de las Mujeres, dijo que en ese estrato social, lo piensan mucho más, aunque el trato que se le da a cada caso es con total discreción, y los mismos apoyos o asesorías que tiene disponibles el instituto, tanto las psicológicas como las legales.
“Denuncian más las que son más jóvenes y si, personas de clase media a media baja son las que se atreven a denunciar”, dijo tras señalar que los argumento de quienes tienen un nivel económico más alto, argumentan que no quieren que su círculo social se entere, “y las comprendo todavía vivimos en una ciudad pequeña, con el patriarcado en donde todavía nos importan muchas normas sociales”:
Además reconoció que en general las mujeres no denuncian las agresiones penalmente, porque de 6 mil atenciones jurídicas que han brindado a lo largo del año, solo un 5 por ciento de las afectadas denuncian y ratifican.
En el tema de divorcio y demanda de las pensiones alimenticias, todas las que deciden a hacerlo presentan las demandas correspondientes, “pero no lo hacen con las demandas penales que se requieren por las agresiones físicas o económicas”.
“Pero finalmente es decisión personal denunciar o no, yo lo tengo que respetar, pero los abusos son iguales; golpes y abuso psicológicos; hay unas que no quieren dejar al marido por mil pesos a la semana y hay unas que no lo quieren dejar por 10 mil pesos a la semana, pero finalmente es una violencia económica”.
Aceptó que cada mujer en lo personal, está acostumbrada a un estilo de vida, tiene sus gastos y sus hijos en otro tipo de escuelas, lo piensan más por el ‘bienestar’ de los hijos.
Porque las mujeres no quieren que sus hijos se sientan mal, que sea inseguro, que sea rechazado o no aceptado en los grupos, además intervienen terceros, como la suegra, otros familiares y los mismos hijos.
Además la necesidad de aceptación también influye, “una vez que ya satisficimos nuestra necesidad de comer, de vestir, queremos ser aceptados y ahí es donde permitimos muchos estilos o abusos”.
Sin embargo también hay muchos casos en las que no se puede pedirles que estén al lado de un hombre que no las quiere, que las maltrata, que las humilla y que es infiel.
Reiteró que es en el nivel social alto en donde no hay denuncias formales, porque las mujeres entienden que lo primero que va a hacer el agresor es “quitarles la tarjeta de crédito”.
POR NORA ALICIA HERNÁNDEZ HERRERA