CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- 01 de diciembre, 5:00 de la mañana, el sol aún no se asoma, los pájaros todavía duermen, la ciudad está en silencio, sólo unos cuantos ya se preparan para una ardua jornada de trabajo, escuela o alguna de las diversas actividades que se realizan en la capital.
Al pie de uno de los tantos ‘brazos’ de la Sierra Madre Oriental que tiene la capital de Tamaulipas, en la Colonia Enrique Lara, una de las colonias que nacieron con el crecimiento de la ciudad en las últimas décadas, el aire fresco se siente y cae una ligera llovizna.
En medio de tanta tranquilidad se escucha el murmullo de una familia entera, el sonar de las tazas y gorgoteo que hace la cafetera: es la familia del boxeador, David ‘La Amenaza’ Torres, que se preparaba para tener una cita con la historia, una cita con David aunque fuera a la distancia, pero tenían que estar sí o sí.
Un día antes, David había conseguido el pase a las semifinales de la Copa del Mundo, un resultado histórico y que había ‘obligado’ a la familia de David a reunirse en la casa de su fan número, su tío, “siempre nos reunimos cuando podemos, vemos sus peleas, pero hoy teníamos que estar todos juntos”, señaló.
Sin importar la hora llegaron los papás y hermanos de David, sus primos, su abuelita, prácticamente esa casa era un búnker de la familia Torres Rosales, todo para mandar las mejores vibras en su pelea, la más importante de su carrera juvenil.
Eran casi 20 personas juntas en la sala de esa casa; sus abuelos: Lore y Vidal, sus tíos, Juan Rosales, Karina Vázquez, Jonatan Rosales e Imelda Juárez y sus primas y primos: Zoé, Michel, Emmanuel, Romina, Citlali, Audrey, Axel, Berenice, Fernanda y Vidal… algunos ya arreglados para irse a sus trabajos o escuelas en cuanto terminara la pelea, otros aún en pijama, pero todos más despiertos que nunca con la ilusión de mirar a David, que estaba en Armenia dando todo por Tamaulipas y México.
“Es una pelea difícil, quedan los mejores del mundo y David está en ese cuadro, pero confiamos en él”, dijo uno de los familiares de David, que están empapados del tema de boxeo, pues
Antes del enfrentamiento contra Bielorrusia, observaron la anterior a ella, el nervio era notorio, la ansiedad de que llegara el momento invadía a toda la familia, mientras para calmar el momento, unos le daban un sorbo al café con unas galletas de acompañantes, otros decían esperar en silencio.
Después de un tiempo de espera, llegó el momento de la verdad, casi a las 6:00 de la mañana, hora de México, sonó el nombre de David Torres Rosales por los presentadores europeos.
“¡Vamos David!”, “¡Venga mijo, con todo!” era algunas de las palabras que salían en forma grito, aplausos y motivación que a pesar de los más de 11 mil kilómetros de distancia, seguramente David, como en sus demás peleas, sintió.
En medio del silencio de los vecinos, se escuchaban los gritos y porras, anunciaron a los jueces, se mostraron a todos, entre ellos el representante de Ecuador, rápido la mamá, la señora Reyna Rosales como toda una experta fue contundente, “no, Ecuador nos va a juecear mal, porque David le ganó la medalla a ellos en el Panamericano, vas a ver”, decía con mucha seguridad la señora.
Pero eso no era impedimento para ilusionarse, sonó la campana y empezó la pelea. David empezó fiel a su estilo, tranquilo y con inteligencia analizando sus primeros ataques, pero el bielorruso con más alcance en sus brazos, aprovechaba eso para empezar a tomar diferencia y dar los golpes más certeros.
La madre de David, era la más tensa, con las manos en la cara, por momentos rezando, otros gritando, “¡venga hijo tu puedes!”, “eres grande David”, y seguido la demás familia aplaudía y celebraba cada golpe que daba David.
El segundo round, David fue mejor notablemente, al menos para perspectiva de la mayoría, pero los jueces dieron el round al bielorruso, “les dije, les dije, ese de Ecuador no quería a México”, comentó la mamá, entre el murmullo de los demás también se apreciaba, “el otro solo corrió, ¿qué vieron los jueces?”.
Para la tercera salida y la última, David tenía que noquear, era todo o nada, la familia lo sabía y como si fuera una sucursal de la Arena de Boxeo de Armenia en Ciudad Victoria, empezaron a gritar y animar tal y como si estuvieran en vivo, cada golpe del mexicano era un “sí David, dale fuerte”, su padre dentro de la desesperación pedía, “qué ya no abrace, qué ya no abrace, solo lo esta abrazando eso no es box, venga hijo”.
Sin importar que apenas fueran las 6 de la mañana, la buena vibra se sentía para David, pero el victorense, lamentablemente ya no pudo más, dominó el round pero el europeo a base de abrazos y recorrer el ring, evitó que fuera noqueado y se llevó la pelea.
Se acabó el sueño, los rostros de ilusión de la familia en segundos, cambió… tristeza, impotencia por lo que ellos sienten que fue un ‘robo’, todo ello, se notó en la familia Torres Rosales, pues sabían que el sueño de David había terminado, pero eso fue por un momento solamente…
Apareció su más grande bastón, su madre, la señora Reyna, para animar a su familia, “David es nuestro campeón, es medallista de bronce y es algo histórico”, eso fue un bálsamo para la demás familia, a quien les cayó ‘el 20’, de que David, a pesar de esta dura caída, aún tenía una recompensa muy grande que era la medalla de bronce mundial.
ORGULLO Y UNIÓN GRACIAS A DAVID
Con sentimientos encontrados, el tío de David, a quien le dicen que es su fan número uno, no ocultó el orgullo que le dio mirar a David en una competencia de tal magnitud y sobre todo terminar con medalla.
“Yo estoy orgulloso de mi David, estamos todos orgullosos, siempre nos hemos apoyado entre la familia viajó al otro lado del mundo, solo, su familia siempre estando con él, a veces no podemos cambiar las decisiones de los jueces, ojalá el boxeo evolucione y esas actitudes no se aceptan (evadir rival con abrazos), eso no es boxeo, pero estamos orgulloso de David, se portó al nivel y es un campeón”, señaló el señor Juan.
La unión de la familia es algo que ha dejado este tipo de cosas, pues no es la primera vez que lo hacen, ya que seguido que pueden, acuden a apoyar a David Torres.
“Siempre hemos sido unidos, pero nos unimos más cuando tenemos que apoyar a la familia, siempre vamos a estar para ellos”.
Entre voz entrecortada y con ojos lagrimosos, Jonatan Rosales mandó un mensaje a David, “gracias por todas las emociones David, gracias por todo el esfuerzo que hiciste, eres el orgullo de la familia en el deporte que más queremos que es el boxeo, te amamos hijo y estamos orgullosos de ti”.
Por su parte su madre, Reyna Rosales, se mostró agradecida con toda su familia por siempre estar al pie del cañón, “contenta de tenerlos aquí, se unen a nuestra emoción desde que David inició en este deporte, muchos de la familia han sido boxeadores y a todos los apoyamos, esto nos une más y a pesar de la derrota y el robo, esto no detendrá a David, estoy segura”.
Por último, también dejó un mensaje a La Amenaza, “yo le digo que estoy orgulloso de él, que todo ha sido a base de esfuerzo, de mucho trabajo, le ha costado mucho pero la recompensa ahí se nota con esa medalla, tienes un talento impresionante, está en ti explotarlo sabes que te amamos inmensamente”.
Así termina la mañana para la familia Torres Rosales, una mañana diferente, una mañana de sentimientos encontrados, pero a su vez, una mañana en la que demostraron que el boxeo y David, une a la familia.
Cada quien retomó sus actividades, unos a la escuela, otros a trabajar pero con el orgullo de tener a un medallista mundial en la familia.
Tal vez a David, ese día los jueces no le favorecieron, pero sí la vida al tener una familia como la suya, una familia unida, una familia que da todo por él y por cualquier integrante.
Sólo Dios y el destino saben qué pasará con David Torres, sólo ellos saben hasta dónde llegará, pero una cosa sí es segura… David Torres ya es una campeón mundial con su familia y el ángel que tiene detrás de todos las y los que lo apoyan en este camino de sus sueños.
POR DANIEL VÁZQUEZ
EXPRESO-LA RAZÓN