En febrero próximo habrá resultados de las investigaciones que realiza la Auditoría Superior de la Federación respecto de la aplicación de recursos públicos en la UAT durante el rectorado de Guillermo Mendoza Cavazos, de acuerdo a lo señalado por Norma Angélica Pedraza Melo, contralora del gobierno estatal. Es de creer que por esas fechas también conoceremos información de la Fiscalía General respecto del mismo asunto y de otros donde, al parecer, la institución fue utilizada para encubrir negocios particulares, según denuncia presentada en tiempo y forma por Hacienda a través de la Unidad de Inteligencia Financiera.
En este sentido siempre ha habido dudas sobre el destino de las aportaciones del contribuyente. Ni como negar que fue el secreto más celosamente guardado por quienes estuvieron al frente de la máxima casa de estudios antes de la llegada de Dámaso Anaya Alvarado, quien acorde a los tiempos de transformación y vocación humanista del gobierno que dirige Américo Villarreal Anaya, rendirá cuentas claras “de aquí pa’l real”. Es lo que deseamos, considerando que la UAT no debe estar distanciada de los objetivos sustanciales de una sociedad que procura superar el caos y desorden heredados del régimen panista.
El ciudadano común supone que hay mucho que investigar a partir del despilfarro y enriquecimiento de algunos que desempeñaron cargos rectorales, sobre todo durante las últimas gestiones. Y deje, la insolencia con la que presumen lo obtenido por quién sabe qué inconfesable metodología. De ahí que el gobierno federal deba investigar a fondo lo referente a los dineros destinados a la educación superior que al final de cuentas pertenecen a todos. No se trata de intervenir en la autonomía donde existe total respeto a planes, programas y gobernanza de sus órganos internos, sino de lo estrictamente material como parte del patrimonio de la comunidad.
Habrá que dejar en claro, por ejemplo, la exagerada inversión en equipos deportivos profesionales y la contratación de jugadores y entrenadores que no responden a las expectativas, intuyéndose probable manejo indebido de recursos. ¿Qué tanto sirven de ejemplo cuando por lo general frustran esperanzas por trascender a otro nivel de competencia? Además, en poco o nada alientan la participación de la juventud estudiosa marginada por los negociantes del espectáculo que incluye promover el consumo ilimitado de alcohol con riesgo de provocar violencia, como ha sucedido en diversas ocasiones.
La mayoría de los ex rectores tomaron a la UAT como de su propiedad convirtiéndose en monarcas intocables bajo amenaza de chantaje o imponiendo temor y en algunos casos aterrorizando a la población. Son historias sombrías que faltan por escribirse. Por lo pronto bueno será que las autoridades lleguen hasta las últimas consecuencias aplicando severos castigos a quienes lo merezcan. Es lo menos que reclama la nueva conciencia tamaulipeca.
SUCEDE QUE
En serio que Xóchitl Gálvez está desnaturalizada. Mire que solicitar al embajador de EU Ken Salazar que su país vigile la elección presidencial. Eso se llama intervencionismo con el mismo significado de los tiempos en que los conservadores ofrecieron a Maximiliano la corona imperial o aplaudieron la invasión gringa que selló el descarado robo de más de la mitad de nuestro territorio. ¡Qué poca dignidad!, ¡qué poco aprecio a la lucha por la independencia y a quienes sacrificaron hasta la existencia por emancipar a México! (Nota, quise decir también “¡qué poca progenitora!”, pero me abstengo nomás por respeto a la Virgen de Guadalupe y a Juan Dieguito)…Mientras tanto, hay que divertirse con Dante Delgado, propietario de la franquicia Movimiento Ciudadano, quien en celebrada jornada circense aseguró que su partido ganará la presidencia de la república, aunque lo mero bueno fue llamar “detestables” al PAN y PRI justo cuando Xóchitl “le hacía ojitos” para que se uniera a la alianza maldita….De vuelta a la UAT, ojalá y se analice el alto costo de colegiaturas, y documentos que la institución está obligada a entregar en forma gratuita. ¡Absurdo el pago exagerado de títulos, constancias, etc!. Es un abuso que afecta severamente la economía familiar. ¿Y qué tal los cursos fantasmas cobrados “en efe y por adela”?. De verdad mucho trabajo espera a Dámaso Anaya Alvarado.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA