Yo creo que la opinión, si puede
ser error, jamás puede ser un delito
Francisco Zarco, 25 de julio de 1856,
Doctrina aplicable a Alfredo Jalife
La configuración de los equipos de campaña de las dos candidatas a la presidencia perfiló la imagen de otro ciclo de disputa entre el proyecto populista hoy en la presidencia y el proyecto neoliberal de mercado del periodo salinista 1982-2018.
Del lado de Claudia Sheinbaum Pardo, el equipo de campaña se basa en un continuismo de la 4-T con las figuras lopezobradoristas dominantes de Juan Ramón de la Fuente, Lorenzo Meyer, Olga Sánchez Cordero, Gerardo Esquivel y Arturo Zaldívar, todos ellos piezas clave del proyecto del presidente López Obrador. No hay una fractura transexenal y es el mismo equipo al que perteneció la hoy candidata.
Donde hay novedades interesantes es en el equipo numeroso –casi 30 personas, pronto chocando entre todas– de la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz, con el control del grupo por representantes de dos de los tres partidos que la postulan (PRD como el pariente pobre), con figuras aliadas en el Senado y con especialistas en temas específicos; en este equipo destaca la ausencia de tres personalidades clave que estuvieron cerca hasta hace poco de la candidata: José Ángel Gurría Treviño, Carlos Urzúa Macías y Beatriz Paredes Rangel.
El armado del equipo de la candidata opositora revela la entrega de las piezas clave de la definición de su proyecto de gobierno a figuras del priismo: la secretaria general priista Carolina Viggiano como coordinadora ejecutiva al nivel del coordinador general Santiago Creel Miranda; el ebrardista Angel Ávila en coordinación de alianzas, el hombre fuerte del PRI Rubén Moreira –esposo de Viggiano– como coordinador nacional territorial, Enrique de la Madrid –cuyo padre inicio el proyecto neoliberal con el Plan Global de Desarrollo en 1980-1982– redactará el programa de gobierno porque al parecer el de Gurría tenía tufos populistas, la exalcaldesa poblana Blanca Alcalá Ruiz manejará el tema delicado de asuntos migratorios e Ildefonso Guajardo –el responsable del TCL 2.0 que le cedió al presidente Trump todo lo que pedía– nada menos que estará encargado de las Relaciones Exteriores.
El bloque panista es una mixtura del foxismo en decadencia y el calderonismo en fuga: Creel Miranda –precandidato presidencial derrotado dos veces– como coordinador general, Maximiliano Cortázar como la pieza clave con la prensa consentida por Calderón en su sexenio cobrando favores del pasado, la muy debilitada y desdibujada Josefina Vázquez Mota que perdió las presidenciales del 2006, llevó al PAN al tercer lugar y luego pactó beneficios personales con el PRI de Peña Nieto será “coordinadora de líderes en campaña” –cualquier cosa que signifique–, Margarita Zavala que ha subordinado toda su débil carrera política a su matrimonio con Calderón tendrá un cargo la gente de la sociedad civil y la estridente senadora Kenia López como jefa de la oficina de la candidata. En algunas listas aparece Jesús Ortega, el propietario asociado del PRD.
Lo que se deriva de la configuración del equipo de la precandidata Gálvez Ruiz es un perfil de proyecto económico neoliberal de mercado que contrasta con la imagen de la candidata en cuanto a su procedencia indígena, humilde y clasemediera, pero en el fondo conflictuando el aspiracionismo de la clase media que quiere ascender en la escala social a clase propietaria o clase media alta.
El proyecto económico de Gálvez Ruiz, con De la Madrid a la cabeza, no será otro que el definido por los expresidentes Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León en el periodo 1982-2018, basado sólo en la asociación subordinada con Estados Unidos, sin capacidad ni posibilidad de construir una base productiva nacional y sin ninguna posibilidad de reconversión industrial que convertiría a México en potencia económica. La candidata entregó su proyecto económico al PRI.
En este contexto, destaca la ausencia en el equipo público de la candidata Gálvez Ruiz de dos corrientes fundamentales que la potenciaron en redes sociales: las cabezas del grupo ideológico de Claudio X. González y la nula presencia de la Coparmex de su expresidente Gustavo de Hoyos, uno de los pivotes clave del neoconservadurismo empresarial que ha desdibujado su presencia en la definición del proyecto opositor aplastado por los priistas, a pesar del activismo de la Coparmex como sindicato patronal de carácter ideológico.
Los equipos de trabajo de las dos candidatas definen, pues, una disputa por la nación entre neoliberales y populistas.
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Política para dummies: la política se configura por la correlación de las fuerzas sociales y productivas.
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Por Carlos Ramírez
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